Entramos en la fase final de la batalla del 26S, la oposición, como era previsible, concentra esfuerzos en sus medios privados de comunicación, fabulosas sumas de dinero ha gastado en promocionar sus candidatos/candidatas; ha utilizado todos sus recursos, incluyendo al propio imperio, quien a través de informes falsos acusa nuestra Patria de todos los males que ocurren en nuestro planeta. Los apátridas, han terminado de convertir este proceso eleccionario en un adelanto de lo que será el 2012, tres candidatos/candidatas han copado la escena oposicionista: María Corina Machado, firmante del acta de constitución del gobierno de facto, de Pedro Carmona Estanga, con estrechos vínculos con el partido republicano de George W. Bush, fundadora de Súmate, ong que ha recibido amplio financiamiento de los organismos de inteligencia imperiales (NED, Usaid, NDI e IRI): en 2003, 53 mil dólares; en 2004, 84.840 dólares; más recientemente, en 2008, 90 mil dólares (Fuente: Eva Golinger), recuérdese que el propio genocida de Bush la recibió en la Casa Blanca. El otro agente imperial, que ha sacado a relucir sus pretensiones de convertirse en candidato de los apátridas en 2012, es Julio Borges, cuyos vínculos con el partido republicano y el partido popular de Aznar, son harto conocidas, recuérdese que este sujeto conformó su organización Primero Justicia, con dinero público, desde Pdvsa la señora María Gertrudis López López, madre del ex alcalde de Chacao, Leopoldo López, quien era funcionaria de Pdvsa, sustrajo dinero propiedad de todos/todas las venezolanas para el financiamiento de dicha organización política, ambos en su calidad de funcionarios públicos, en ese entonces, fueron inhabilitados, por la CGR, por corruptos. El otro “frijolito” que ha salido a la palestra pública, es Henry Falcón, de quien es harto conocida su vinculación con el grupo desestabilizador Polar, quien le financia sus actividades, producto del incremento de la inseguridad en nuestras zonas populares. Vaya candidatos/candidatas, vaya joyitas!!!
Si bien los oposicionistas han incrementados sus acciones de propaganda, basadas en mentiras, en ausencia de capacidad movilizadora; un elemento nuevo comienza aparecer en el escenario electoral: la contrarrevolución interna, algunas/algunos lo llaman, la quinta columna. En su momento, el viejo revolucionario ruso León Trotski, haciendo analogías históricas entre el proceso que se desarrollaba en la Revolución Bolchevique y la Revolución Francesa, lo comparaba con el periodo de la Revolución francesa conocido como Directorio o reacción termidoriana, por haberse iniciado con el golpe de estado del 28 de julio de 1794 (10 de termidor del año III), con la cual se daba al traste al período revolucionario; sobrevendría una ola de persecuciones y asesinatos sistemáticos por parte de grupos monárquicos vengativos, la reacción derechista culminaría en el golpe de Estado, del 18 de Brumario, protagonizado por Napoleón Bonaparte.
El vuelco del Termidor no liquidó las conquistas básicas de la revolución burguesa, pero traspasó el poder de manos de los jacobinos más moderados y conservadores, a los elementos más pudientes y reaccionarios de la sociedad burguesa de aquel entonces. Hoy, es imposible no ver que en la revolución soviética también se dio, hace mucho tiempo, un giro a la derecha, totalmente análogo al Termidor aunque de ritmo mucho más lento y formalmente más disimulado. Según Trotsky, como consecuencia del atraso técnico y cultural, la sociedad soviética había caído en manos de la burocracia, a la sazón una casta parasitaria, contrarrevolucionaria y privilegiada que se adueñaba de gran parte de la riqueza social. Ante esta situación, enfatizada por la política de terror de Stalin, la clase obrera solo tenía dos alternativas: o hacer la revolución permanente (nacional e internacional), o el retroceso hacia el capitalismo.
El Termidor “Bolivariano”, en nuestra Revolución Bolivariana, trabaja en la misma perspectiva que la burocracia soviética, de aquellos años del siglo pasado, fortalecerse como un poder paralelo al poder popular, hasta finalmente desplazarlo. El “chavismo sin Chávez” se convierte para esta casta en un objetivo estratégico de primer orden, en esto hacen alianza con el oposicionismo apátrida, solo que estos últimos dan la cara y expresan su repudio al Gobierno Revolucionario, mientras los primeros actúan a lo interno del Gobierno demoliendo sus cimientos, poco a poco. Su actuación es similar a la de la quinta columna, solo que el Termidor trabaja en función del aprovechamiento de los poderes y privilegios que les permite disfrutar el Gobierno en el cual están insertos. En efecto, cuando Trotski habla de los años 20, dice: “La esencia del termidor (soviético)... estuvo en la cristalización de nuevas capas privilegiadas, en el nacimiento de un nuevo substrato para la clase dirigente en sentido económico. Hubo dos aspirantes a interpretar ese rol: la pequeña burguesía y la burocracia misma”. En el caso ruso, sería la burocracia quien vencería. La conclusión entonces es muy clara: era la burocracia quien se había convertido en esa capa social dirigente.
Nuestra Revolución Bolivariana, ha visto surgir en su seno expresiones concretas de reacción termidoriana, un ejemplo lo fue el llamado “miquelenismo”, tendencia contrarrevolucionaria que insertada en el Gobierno fue copando escenarios de gestión, hasta, incluso, el Poder Judicial. Caracterizado el “miquelenismo”, por los negociados a costa de los dineros públicos, enriqueciendo sus miembros burocratizados y atornillados en buenos puestos de la estructura del Estado, hasta chocaron con la justicia que si bien enjuició a su máximo dirigente: Luis Miquelena, fue impotente a la hora de activar su espada redentora, siendo absuelto el “don”. No sería sino años después, que el propio Camarada Presidente, Hugo Chávez, se daría cuenta que su “padre político”, así le llamaba, no tenía las bondades que generosamente le endilgaba, sino que solo estaba pendiente de los grandes negociados que le garantizaba su posición relevante en el Gobierno Revolucionario de aquellos primeros años, y allí surgió la ruptura que lo echaría del bando revolucionario para caer en el basurero de la historia, y convertirse en lo que es hoy: un oposicionista apátrida y golpista.
La reacción termidoriana, compuesta por una capa burocrática estadal, que se cree omnipotente, mantiene relaciones de desigualdad material con el resto de la sociedad. “Las camionetas para ‘los jefes’, los buenos perfumes para ‘nuestras mujeres’, la margarina para los obreros/obreras, las tiendas de lujo para ‘la nobleza’, la plebe solamente mira los manjares delicados detrás de las vitrinas”. En general, las condiciones de vida de la clase dirigente son análogas a las de la burguesía. Su prosperidad se basa en “la apropiación enmascarada de los productos del trabajo ajeno”, lo cual propicia una lucha social latente entre esa capa dirigente y la mayoría oprimida de los trabajadores/trabajadoras, quienes se ven obligados/obligadas a salir a las calles en protesta por la incomprensión de un gobierno que creen suyo, pero que les niega las posibilidades de acceder a una buena contratación colectiva que reivindique sus condiciones de existencia. Un buen ejemplo, que nos describe lo antes expresado, es lo que ocurre –actualmente- en las universidades, institutos y colegios universitarios. En dichas instituciones, sus trabajadores/trabajadoras desde julio del presente año, han estado sometidos a un bloqueo de sus salarios y seguridad social, mientras el señor ministro del poder popular para la educación universitaria, goza de un sueldo que rebasa los 10 salarios mínimos, sus trabajadores/trabajadoras apenas alcanzan cuando mucho los 3 salarios mínimos, mientras el señor ministro cobra su tiquet de alimentación con la unidad tributaria vigente, sus trabajadores/trabajadoras la cobran a la unidad tributaria de 2009, mientras el señor ministro está al día con sus beneficios socio-económicos, sus trabajadores/trabajadoras están en la incertidumbre de si podrán llevar el pan a sus hijos/hijas, viéndose obligados/obligadas acudir a prestamistas que les cobrarán tasas de interés que oscilarán entre un 15 y 20% mensual, para acceder a recursos que les permitan cubrir sus necesidades de sobrevivencia, mientras esperan que el señor ministro se digne cancelarles sus sueldos y demás beneficios socio-económicos. Nada fácil, se la están poniendo a los trabajadores/trabajadoras universitarias. Lo curioso, del caso es que estamos en pleno proceso electoral para elegir los representantes populares a la Asamblea Nacional, elecciones que el Camarada Presidente ha calificado de excepcionales, por su altísima importancia; no obstante, el señor ministro trabaja en función de causar molestias contra el gobierno revolucionario, del cual él forma parte, inexplicable, sin duda, la postura de este ministro cuyos vínculos con el fuenmayorismo opositor son de vieja data. Será que nuestro Camarada Presidente, Hugo Chávez, no se da cuenta de lo que ocurre a su alrededor?, y los oposicionistas se dan el tupé de llamarlo dictador…
No podemos concluir sin manifestar nuestras condolencias a la familia de ese revolucionario a carta cabal que fue Guillermo García Ponce, combatiente de toda la vida, sus últimas palabras, que registrara su gran obra, el diario Vea, vienen al caso: “quien no sirva tiene que salirse de las filas de la revolución…”, hasta la victoria siempre camarada!!
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