En los países desarrollados la basura es tratada y convertida en otros productos industriales y comerciales, sin embargo esas tecnologías no son aplicadas en nuestros países de la periferia.
En otros países como Venezuela, nos toca "manejar" o gerenciar la basura, propiciando a través de los gobiernos municipales un sistema de recolección, transporte, verterla en un lugar apropiado y, en ese lugar adecuado, también manejar los espacios, acopio y abrir otros sitios de almacenamiento para los desechos.
De esta manera siempre ha estado establecido. Lo dicen las leyes. En el caso del municipio Caroní, sucede todo lo contrario.
Por ineficiencia, falta de visión gerencial o desinterés por el bien común, los guayacitanos padecen las consecuencias de una pésima gestión local en cuanto a este tema.
La calamidad de la acumulación de los desechos sólidos salta a la vista de todos por cualquier calle que transitemos, pasando por urbanizaciones o las barriadas más populares de la localidad. El caos es evidente. Los camiones recolectores de basura brillan por su ausencia, aún cuando con “bombos y platillos” anuncian su compra con recursos provenientes de los impuestos municipales.
El burgomaestre promete al pueblo hacer de “Ciudad Guayana en una de las ciudades más limpias de Venezuela”, pero su gestión se traduce en lo contrario.
El municipio Caroní se convertido en una ciudad insalubre y con basura regada en todas partes. Hay depósitos improvisados en cada sector y calle, lo cual afea y agrava el problema, generando un caos, imposible de ignorar.
Una nube de humo se apodera mañana, tarde y noche de la ciudad producto de la quema descontrolada de los desechos sólidos acumulados, afectando peligrosamente la salud de más de un millón de habitantes de Ciudad Guayana. Esta situación refleja la inoperancia y negligencia criminal por parte de la máxima autoridad municipal en contra la salud del pueblo.
Gracias a la Revolución, al Comandante Eterno Hugo Chávez y al presidente obrero Nicolás Maduro, el estado Bolívar cuenta con un gobernante como Francisco Rangel Gómez, capaz y comprometido con las necesidades del pueblo; quien en reiteradas ocasiones ha asumido responsabilidades que van más allá de sus funciones, en aras de garantizar una mejor calidad de vida.
Muestra de ello, es el programa “Un cariño para Guayana”. Este plan, ejecutado a través de la Secretaria de Mantenimiento y Servicios Generales de la Gobernación de Bolívar, fue creado por el líder regional para atacar el grave problema de la basura en las parroquias del municipio Caroní que lucen abarrotadas de basura por doquier.
La solución es gerenciar, pensar en la gente de nos dio sus votos y con ellos la confianza de ayudarlos a solucionar los problemas, como el de la basura.
De lo contrario, cada quien que asuma sus consecuencias. Recordemos que el Alcalde del municipio Sucre, estado Miranda, Carlos Ocariz, fue objeto de una decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que lo obliga a cumplir su función de atender lo calamitoso del desorden de la basura en su jurisdicción. De continuar esta situación, quizá el TSJ tenga que hacer lo propio en Guayana.