Hace ya mas de 500 años que en la Abyayala, porción del planeta donde está enclavada la hoy llamada República Bolivariana de Venezuela, teníamos un “sistema de vida” donde no existía la discriminación racial, ni la exclusión social, ni la esclavitud (explotación del hombre por el hombre), donde los abuelos eran respetados y venerados, los niños eran considerados bendición de los dioses y cada miembro integrante de un asentamiento poblacional o comunidad era un(a) hermano(a) querido, respetado, importante y necesario, no se conocía la propiedad privada pues las cosas eran del que las necesitaba y así pasaban a ser de uso colectivo (todo es de todos), había una gran casa comunal o comunitaria en cuya construcción participaban todos con alegría y orgullo donde el compartir era la esencia. En la Entidad Comunitaria cada quien tenía asignadas sus tareas laborales en función del colectivo o sociedad comunal, allí no se conocía la miseria pues el objetivo de existir era vivir para ser feliz en armonía con la Naturaleza y el Universo.
Hasta que nos invadieron, desde Europa, unos entes y que “civilizados” los cuales nos impusieron a sangre y fuego su “avanzada cultura” la cual proclamaba a un Dios, maluco, que según y que vivía en un sitio muy lejano y desconocido que llamaban el cielo pero que tenía sus representantes y/o embajadores aquí en la tierra, ellos, estaban facultados para actuar en su nombre, es decir, en el nombre de Dios y así cometer todo tipo de atrocidades, desde torturar y/o quemar vivo a un individuo hasta saquear y arrasar pueblos enteros. Violar, mutilar, robar, prostituir y……………eso les llenaba de regocijo debido a que mientras mayor era su barbarismo, mas se congraciaban con su Dios.
Así fue pasando el tiempo y nos fueron despojando de las tierras, de las riquezas que de ella provienen, al tiempo que exterminaron nuestra fauna y flora, contaminaron de todo y con todo, ha sido tal su maldad, avaricia y malsana ambición que no solo a nosotros (la Abyayala) nos han colocado en riesgo de extinción sino que también a todo el Planeta Tierra, con ellos dentro, incluyendo a su “avanzada cultura”.
Quien defiende hoy los derechos de la Abyayala, Hugo Chávez Frías, está siendo objeto de ataques por aquellos quienes han heredado esa “unción divina y avanzada cultura” ufanándose de ser sus auténticos y legítimos representantes.
¡ NO PASARAN ! ¡ NO VOLVERAN !