Después de suficientes opiniones, balances, análisis y evaluaciones hechas por las diferentes fuentes del chavismo el que crea de manera absoluta que el resultado de las elecciones parlamentarias del 26S fue único, claro, preciso y sólo en una dirección determinada, para celebrar el triunfo o para declararse en duelo está, a mi juicio, pelando bolas.
Los resultados obtenidos por el chavismo en la 15ava elección realizada en la V República pasarán a la historia como los más relativos, ambiguos, imprecisos , difusos y sin dejar motivos para celebrar la victoria ni tampoco para guardar luto. A los 12 años de la revolución y faltando apenas aproximadamente 24 meses para una nueva contienda electoral donde Chávez debería, no tengo la menor duda, ganar con holgura, estos resultados del 26S deben servir para tocar, conmover y sensibilizar el alma de la revolución. No es una pendejada, por Dios, que la sumatoria de los votos antichavistas, MUD y PPT, haya superado a los nuestros ni tampoco que, en buena lid y de manera impecable, tengamos un 60% de diputados contra un 40% de la oposición. Dialécticamente podríamos decir que los resultados no fueron blancos ni negros sino grises.
En primer lugar hay que aceptar la complejidad del problema y no dejarse confundir por la manipulación, la soberbia y la envalentonada oposición. No vale quien grite más sino quien sepa analizar científicamente la realidad objetiva del momento para asegurar el cumplimiento de las próximas metas: Reelección de Chávez en el 2012, designación de las autoridades en los demás Poderes del Estado, elección de Gobernadores y Alcaldes, construcción de la sociedad socialista, de la propiedad social de los medios de producción y lo más importante de todo, la generación de la conciencia social que hará posible el triunfo irreversible de la revolución bolivariana.
Como en todo proceso revolucionario hay un enemigo principal y un peligro principal. El enemigo está visible por lo menos en teoría: el imperialismo y la burguesía. Hay que tomar en cuenta también al enemigo escondido tras la cortina del oportunismo y en la llamada V Columna. El otro factor a tomar en cuenta es el gran peligro que corre la revolución bolivariana por no ser capaz de corregir las fallas, que todo el mundo conoce, en el aparato burocrático del gobierno y lo que es más grave en la construcción estructural del socialismo que es la única vía idónea para crear de verdad la conciencia revolucionaria en las masas.
Seguir como vamos no es bueno porque en vez de afianzarse y consolidarse el proceso de cambio éste se debilita y se desgasta. Se corre el riesgo por este camino incierto de conciliar con la derecha en vez de radicalizar el proceso, de negociar con la contra revolución en vez de profundizar la revolución. Éste es el peligro principal que amellaría el filo revolucionario del proceso. Ya empezaron las consejas de los políticos concertadores del diálogo y la capitulación. La Asamblea Nacional será el escenario político donde se pondrá a prueba la fortaleza y la firmeza de la revolución en esta etapa.
De la AN saliente no quiero ni acordarme. Tuvieron la oportunidad histórica, porque la oposición se la puso en bandeja de plata, de construir la superestructura legal de la revolución por la vía pacífica y la dejaron perder. No aportaron esperanza, ánimo ni motivación en las masas para la pelea revolucionaria y son los responsables de haber llevado a la abstención a millones de posibles votantes por el chavismo que equivocadamente no tuvieron otra forma de expresar su descontento que no ir votar el 26S. Aquí está la verdadera explicación, según mi humilde opinión, del por qué la votación nacional total, el 26S, arrojó un saldo desfavorable para el chavismo en unas elecciones parlamentarias donde la incidencia del ejecutivo, las gobernaciones y las alcaldías no era el elemento fundamental que se estaba debatiendo, no eran el centro de la discusión, aunque sería una tontería negar su implicación política en los resultados electorales.
Si la oposición tuviera alguna posibilidad, aunque fuera remota, de sacar más votos que Chávez en el 2012 tendrán un comportamiento ejemplar en la AN entrante para ejercer un parlamentarismo político de una oposición, lúcida democrática, respetuosa de las instituciones y del estado de derecho hasta serían capaces de reconocer los logros del gobierno y subordinarse a la mayoría pero sinceramente no lo creo. Al no poder poner de rodillas a la mayoría chavista irán entonces por el saboteo, la desestabilización, el desconocimiento de la obra positiva del Poder Ejecutivo y de los demás poderes públicos, seguirán a ciegas las órdenes de la CIA y el Departamento de Estado por el fomento de la anarquía y tratarán de alentar la conspiración para sacar a Chávez por cualquier vía. Y si no fuera así, si mis cálculos políticos estuvieran equivocados y la oposición por la calle del medio se comportara en el Parlamento de una manera democrática sin escándalos ni intentos desestabilizadores, entonces habría que empezar a preocuparse porque el adversario opositor estaría dando señales de haber alcanzado su máxima fuerza y madurez políticas.
Cuidado pues a los que en el chavismo están pensando en hacerle el juego a la oposición!!!
*Profesor Ex Director Ejecutivo de la Casa de Nuestra América José Martí