En estos días pudimos observar como desde nuestro Sistema Bolivariano para la Comunicación e Información (SIBCI) posicionabamos una etiqueta que expresaba la derrota de la guarimba y de los actos terroristas que durante casi 4 meses nos asediaron en nuestro país. Pero, la realidad, que no es bonita ni fea, demuestra que tal aseveración no es del todo cierta.
El titular del día de hoy del diario El Nacional es muy sugestivo: “El Mundial de Fútbol revivió la protesta”. Y desde el inicio del Campeonato Mundial de Fútbol en Brasil 2014, se suscitaron en diferentes lugares de nuestra geografía nacional, una serie de acontecimientos, que no son casuales, desde mi punto de vista, ya que ayer se cumplían los 4 meses del inicio de "La Salida".
En estos últimos días, se han dado algunos restos de lo que ha sido la guarimba y actos terroristas: La quema de una patrulla de la Policía del Estado Zulia el pasado día lunes, el miércoles fue incendiada la sede del PSUV ubicada en la Avenida Bolívar Norte de la ciudad de Valencia por 20 encapuchados, en el día de ayer, incendiada un autobus perteneciente a Transbolivar en el marco de unas protestas de trabajadores y trabajadoras de CVG Alcasa y CVG Refractarios en la Alta Vista, Puerto Ordaz; en la noche del día de ayer, se quemaron dos gandolas en el distribuidor Yagua- San Diego e incendiada la Federación Bolivariana de Cooperativas en San José, en Valencia, Estado Carabobo, y ayer algunas protestas y quemas de cauchos en Santa Fe, Bello Monte la Autopista Prados del Este, en el Municipio Baruta del Estado Miranda, y protestas en Chacao, específicamente en Altamira.
Esta situación me parece delicada y muy grave.Es un tema que está siendo poco tratado por nosotros, porque no se trata única y exclusivamente de los atentados al libre tránsito, al cercenamiento al derecho a la salud, a la vida, sino que estas acciones están generando unas secuelas en nuestro país. La inflación de abril y mayo cerró en un 5,7%, lo que equivale a un 11,4% en estos dos últimos meses y hasta mayo, si sumamos en lo que va de año, a 23%, y esto es así producto del inmenso daño económico que las acciones fascistas han generado en nuestro país. ¿Y vamos a seguir nosotros de brazos cruzados sin aplicar la severidad de la ley y la autoridad del Estado para garantizar el orden público y la paz a la que tenemos derecho la mayoría de personas en nuestro país?
Me da mucho dolor lo que está pasando en mi querido Estado Bolívar. La quema de una unidad de Transbolívar que beneficia a nuestro pueblo. La situación de dicha entidad federal, no me explayare en seguirla detallando, ya lo he hecho en años anteriores con lujo de detalles, y mi posición está más que clara y no ha cambiado ni un ápice. Lo único que si puedo señalar en esta oportunidad, en medio de las contradicciones que allí se estan dando, de las protestas laborales, de las divisiones que hay a lo interno del PSUV en la zona, y sin ánimo de exageración, que la situación en Bolívar, y no exagero cuando señalo esto, esta ya al borde de un estallido social, producto de la impunidad y la falta de respuesta de muchas instituciones acantonadas en dicha zona, producto de los intereses y de la mezquindad de algunos y algunas que tienen responsabilidades públicas.
Es realmente triste observar el "bachaqueo" impune de algunos, de recorridos que se hacen, observar kilometricas colas en los diferentes Mercal y PDVAL de la zona.Hay que hacer algo, porque ese pueblo esta bien arrecho, y han habido ya algunas escaramuzas de que se pueden desbordar las pasiones.
Pero la situación de Bolívar no podemos verla aislada del resto de la geografía nacional, forma parte del todo. Por eso, es que me permito escribir estas líneas.Seguimos respaldando al Gobierno Bolivariano y a Nicolás Maduro, y simplemente lo que hemos hecho es hacer algunas observaciones, y hacer sugerencias, a los fines de seguir preservando el legado de Chávez.
Pienso que debemos imponer de una vez por todas, y sin miedos la autoridad del Estado, por supuesto en respeto a los derechos humanos, pero ya esta bueno de impunidad, porque sino la situación se nos puede salir de las manos, y tal vez cuando reaccionemos, pueda ser demasiado tarde.