Suelo decir que Ramos Allup me cae simpático. Su manera de ironizar, de vez en cuando es liviana, en veces inteligente y graciosa. Pero, como suele decir el pueblo, él es gracioso, liviano y agradable sólo cuándo le da la gana o se lo permite la debilidad de sus “principios”. Porque la mayoría de las veces, esa es su función, punza para hacer daño y se muestra excesivamente genuflexo. Pero como sucede siempre, en ese empeño de lucir simpático, agradable en su crítica, tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe. Aunque para decir verdad, al dirigente adeco, en los últimos tiempos, tanto el cántaro como el agua misma se rompe y derrama con demasiada frecuencia.
Eso que dije al inicio, como un halago a Ramos Allup, no es percepción de mi absoluta propiedad. Los “Roberto”, no ocultan el mismo espíritu que les anima ante cada cosa que al dirigente –ya uno no sabe qué – de lo poco que queda de AD, dice o hace. El mismo Ramos, al ser interrogado acerca de la opinión que tiene sobre el espacio que le brindan los antes mencionados en su muy sintonizado programa de los domingos, dice no sin ánimo de zaherir, “tanto me nombran porque les subo el rating”.
Ahora mismo, intentando ironizar sobre el asunto de la injerencia gringa en nuestros asuntos, no pudo mantener el equilibrio necesario o la agudeza requerida y cayó en una actitud irónica, pero al mismo tiempo se hundió en una genuflexión indigesta. Porque es tanto el compromiso y hasta temor de gente como el adeco ante el Departamento de Estado, que no hallan un ápice de inteligencia para ocultarlos.
Ante el reclamo del presidente Maduro a la MUD para que “repudie”, según la redacción de “Ultimas Noticias”, la pretensión del gobierno de Estados Unidos de sancionar a funcionarios venezolanos, Ramos Allup, quizás asumiendo esa sonrisita sardónica que le es habitual, declaró a la prensa lo siguiente:
“Nosotros no nos vamos a meter en la política norteamericana, ni en los pleitos de los funcionaros norteamericanos, eso no es cosa nuestra….”.
De acuerdo con esta respuesta que pretendió ser inteligente, un intento de escurrir el bulto ante un reclamo fundamentado en asuntos de soberanía, Ramos dejó sentado que los gringos tienen todo el derecho del mundo de meterse en los asuntos nuestros, como el de aplicar sanciones a venezolanos por asuntos domésticos, pero “nosotros”, como dijo el susodicho, no debemos metemos en los asuntos de ellos. Entonces, si es asunto de ellos, meterse en los asuntos nuestros, según el razonamiento del declarante. Por supuesto, el nosotros está usado para envolver a la MUD. Sabe bien que en eso habrán de acompañarle.
Lo cínico y engañoso es que a la MUD y a Ramos Allup, como agente de ella, el presidente Maduro, no les ha pedido se metan en los asuntos gringos, sino se manifiesten contra la injerencia de estos en las cuestiones nuestras.
Es indignante la actitud del dirigente adeco, sin un mínimo de sensatez y respeto por sí mismo, la nacionalidad, al mostrarse tan postrado y servil a EEUU, por unas migajas. Quiso ironizar y le salió un cinismo.
Esto por supuesto no es nuevo ni preocupa. En base a esa actitud, manera de vivir y concebir la política, como un negocio sucio donde se esconden los productos, se remarcan os precios para robar al pueblo, han hecho sus carreras Ramos y otros tantos como él; lo mortificante es que jóvenes les tomen como referencias honorables y valederas.