Henrique, aupado por sus acólitos sionistas de primera, de los europeos de segunda y por los pitiyankis de tercera, que lo apuntalan con billetes, como cuando le compraron el escaño que calentó con la señal de costumbre en el extinto Congreso y sus costumbres; pretendían que imitara a aquel joven salesiano del Pacto de Punto Fijo. El lechuguino de Primero Justicia, otra pluma del ala de extrema derecha copeyana; el bisoño de Tradición Familia y Propiedad, caprichosa fanaticada conservadora al estilo KuKluxKlan, pero do Brasil de los 60. Fascistas consagrados, defensores de dogmas y tradiciones de los blanqueados, contra los progresistas de la liberación de América del Sur.
Capriles, el petimetre arrogante y envalentonado pendenciero, que en los días aciagos de abril de 2002, arremetiendo contra la institucionalidad y sus servidores públicos, a los que expusieron ante una poblada incitada, llena de odio, como en un circo romano donde pedían sangre; los mismos que hoy ofrecen acabar con la impunidad; el escalador de embajada, al que quieren imitar los británicos contra Assange. El empedernido forjador de documentos militares, maquilladores de la verdad, tergiversan y sin inmutarse le miente a los venezolanos, engañan a sus disociados, que en el fondo y también en la superficie los desprecian.
Radonski, como aquél de las naos, que lo precedió, también descubrió indígenas en Venezuela, y precipitado, cargado con espejitos de votos, arribó a Caicara del Orinoco, tratando de deslumbrarlos, y estos le ripostaron, váyase con su suapara y sus cuentas al este del este, porque a las comunidades indígenas el rrrégimen que forja socialismo, y atletas que traen medallas y diplomas olímpicos, también nos incorporó con plenos derechos a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, uh, ah… del tiro, raudo y veloz raspó el correcaminos, a probar suerte en los barrios, para alardear de que es capaz de rozarse con el pueblo, pero a una cuadra de 1º de Mayo lo embadurnó el culillo, arreándolo hasta la Roosevelt, el único barrio que pateó en la parroquia Santa Rosalía.
HeCaRa, con su fugaz campaña de yo no fui, con multitudes de pendones y su dedo alzado, hurgando en la cócora a ver si exprime una idea virtual, se siente sobrao, y piensa que faltan escasas semanas antes de las elecciones, y desde ya practica como un ventrílocuo repitiendo fraude, fraude y no dice nada que lo acerque a reconocer los resultados del CNE el 7O. Como alma que lleva el revés, con una mueca que le desorbita la catadura de ¡ah muchaco pa bobo! Tartamudea y piensa confundido, que porque su contendiente no es el apocado filósofo, sí, el prófugo que dejaron arrinconado en Panamá.
El aspirante cuartorepublicano títere de la MUD, una marioneta de chocolate que se está derritiendo, por andar buscando hace década y media lo que ya se les perdió, y de paso se dan cuenta que el autobús se les viene en retroceso, y desesperados le piden refuerzos a un tal David de Judá, que luche vea contra los filisteos, pero se le quedó ensartado en la frontera. Entonces el imperio Goliat, se dio con un guijarro en la boca del tamaño de la Revolución Bolivariana de Venezuela, que ha emergido de las profundidades, de las entrañas de la memoria, llevando luz de esperanza para su pueblo. El “flaquito” se quiso medir con un peso pesado rancheado en cientos de combates en las palestras políticas, el mismito de Maisanta de aquel “Por Ahora” de la historia contemporánea, reivindicado como referencia en el mundo. Por sus hechos los conoceréis, confirma la regla, que en el fiero lance contra el estatu cuo y las adversidades vividas de cerca, con el amor del pueblo a todas las has derrotado.
Es por esto que no volverán, que no pasarán.
Hasta la victoria siempre
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