"Los hombres de luces y honrados son los que debieran fijar la opinión pública. El talento sin probidad es un azote. Los intrigantes corrompen los pueblos, desprestigiando la autoridad. Ellos buscan la anarquía, la confusión, el caos y se gozan en hacer perder a los pueblos la inocencia de sus costumbres honestas y pacificas".
El Libertador Simón Bolívar. Bogotá, 8 de Octubre de 1828.
Talento sin probidad es un azote, decía sabiamente el Libertador Simón Bolívar en carta dirigida al General Francisco Carabaño, fechada el 8 de octubre de 1828. La opinión pública la deben fijar los hombres y mujeres de luces y honestidad intelectual.
Nunca ha sido así en Venezuela, particularmente durante la Revolución Bolivariana. Los criterios para fijar la opinión sobre el país a través de los medios de comunicación se rigen bajo parámetros muy distintos.
El talentoso periodista opositor Vladimir Villegas, en su comentario de este lunes 30 de mayo en Globovisión, ha cuestionado la justa decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) sobre la nacionalidad venezolana de una niña a quien arbitrariamente se le había negado un pasaporte por tener otra nacionalidad. Acusa tácitamente al máximo tribunal del país de preparar una sentencia para favorecer la supuesta doble nacionalidad del presidente Nicolás Maduro, lo que en su opinión, violaría la Constitución Nacional que él tanto ayudó a gestar en su antaño chavista.
Al igual que lo ha venido haciendo la más rancia extrema derecha pitiyanqui, Vladimir Villegas utiliza argumentos manipulados y bizantinos, repletos de esos lugares-comunes que tanto le gusta al antichavismo, para crear una sombra de dudas sobre el Poder Judicial que, si bien no tienen incidencia alguna en el país por lo absurdo que son, añaden a la falsa percepción en el exterior de que el totalitarismo de Maduro tiene secuestrado a los poderes públicos, por lo que amerita la aplicación de la Carta Democrática Interamericana y la intervención internacional.
Vladimir Villegas se pregunta: "¿Por qué el TSJ asocia este caso de aparente simple resolución por la vía de reivindicar el derecho de la infante a obtener su pasaporte venezolano dada su condición a la prevalencia de la nacionalidad venezolana por encima de otras a la hora que alguien ejerza un cargo público y le da un carácter vinculante a esta decisión". Sin embargo, en ninguna de sus partes dice la sentencia que la nacionalidad venezolana prevalece por encima de otras en el ejercicio de un cargo público. La prevalencia de la nacionalidad venezolana es para todo el ámbito jurídico, dice la Sala Constitucional, no solo para el caso concreto que cita el periodista y la jauría opositora. En cualquier caso, resulta obvio que, por ejemplo, un venezolano con nacionalidad española que trabaje en la gobernación de Miranda no pueda esgrimir que es nacional del país ibérico para evadir el pago de impuestos. Otro ejemplo mucho más complejo derivaría de la ejecución de un hipotético crimen por parte de algún funcionario diplomático de un país extranjero acreditado en el país que también tenga la nacionalidad venezolana. En teoría este funcionario gozaría de inmunidad diplomática y no tendría que responder ante la justicia, aunque esta sentencia resolvería la situación al indicar que siempre prevalecerá su nacionalidad venezolana.
El periodista opositor y ex presidente de VTV omite que la propia sentencia hace referencia al Artículo 41 de la Constitución que tanto le preocupa, y que establece claramente que el presidente o presidenta de la República solo podrán ser "venezolanos y venezolanas por nacimiento y sin otra nacionalidad", lo que debería dejar por aclaradas las "muchas dudas" que le han surgido.
Vladimir Villegas afirma en su comentario que no hay que ser estudioso del derecho para interpretar la sentencia, pero quienes piensen que la misma le permitiría a Maduro ejercer la presidencia teniendo otra nacionalidad, definitivamente carecen de moral y luces.
En el fondo, la supuesta doble nacionalidad del presidente y la sentencia del TSJ no es lo que le preocupa a la derecha apátrida venezolana. Parafraseando a Bolívar, su interés es corroer de intriga al pueblo, desprestigiando la autoridad del Primer Mandatario, en este y muchos otros temas. El objetivo ulterior es la anarquía, la confusión y el caos, erradicar al gobierno democráticamente electo por voluntad popular, y el periodista Vladimir Villegas debe saber que su talentoso comentario, atizando esta hoguera, es un azote.