La Contrarreforma fue la reacción de la Iglesia al movimiento de la Reforma Protestante. Fue, pues, un movimiento reaccionario. Se reafirmaron en los principios más tradicionales. Por la parte buena dio poesía mística, es decir, erótica y magnífica. Por la parte mala dio la Inquisición, cuya versión actual presidió el actual Papa.
¿Por qué hay gente que se deshonra sosteniendo públicamente los peores disparates? Por ejemplo: defender ahora una Constitución que repudiaron en 1999. Por ejemplo: rechazar la Reforma Constitucional sin haberla leído. Pregunta a los que la rechazan y verás.
Fue esa la doctrina que tuteló el proceso de conquista de lo que luego fue América. El Imperio Español se constituyó sobre esta visión reaccionaria, que privilegiaba la jerarquía, el verticalismo rígido que regía las castas durante la Colonia. Esa doctrina instauraba un orden inapelable fundado en el racismo y el clasismo irreductibles.
Y esto explica aquello. No puedo creer que personas con formación académica avanzada sostengan tanto desatino, como rechazar algo que no se conoce, sin examinarlo, sin argumentos, solo con los peores insultos. Porque lo que me está sonando es a que esta gente no se opone a lo que argumentan con tanta debilidad conceptual, sino que les indigna que los pobres vayan ahora al Teatro Teresa Carreño, por ejemplo. Que ahora sepan leer, que ahora recuperen la vista, que ahora estudien en universidades, liceos y escuelas. Tiene que ser eso, porque de otro modo habría razonamientos al menos bien construidos y no meras interjecciones o dislates estruendosos.
Lo que me estoy maliciando es que lo que en realidad les molesta es que ahora haya otro puente sobre el Orinoco, poder popular, Mercal, más sol mañanero y medicina gratuita para todos.
¿Por qué molestan esas cosas? Porque viola el principio básico de la Contrarreforma: la jerarquía. En eso están algunos inmigrantes que no se han integrado porque desprecian al país que los acogió. No es la mayoría de los inmigrantes, entre quienes predomina gente que vino a querer este país. Pero en los otros, en los reaccionarios, predomina la herencia de esa Iglesia Contrarreformista que heredamos a través de los colegios católicos.
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