Venezuela decide hoy sus destinos en una votación histórica. Lo que está en juego no es sólo el futuro de una nación, sino la posibilidad de los pueblos de darse su lugar en la historia y forjar su poder de mayoría en medio de las complejas y desfavorables circunstancias actuales.
El imperio, la antihistórica aristocracia venezolana y la oligarquía latinoamericana están conscientes de lo decisivo y simbólico de este 2 de diciembre. Por eso, el abundante dinero que ha fluido hacia la contrarrevolución en Venezuela, de lo cual ahora se conocen más detalles. Por eso, además, el brutal cerco mediático contra la Revolución Bolivariana y su líder.
No bastan los poderosos medios privados venezolanos que actuan descaradamente como cabezas visibles del golpismo. La gran prensa internacional se concerta para atacar también sin miramientos desde todos los flancos.
La CNN en Español no sólo comete el “desliz” de poner en grandes caracteres un “¿Quién lo mató?” debajo de una foto de Chávez, en sugerente llamado al magnicidio, sino que realiza una cobertura maliciosamente intencionada, con notorios encadenamientos a la venenosa Globovisión.
The Washington Post adelanta en versión digital un artículo que saldrá impreso hoy domingo bajo la firma del defenestrado Donald Rumsfeld, quien llama abiertamente a “batir a tiranos como Chávez”. Para el ex jefe del Pentágono “déspotas” como el presidente venezolano son una “afrenta al orden global” y deben ser enfrentados con la misma resolución de Harry S. Truman. ¿Estará llamando a arrojar de nuevo bombas nucleares?
The New York Times cede sus páginas de opinión al ex general Baduel para publicar un texto titulado “¿Por qué me separé del camino de Chávez?”, en un intento baldío de realzar postreramente la nueva cara de la oposición.
El libelo El Nuevo Herald abre camino a los planes de proclamar fraude al hacerse eco de una encuesta que predice el triunfo de los contrarios a la reforma constitucional, incapaces ellos de mover a más de 40 mil personas en su cierre de campaña frente a la marea roja que desbordó el viernes la Avenida Bolívar y sus calles aledañas para apoyar a Chávez.
El País español, fiel a su bilis antichavista, echa mano a una desprestigiada pluma para atacar desde una falsa izquierda al líder revolucionario y calificarlo incluso de “fascista”.
Otros medios de la derecha latinoamericana intentan sacar partido de las controversias con Colombia y con España, a la vez que manipulan groseramente los propósitos y esencias de la Reforma.
Un pueblo bravo está dando la batalla frente a tanto asedio, hostilidad y mentira, para cambiar las reglas del juego. Este 2 de diciembre se libra un combate decisivo, aunque no definitivo. Como alertó Fidel en sus Reflexiones, Venezuela, su Revolución y su pueblo seguirán bajo fuego. Habrá que seguir haciendo frente sin vacilación al imperio, sus acólitos y la perversa manipulación de los medios.