El trabajo con las comunidades sin duda exige la promoción social de un sentido crítico que estimule nuevos valores y modelos de identificación más comunitarias y cooperativas.
Las relaciones con los otros en una atmósfera de confianza, el deseo y la creencia que los esfuerzos asociativos pueden traducirse en mejores resultados acompañadas de reales oportunidades de conectarse a espacios de toma de decisiones que puedan traducirse en logros concretos, que devuelvan el poder psicológico, material y político tan imprescindible para asumir un rol activo en el logro de propósitos comunes. Se trata de enriquecer las expectativas de lo pobres como un mecanismo básico para fortalecer la confianza en que el cambio social es posible, reduciendo la sensación de desesperanza y riesgo.
La realidad de los distintos países, nos indica que la mayor parte de los programas orientados desde los organismos del estado han tendido a actuar de un modo focalizado en ciertos sectores en condiciones de pobreza haciendo por ellos y entregándole a ellos lo que se supone que les falta (habitualmente recursos materiales) , diseñando estrategias que en la mayoría de las oportunidades constituyen una invitación a integrarse al modelo social planteado desde el marco dominante, sin considerar las propias opciones , necesidades y propuestas. En el caso venezolano se propone los gabinetes moviles que no es más que hacer de la ejecución de los proyectos las propuestas y decisiones de los ciudadanos.
Otras fórmulas, por el contrario han asumido la participación y asociatividad no sólo como instrumentos para lograr ciertos fines de la política social (expresado en un programa o proyecto determinado), sino que como recurso que puede mediar un cambio social más sustantivo y sostenible.
J. Rappaport (1981,1987), ha propuesto, en el contexto de la actuación en Psicología Comunitaria, la dotación de Poder. Etimológicamente este concepto alude a: permitir, capacitar, autorizar o dar poder sobre algo o alguien o para hacer algo. Conceptualmente, se refiere al proceso o mecanismo a través del cual personas, organizaciones o comunidades adquieren control o dominio sobre asuntos o temas de interés que le son propios (A., Sánchez). Los ejes centrales del concepto, serían entonces, la potenciación y fortalecimiento con la finalidad de sentirse y ser competentes en los ámbitos de interés para la propia vida.
Una se centra en la autodeterminación personal, que sería la capacidad de determinar la propia vida (sentido de competencia personal). La otra, se centra en la determinación social y refiere la posibilidad de participación democrática (sentido de competencia comunitaria).
Como podemos apreciar, este es un concepto psicosocial con implicancias políticas: hablamos de poder, de transferencia de poder.
Hay que resaltar aquí que un objetivo de vital importancia en la superación de la pobreza es la ruptura de los mecanismos psicosociales que la reproducen ( que por cierto tienen su base en estructuras sociales objetivas). La ubicación de las personas que viven en condiciones de pobreza les impide muchas veces, tener control psicológico, material o político en cuestiones incluso cotidianas, más aún su escasa o nula incidencia en la toma de decisiones que se relacionan con políticas que eventualmente pueden mejorar sus condiciones de vida.
Este concepto muy pronto traspasó los límites de la Psicología Comunitaria, comenzándose a emplear en diversos ámbitos, especialmente en agencias internacionales de desarrollo, refiriéndola como un componente fundamental en las estrategias de erradicación de la pobreza.
Como lo señala claramente Silverio Barriga (1996), la paradoja máxima frente a la que se ubica el interventor (en nuestro caso un verdadero lider empoderador) radica en que el objetivo último de su acción es que la comunidad pueda prescindir de sus servicios. No es un salvador, sino una persona optimista, apasionada que tiene una acción relevante como promotor de conductas solidarias en personas que pueden transitar a la autonomía. (Extractos del Trabajo del Dr. Guillermo Bastidas Tello, Psicologia comunitaria).
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