La revolución se lleva en el corazón no en la boca para vivir de ella.
Che Guevara
Son importantes los medios alternativos para el debate y la discusión, pero lo más importante es ayudar al presidente Chávez en la consolidación del proceso revolucionario, el presidente Chávez no es infalible y no tiene el don de la ubicuidad ni con toda la evolución tecnológica que tenemos en esta época. Son importantes estos espacios y en APORREA hay una gran oportunidad de que estos escritos sean leído por el presidente Chávez, no perdamos esa oportunidad, no podemos usar sólo estos sitios para la oda y el elogio; estamos claros que la oposición golpista no descansa en su afán de sacar a nuestro presidente de Miraflores; Es parte de nuestra tarea defender el proceso revolucionario. Chávez es el líder indiscutible de este proceso revolucionario en vía al socialismo bolivariano. Somos revolucionarios pero a veces necesitamos claridad en las ideas, virtud en la conducta, voluntad férrea, pasión y efectos sublimes para rectificar los errores y profundizar la revolución.
Dentro de nuestra
organización e PSUV no hay discusión de los problemas que vive a diario
los venezolanos y se hará cada día más difícil el debate si hay
activistas y militantes sumisos, fanáticos y borregos que confunden
estas conductas con disciplina y solidaridad, negar la realidad es hacerse
cómplices de la oposición golpista que desea que no se resuelve ni
se le busque solución a los problemas para tener elementos para hacerle
oposición al proceso revolucionario. Los cargos se cuidan y se mantienen
asumiendo posiciones de eficacia y eficiencia, asimismo hay que vivir
los problemas al lado del pueblo, ir al sitio a constatar lo que está
pasando en las dependencias gubernamentales, eso es aplicar el proceso
de las tres erres (Revisión, Rectificación y Reimpulso)
Hay que plantear
temas de importancia para el pueblo y buscar las soluciones a los problemas
que aún nos aquejan; son muchos, se trata de los temas estratégicos
para el proceso, ser realista y buscar la solución; pero esto es posible
si no se da la sana discusión en el PSUV, y llamamos las cosas por
sus nombres, debatimos sobre la corrupción, la eficiencia y eficacia
de nuestros funcionarios públicos, abrimos el debate sobre la especulación
golpista (precios de las viviendas, las medicinas, las clínicas, funerarias,
vehículos y alimentos) discutimos sobre la soberanía alimentaria y
como se han malgastado los dineros en proyectos agrícolas y pecuarios
que han fracasado, se han utilizado el dinero para otros fines (revisar
Centrales azucareros, centrales yuqueros, plantas de soya, etc.). Debatir
sobre la inseguridad ciudadana y la depuración de los cuerpos policiales.
Sobre la crisis hospitalaria en los grandes centros de salud, ejemplo
las carencias y deficiencias del Hospital Ruiz y Páez en Ciudad Bolívar,
La emergencia de este centro tiene más de tres años en construcción,
igual que la emergencia del Hospital Uyapar en Puerto Ordaz más de
tres años y el Hospital de Guaiparo en San Félix más de nueve años
en remodelación cuando el gobierno nacional ha enviado los recursos
para estas remodelaciones, entonces ¿Dónde está el dinero?
Si queremos
ser revolucionario necesitamos una nueva moral, una nueva
ética y una nueva manera de pensar, un elevado sentido crítico
y autocrítico.
El presidente
en infinidades de veces no ha señalado el camino,
con las grandes líneas transformadoras del Proyecto Nacional Simón
Bolívar en lo político, social, económico, militar y territorial,
internacional y ético: Cinco grandes motores para enrumbar el proceso.
Uno de los más importantes y el pensamiento de Simón Bolívar aún
vigente: “Moral y luces siguen siendo nuestras primeras necesidades”.
El otro eje más importante es el quinto que es la explosión Comunal,
más poder para el pueblo para que este lo ejerza de una manera honesta
y eficiente. Practicando unos valores capaces de cuestionar y cambiar
las pasadas prácticas políticas y las instituciones mediante las cuales
se ejercen los poderes constituidos. Solidaridad y sentido comunitario
de la vida, antes que el individualismo egoísta. Honestidad antes que
corrupción. Humildad antes que arrogancia. Trabajo sistemático antes
que “viveza criolla”. Bienestar Colectivo antes que lujo individual.
Austeridad antes que despilfarro. El otro instrumento planteado por
el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez,
fue el proceso de las tres erres Revisión, Rectificación y Reimpulso
y explicó: “Revisión es volver a ver todo, empezando por el gobierno
y primerito por Hugo Rafael Chávez Frías”. “La revisión debe
llevar no sólo los ejercicios teóricos sino que debe llevar a rectificar
las ideas y el reimpulso es reimpulso de la moral, es revolucionar en
todos los ámbitos”, dijo el Presidente. Hemos cumplidos con estos
postulados; cuando nos ejercemos la contraloría social, los que están
organizados en Consejos Comunales son manipulados y obedecen
a gobernadores y alcaldes que en ocasiones acallan las protestas del
soberano.
En un artículo
anterior lo dije: “Son pocos que al parecer coincidimos con
el presidente Chávez, sobre como tenemos que hacer el socialismo bolivariano,
sin privilegios y enterrados los vicios de la IV República y que en
la V República se han inmunizado y han creado
metástasis y corroen el proceso revolucionario, La corrupción se ha
propagado y han invadido casi todas las instituciones del
Estado y el único que denuncia Al parecer es el presidente”.
Esta reflexión para todos aquellos ministros, gobernadores, alcaldes y altos funcionarios del Gobierno Bolivariano para que escuchen más a la comunidad.
Hay la ausencia
de un partido político que sea el escenario en que los trabajadores
y la militancia puedan discutir y debatir con el resto de la sociedad
y a partir de esas discusiones, sistematizadas y descodificadas, descubrir
cuáles son la diferencias que impiden, la unidad de los trabajadores
y su incorporación como clase protagonista principal del proceso revolucionario.
En el PSUV no se ha dado la discusión no hay debate del rumbo que debe
tener este proceso revolucionario y qué hacer para ayudar al presidente
Chávez; debemos hablar claro y decirnos la verdad, la autocritica y
comenzar a crear soluciones a la crisis y a los problemas que realmente
padece nuestro pueblo; la inseguridad ciudadana nos golpea el rostro
y nos señala que tenemos que buscar la solución para brindar la paz
y la seguridad a nuestro pueblo.
Los venezolanos ni los revolucionarios podemos aceptar las críticas de organismos internacionales como el Banco Mundial, el cual es un instrumento más de la política exterior de EE.UU. Este organismo nos quieren dar cátedra de honradez, cuando todos sabemos que conjuntamente con el Fondo Monetario Internacional son instrumentos de dominación imperial; nosotros tenemos que ser capaces de depurar el proceso revolucionario, pero el Ministerio Público, el Tribunal Supremo de Justicia y la Contraloría General de la República deben estar más vigilantes y aplicar las leyes contra el flagelo de la corrupción, porque no son mentiras ni calumnias que tenemos graves problemas con la corrupción, hay muchos funcionarios públicos que se han enriquecido en este proceso y todos sabemos quiénes son, y andan ostentando sus riquezas mal habida públicamente.
Nos tiene que servir de enseñanza y guía las palabras de Alfredo Maneiro que nos dejo en sus “NOTAS NEGATIVAS” al analizar las conductas de una organización revolucionaria y su militancia señalo: - “Un problema de particular importancia es el relativo a la calidad revolucionaria de la organización. Por la calidad revolucionaria, entendemos la capacidad probable de sus miembros para participar en un esfuerzo dirigido a la transformación de la sociedad, a la creación de un nuevo sistema de relaciones humanas. Como quiera que tenemos el intimo convencimiento de que un esfuerzo de tal naturaleza sólo se puede realizar desde el gobierno, sólo puede ser un propósito estatal, parecería entonces que una petición de calidad revolucionaria no puede realizarse antes sino después de resolverse en beneficios de una organización cualquiera, el problema político . En efecto, parece inoportuno, sino ingenuo (e incluso demagógico) formular tal exigencia, cuando nadie puede garantizar la calidad suya ni la ajena, antes de que ésta sea puesta a prueba. Esto es verdad. Pero, si bien es cierto que no se puede afirmar a priori la calidad de algunas de ellas. Es decir, ciertas estructuras partidistas desarrollan un espíritu de secta tan marcado, sustituyen de tal manera la disciplina por la obediencia, vician sus afiliados con un juego tan complicado de jerarquías, gradaciones, amiguismo, arbitrariedades, etc., y, sobre todo, crean tales dificultades a la confrontación libre de opiniones, que la lucha interna sólo puede expresarse a través de zancadillas, corrillos, pactos ominosos y manejos oscuros. Estructuras así terminan por producir un militante condicionado, de mediocres aspiraciones y cuya audacia, valor y espíritu crítico se resuelve, a menudo, en una racionalización forzada de las verdades, valores e intereses del partido. En realidad, abundan modelos organizativos que, no importa sus reclamos ideológicos, devienen modelos en escala reducida del mismo “sistema” a cuya destrucción dice aspirar. En realidad, existen organizaciones revolucionarias que parecen sólo preparadas para adueñarse del aparato del estado existente con el objeto de “ponerlo en marcha para sus propios fines.”
Sin
embargo, sobran ejemplos de cómo la falta de calidad revolucionaria
de organizaciones dadas, tiene bastante poco que ver con su posible
eficacia política. Es decir, esta especie de temprana burocratización
de estructuras y de cuadros no tiene por qué
afectar demasiado su eventual participación exitosa en la lucha política.”