Sin duda la historia refresca. A propósito de la fecha, trae a colación estudiar y buscar en esos archivos patrios; elementos que aporten ideas y conceptos que nos ayuden a comprender, ¿Por qué suceden las cosas?, tanto hoy como ayer. El contexto donde se desarrollan unos hechos, que en honor a la verdad, significaron una ruptura de la línea histórica de un país (no fue la primera vez), que navegaba a la deriva, con inestabilidad y que solo con el uso de la fuerza, se lograba nivelar un timón difícil de sostener para un rumbo. Tiene que ver todo esto, con la manera de cómo se establece un poder. Pérez Jiménez tiene que ver con el derrocamiento de un gobierno que no fue (Rómulo Gallegos tuvo en el poder solo diez meses) y posteriormente escala con acciones no meritorias hasta convertirse en presidente (estas acciones incluyen muerte de personas en su momento y desconocimiento total de un proceso electoral que le fue adverso) y como sentencia divina; lo que mal viene, mal se va. A pesar de que la Venezuela de los años perejimenistas, vivió un auge de obras de infraestructura, una seguridad publica casi impecable y hubo la intención de traer progreso a la nación, habiendo concreción en muchos aspectos, por ejemplo, en lo económico. No fue esto sin embargo, lo que calmaría un descontento social que abrumaba a Venezuela. Un crecimiento en la resistencia, una congruencia de pareceres con clandestinidad política dirigencial, un pueblo sumido en el analfabetismo y otras circunstancias ocultaban de una manera un progreso que llevaba al desarrollo por un lado y un gobierno que lo conducía con régimen de fuerza y persecución política por el otro. Los descontentos políticos y sociales no son buenos acompañantes de un gobierno y el de Pérez Jiménez no seria la excepción, en un país donde privan intereses particulares antes los nacionales, ésto es pólvora y cualquier chispa que más o menos sea conducida la hace explotar.
El movimiento político venezolano sin duda toma fuerza con los sucesos de Enero de 1958, por supuesto el triunfo de las revueltas tuvieron que ver con complicidades y traiciones de personajes dentro del propio gobierno. El 23 de Enero de 1958 significó un nuevo amanecer para una dirigencia política que anhelaba el poder, se creo una especie de hermandad en los partidos políticos, todo posterior a las luchas entre ellos mismos por las diferencias ideológicas que claramente asomaban en sus discursos y actuaciones, compadrazgo que duraría hasta que una o algunas de las corrientes tomara el poder. Este nuevo amanecer trajo para algunos tragos amargos, para otros mieles de poder y riqueza material pero para un pueblo (la mayoría de los venezolanos) traería la ceguera política e intelectual que llego a sumergir a toda la nación en la ignorancia mas cruel vivida por pueblo alguno con respecto a la política en la mejor de sus expresiones. Las mieles llegadas significaron triunfos electorales, corrupción generalizada, burocracia estatal inepta, militarismo cómplice, pactos, la yunta económica - política en los gobiernos, ministros y sus empresas, comisiones en todos los niveles gubernamentales, favores, privilegios sociales y hasta consentimiento de la cúpula de la cúpula eclesiástica de la iglesia en Venezuela. Los tragos amargos vividos por la dirigencia de izquierda fueron: persecución, torturas, muerte, exilio, vetos, guerrillas clandestinidad, dolor y una serie de circunstancias que hicieron de una parte de ese tiempo una época llena de sangre sudor, lagrimas y coraje así como la perdida de grandes dirigentes políticos, progresistas y humanistas venezolanos. Esta dolorosa etapa termino con un proceso de pacificación resuelto en convenios suscritos como la legalización de partidos y dirigentes, unos en la guerra y otros en el exilio.
Pero hubo un nuevo amanecer en la vida política de Venezuela desde 1958 hasta 2011, un nuevo amanecer que para muchos comenzará en 1992 (cosa que es discutible) pero que sin duda esa aurora señala todo esplendor en Diciembre de 1998, cuando un pueblo con sus propias manos, su propia decisión, su dignidad, con su propio criterio rompe en las urnas electorales con un bipartidismo absurdo, grosero y vil que lo llevo a sentir su mas grande desgracia histórica después de la colonia. Este otro nuevo amanecer ha traído a Venezuela la erradicación del analfabetismo, la elevación del hecho educativo, la cultura al alcance de todos, un proyecto de país que toca todos los elementos que hacen posible el bienestar individual y colectivo en lo nacional y local, así como el lo continental. Por otro lado llama a la participación del pueblo, en su conjunto, a todas las decisiones trascendentales que afectan en cualquier sentido la vida del país, también al protagonismo, a la democracia, a la justicia, a la paz, a la armonía ambiental, a la dignidad humana, a la lucha por el bienestar común, a las voluntades de cooperación, solidaridad y honestidad. Aunque una docena de años no alcanza, este amanecer sigue nuevo, caminando su sol sobre escollos y dificultades, faltan logros, ha tenido y tendrá nubarrones y tormentas, pero un pueblo ya lo hizo suyo como la bandera, lo tiene en sus manos y lo aprovechará agradeciendo a Dios y metido en la pelea, viviendo un segundo amanecer.
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