Postulación ilimitada no es lo mismo que reelección indefinida

El empeño de la oposición por desvirtuar la esencia de la propuesta de enmienda del artículo 230 de la CRBV, al venderla dentro y fuera del país como una forma de reelección indefinida, que sólo responde al interés de Chávez por eternizarse en el poder, o per secula seculorum, como dice la columnista adeca Luz Mely Reyes, es la confesión de su incapacidad para ganar cualquier elección en la cual participe el Presidente. Es expresión de la desmoralización que genera la impotencia del liderazgo derechista y pitiyanqui, ante un fenómeno que después de 10 años y jugando bajo las mismas reglas impuestas por la democracia burguesa, mantiene el apoyo de 70% de la población, más allá de los errores propios y de la ineficacia de muchos de sus colaboradores. Sino basta con recordar si alguno de los presidentes de la cuarta pudo mantener tan alto nivel de aceptación aunque fuera antes del término de su mandato quinquenal. Es humano tratar de entender el barranco escuálido, porque es cierto que la sola presencia de Chávez como contendor, implica hoy por hoy una reelección que no llega a ser automática simplemente porque debe formalizarse a través de las urnas.

En la práctica la enmienda es para permitir a quien ejerza la presidencia, llámese Hugo Chávez o Don Perico de Los Palotes, que pueda lanzarse como candidato a la reelección cuantas veces quiera, lo cual no significa que lo logre, ya que tal decisión, como lo plantea el artículo 5 de nuestra Constitución, reside en el pueblo de manera intransferible. Es obvio que la votación reflejará no sólo la aprobación o improbación de la gestión concluida, sino también la aceptación o rechazo ante las propuestas que justifiquen la nueva postulación. En consecuencia, el argumento opositor según el cual la enmienda impide la “alternabilidad en el poder”, no pasa de ser otra falacia más de las que usualmente esgrime una oposición tan cerrada y carente de ideas, que sólo estaría satisfecha si pudiera medirse consigo misma. Tan “amplios” son los oposicionistas, que sólo ven como futuro la sujeción a los intereses gringos, en su afán de revivir la oscura época adeco-copeyana, que nos legó 80% de pobreza.

Quienes de manera crítica apoyamos los cambios que se adelantan en el país bajo la conducción del Presidente Chávez, deseamos que él continúe al frente del proceso al menos durante un período más, por su liderazgo incuestionable, producto de una visión geopolítica clara y extraordinario conocimiento de la realidad y potencialidad nacionales. Sin duda, el mismo proceso conformará su relevo más adelante. Bajo la modorra que aletargó al país durante 40 años, al pueblo llano no le importaba quién asumiera la presidencia, ya que blancos y verdes seguían en esencia las mismas directrices, y por eso la gente votaba más por obligación que por convicción. Hoy hay una propuesta nacional de desarrollo socialista con ideas y recursos propios, apoyada por países antes ignorados y con planes en marcha que no pueden detenerse. Hoy Venezuela rescata el concepto de soberanía y para darle continuidad al proceso debemos apoyar la enmienda y luego votar SI en la fecha que el CNE decida para la consulta. Hagámoslo porque lo que está en juego es el futuro de la patria que estamos rescatando. Se trata de decidir entre la construcción pacífica del socialismo venezolano y la defensa de nuestros recursos, o la represión sostenida del fascismo dirigida por la CIA, la discriminación racial y la venta del país a los intereses transnacionales.



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Camilo Palmares

Profesor universitario.

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