Existe un personaje, que ha estado apareciendo en algunos eventos como Secretario General de Copei, de quien uno hasta hace poco, nunca había oído nada. Quizás eso se deba, es lo más natural del mundo, a la venida a menos del partido fundado por Caldera, por allá por los tiempos, cuando como para celebrar el nacimiento, en cayapa, le dieron una paliza al notable periodista, humorista y caricaturista Leoncio Martínez “Leo”, como manifestación de cómo entendían lo del “respeto a la libertad de prensa, información y opinión”.
Este personaje desconocido que lucha por dejar de serlo, es justo que así sea, hizo un discurso, el primero, “malcriado”, en la apertura de las jornadas de diálogo, justamente como para llamar la atención sobre sí mismo.
Ahora aparece en la prensa, ocupando hasta primeros espacios, hablando como quien hace equilibrio sobre una cuerda floja o disparando tan a lo loco, corriendo el riesgo de meterse así mismo un tiro.
Intentando cerrar la brecha ancha y onda que dejó las declaraciones de Roberta Jacobson, subsecretaria de Estado de EEUU, según las cuales de la MUD pidieron dejar eso de las medidas contra Venezuela para más tarde, esperando el resultado de las “negociaciones”, lo que deja a su vez algo muy claro que antes los mismos que esa petición hacen, hicieron otra para que nos castigasen de la forma que ellos pueden. Lo que es lo mismo, parta desde donde se parta, de la primera o de la segunda petición, quedó en evidencia que la MUD está solicitando a una potencia extranjera se inmiscuya en su favor en nuestros asuntos. Y eso es delito y agravio a la nacionalidad.
Por ese asunto, Roberto Henríquez, quien quiere dejar de ser anónimo, declaró que “Hay una campaña sucia contra la MUD y Aveledo, por factores que no son de oposición” y agregó algo insólito: “que persiguen sus intereses económicos; ese mantuanaje corporativista económico, que siempre ha querido ser dueño de Venezuela”.
Si analizamos esas expresiones, uno se escandaliza y asombra por tanto disparate junto. ¿Ese mantuanaje corporativista económico, etc., etc., que es como decir los “Amos del Valle”, que están muy cerca de partidos como Voluntad Popular y Primero Justicia, para no meter a Copei en el mismo saco, por seguirle el discurso a Henríquez, no es de oposición?
Quien no es de oposición es indiferente o del gobierno.
¿Ese mantanuaje “que simpre ha querido ser dueño de Venezuela”, que viene desde lejos, es indiferente o del gobierno?
¿Es posible creer esas cosas? ¿Tiene eso sentido o es un simple dislate o disparate de alguien quien buscando hacerse notar pierde la chaveta?
¿Cómo concebir que ese mantuanaje que viene intentando, día tras día, acabar con el chavismo no sea opositor?
No creo que Henríquez, vocero de una pequeña parcialidad se haya atrevido a enfrentar a quienes denuncia; a ese mantuanaje que en verdad existe, tiene las manos metidas hasta los hombros - ¿no es esto un disparate?- y poder por demás. Por eso creo más en la hipótesis del disparate. Aunque resulte esta creencia como infantil, tratándose de políticos que, desde chiquitos y aunque sean desconocidos, se forman en la habilidad para trampear.
No obstante lo insensato que pueda parecer que Henríquez cometió un disparate, demostró poca inteligencia para salir del enredo en que a la MUD metió la Jacobson, tanto con el pueblo todo como quienes promueven la violencia – ese mantuanaje al cual se refirió “sin querer” – al asegurar a sus seguidores que “no se dejen manipular, porque a su juicio, desde el gobierno quieren destruir la conquista de la unidad que representa la MUD”.
Si ahora uno le da valor y sensatez al “juicio” de Henriquez, está obligado a entender que ese “mantuanaje que siempre ha querido ser dueño de Venezuela”, es el gobierno y entiende que antes el copeyano haya dicho que “no es opositor”.
El “mantuanaje corporativista económico, etc., etc.”, no es entonces aquel formado por los “Amos del Valle”, cuyos pomposos apellidos todos conocemos, sino los chavistas, pata en el suelo, desdentados, sin visa ni pasaporte para ir a Miami.
Hoy la MUD, anuncia la suspensión del diálogo, así de pronto, dando a entender o mostrando que el poder de ese mantuanaje corporativista, el verdadero, aquel que siempre se ha querido apoderar del país, maneja los tinglados en la oposición.
Ahora, al fin, entendí a Henríquez, “más claro no canta una ballena”.
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