En estos momentos, dentro de la trama conspirativa en la que nos encontramos, pudiéramos definirla como la fase de la violencia contrarrevolucionaria desatada, las cuales se iniciaron con un conjunto de “manifestaciones” contrarrevolucionarias de los “estudiantes”.
Desde el 12 de febrero de este año se ha iniciado un período de agitación previo al desate masificado de la violencia (las manifestaciones en estados como Mérida y Táchira extendidas a otros Estados así lo confirman). Una de las intenciones de estas “protestas” es imponer la matriz de opinión de que este Gobierno no “escucha y reprime”.
El objetivo de éstas acciones terroristas no es más que originar desgaste en las bases políticas y sociales que respaldan al Gobierno y la Revolución Bolivariana, Socialista, Antiimperialista y Chavista que lidera Nicolás Maduro. Se busca la sedición golpista que de al traste y derroque al Gobierno Bolivariano.
Es por ello, que en el marco de esta coyuntura,algunos de los actores que tienen un papel importante son los siguientes: 1.- Estudiantes; 2.- Sectores de clase media; 3.- La Contrarrevolución Política; 4.- Contrarrevolución Armada y 5.- Contrarrevolución Mediática.
Las acciones callejeras se expanden pero disminuyen en su masividad con el transcurrir del tiempo, pero el meollo del asunto no es ese. Sino que las acciones violentas de la contrarrevolución están adquiriendo mayor complejidad e intensidad. Estamos claros que esta violencia inicial no logrará tumbar a nuestro Gobierno Revolucionario por la sencilla razón de que la contrarrevolución no logra sumar a los sectores populares a sus acciones.
También hemos podido observar como los sectores de la contrarrevolución toman posiciones en estos momentos y se perfilan sectores y estrategias claramente diferenciables.
La contrarrevolución política y mediática, producto de las acciones violentas de los mercenarios, buscan imponer matrices de opinión tales como: “El Gobierno reprime”, “Violación de Derechos Humanos”, “Censura de Prensa”, “Crisis política y social en Venezuela”.
Sin embargo, nuestro Gobierno resiste el golpe y contraataca, neutralizando algunos sectores y golpeando a otros.