La barcaza de la MUD hace agua. La culpa no es del ciego sino de quien le da el garrote. El PSUV y demás fuerzas revolucionarias no tienen velas en ese entierro. El gobierno revolucionario no se mete en camisa de 11 varas. La derecha, agrupada en la MUD se está matando solita, como chacumbele. ¿A qué se debe esa pelea a cuchillo? ¿Por ideología? ¿Por haber quien las misiones? ¿Por aportar soluciones a los problemas? ¿Por un modelo distinto al socialista? ¿Por un proyecto de país? ¿Por el futuro técnico de la Vinotinto? No, y mil veces no.
En la MUD se echan cuchillos por otra cosa. Por la repartición de de la torta. Cada mini-grupito aspira una buena tajada. Saborear el poder, aunque sea de un junta de condominio puja más? ¿Por un programa de gobierno? ¿Por, es sabroso, sin ser caldo. Lean lo siguiente. Antonio Ledezma: está luchando por agarrar un pase por dentro y matar en la raya. Por eso habla y habla mal de lo que pasa en lo interna de la MUD. Él es el malacachimba. Por eso habla con autoridad. Pide sinceridad. Que jueguen limpio, los demás.
Gerardo Blyde: “… Hay miembros de la Mesa de Unidad Democrática que no son sinceros en sus planteamientos de reunificación, y hacen cálculos para implosionarla desde adentro… y desde afuera, para imponer una política fracasada”.
Henrique Capriles: Este no es pendejo y sigue en campaña. Sabe que Leopoldo y la Machado le pisan los talones. Mantiene el pico cerrado, respecto a la MUD. Allí tiene su bastión.
Ramón Guillermo Aveledo: Se comporta como el gran gurú. Responde aquí. Responde allá. Pero manteniendo un lenguaje equilibrado. No es ni lo uno ni lo otro. Todo lo contrario. Es un zorro.
Mientras tanto, Henry Ramos y los demás, juegan a ver los toros desde la barrera, pero prestos para arrimarse al mejor postor. Pero lo que sí es cierto es que la barcaza de la MUD está haciendo agua. Cuando se sientan en la mesa, cada uno tiene un cuchillo escondido bajo la manga. ¡Qué Dios nos libre!
¡Volveré!