Sentido común, ciencia y fe

Si no recordamos mal, en alguna parte al inicio de "El Discurso del Método", la famosa obra de René Descartes con la que al parecer se inaugura la modernidad occidental, acota que el sentido común viene a ser el bien mejor repartido entre la humanidad.

No optante para la mejor conducción del espíritu se requiere precisamente de un método, ordenado, metódico, riguroso… y el producto más elevado de tal labor intelectual de una comunidad específica está representado en la ciencia, cuyo cuerpo se ha tornado cada vez más copioso y robusto hasta hacer una madeja harto complejo, pero cuyo uso no siempre tiende al bien de la sociedad como señalaría el recientemente fallecido Dr. Mario Bunge en su opúsculo "La Ciencia, su Método y su Filosofía"; a veces su práctica en laboratorios en su aspecto de ciencia pura y aplicada constituye una arma de "Guerra bacteriológica".

¡Dios santo! Eso sería "la mano peluda", que al decir del Presbítero Juan Carlos Franceschi está detrás de la actual pandemia, según entrevista recientemente en el canal regional PROMAR TV., la fe, sin embargo, en un Dios trascendente y personal no está reñida con la razón, sino que se complementan; noción que extraemos también como conclusión de una homilía televisada del sacerdote Alfonso Maldonado una de estas mañanas, participante de la Maestría en Teología de la UCAB.

También recordamos que hace ya tiempo que cuando revisábamos documentos periodísticos de Venezuela de 1876 en adelante ("Ecos de Urdaneta", Imprenta de la Generación, municipio Urdaneta, estado Lara), sus crónicas de corte liberal-positivista muestran algunos destellos donde destacan que el orden y el progreso material, moral y/o social se obtiene por medio de la ciencia y la técnica; de tal suerte que es de sentido común obedecer los lineamientos científicos en el campo de la salud, salubridad e higiene, por ejemplo; que es lo que ha realizado y ha pedido a toda la nación el gobierno nacional.

Comentó recientemente el sacerdote José Numa Molina SJ un pasaje del Evangelio en que Jesús recurre al sentido común, típico de la gente sencilla de Galilea; pues estos solían interpretar ciertos fenómenos atmosféricos: inminencia de precipitación, tiempo de siembra o cosecha, etc. O también podían ahondar en el sentido de algún evento especial como el diálogo de Jesús con la mujer samaritana, pero lo que destacó el religioso fue la primera parte del capítulo 4 del Evangelio de san Juan, ya que el mismo Jesucristo muestra precaución frente a ciertas amenazas a su integridad física, digámoslo así; ya que

"Los fariseos se enteraron de que Jesús bautizaba y atraía más discípulos que Juan, (aunque Jesús no bautizaba personalmente, sino sus discípulos). Jesús, al saberlo, decidió abandonar la región de Judea y volvió a Galilea. Para eso tenía que pasar por el país de Samaria. Llegó a un pueblo llamado Sicar, en la tierra que el patriarca Jacob había dado a su hijo José. Allí se encuentra el pozo de Jacob. Jesús cansado por la caminata se sentó sin más, al borde del pozo. Era cerca del mediodía. Una mujer samaritana llegó para sacar agua, y Jesús le dijo: ´Dame de beber’ …

Suponemos que como barruntaba que aún no había llegado ‘su hora’ Jesús decidió alejarse de Judea hacia aquellos otros parajes, cosa que el padre Numa Molina quiere destacar como uso muy oportuno del sentido común y que para el caso particular venezolano en la coyuntura actual supone aceptar y aplicar las medidas de higiene y seguridad sugeridas por OMS a través del gobierno nacional; eso, además, de ser posible permite tener una experiencia religiosa más íntima desde el hogar en estos días de Semana Santa y Pascua de Resurrección prolongada 50 días hasta Pentecostés. Es como decir, que ha llegado la hora de ‘adorar a Dios en espíritu y en verdad’, sirviendo a la comunidad en aquello que sea necesario, deslastrándose un poco de esa rutina religiosa de las procesiones y demás actos exteriores, acotó también en otras palabras. Ello es parte del uso del sentido común, la ciencia y la fe.

Finalmente conviene decir que hemos de entender aquí por "Sentido la facultad de percibir, adj. Fácil de ofenderse" (Diccionario Castellano Discolar"); José Ferrater-Mora en su famoso "Diccionario de Filosofía" acota que "No es fácil determinar la significación de tal ‘sentido común’ ni siquiera en Aristóteles, de quien procede mucho de los problemas que se han planteado al respecto (…) Puede interpretarse el sentido común de varios modos. (…): 1) Poder de discernir y comparar los datos de los sentidos especiales. 2) Percepción de los sentidos ‘sentidos comunes’. 3) Conciencia de toda aprehensión o experiencia sensible. 4) Facultad de la imaginación reproductiva. El problema es si hay o no algo de ‘común’: A. que se trata de una función y no de un órgano. B. Que esta función opera siempre sobre dos o más sentidos, o bien sobre un sentido y lo que es ‘incidental’ a él (como en los llamados "sensibles incidentales" o "sensibles por accidente").

Ergo, el pueblo venezolano está haciendo uso del sentido común a la luz de la razón científica, la fe cristiana también ha venido cooperando en ese sentido; aunque tal vez a algunos compañeros quieran que todos tuviéramos una actitud científica y dialéctica o que nuestra juventud se pudiera formar en lo que Gastón Bachelard da en llamar el espíritu científico.



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Luis B. Saavedra M.

Docente, Trabajador popular.

 luissaavedra2004@yahoo.es

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