Un milenario refrán popular reza: “LO QUE ES IGUAL NO ES TRAMPA”, así, en este sentido, para concatenar o vincular esta construcción gramatical refranera, con una realidad jurídica en el ámbito internacional, debemos abordar El Derecho Internacional Público, entendido como el conjunto de normas que rige las relaciones del Estado y otros sujetos internacionales entre sí, estableciendo y determinando los derechos y deberes recíprocos que les corresponden; Es por ello, que designa el ordenamiento jurídico de la comunidad internacional; en otra época, llamado “ius gentium” o “Derecho de gentes”, expresión con la que se aludía a la idea de un orden jurídico no escrito para regular las relaciones entre los pueblos. Los sujetos por excelencia del Derecho internacional público son los estados y las organizaciones internacionales. Las fuentes de éste, son la costumbre y los tratados internacionales, que pueden ser bilaterales o multilaterales. Las funciones, por excelencia son, regular las relaciones diplomáticas y consulares, entendidas como instrumentos de coexistencia y cooperación entre los estados. De allí derivan la igualdad y la reciprocidad en las relaciones, como principios fundamentales.
Los venezolanos sabemos que para viajar a los Estados Unidos, se requiere una visa que otorga la Embajada de ese país. Para obtenerla se debe comprar con antelación los pasajes aéreos de ida y vuelta, responder a determinadas preguntas y exhibir una sonrisa de oreja a oreja, para que finalmente en algunos casos, le sea negada la fulana visa. Además debe pagar impuesto o tasa de salida en dólares y no debe aparecer su nombre en una lista que hicieron los gringos, que les prohíbe entrar a los Estados Unidos. Asimismo, debe declarar cuántos billetes verdes lleva consigo. Hasta aquí, todo parece muy bien, como requisitos para que un venezolano viaje al imperio norteño.
Ahora bien, cuando un gringo de la gana de venir a Venezuela, no se le exige visa alguna y no paga ni medio por entrar a nuestro país; es decir, pueden entrar y salir cuando se les antoje, como dice otro refrán: “entran y salen como perro por su casa”. Pero como cita el decir popular “se les acabó el pan de piquito” ya que el gobierno bolivariano, socialista, revolucionario y chavista, que lidera El Presidente Obrero Nicolás Maduro, tomó la decisión que cuando un ciudadano estadounidense quiera venir a visitar Venezuela, será bienvenido, pero debe presentar el pasaporte con la correspondiente visa y cancelar un impuesto en dólares, para poder ingresar al suelo de la Patria Grande de Bolívar y los venezolanos. Así que distinguidos gringos, cuando vengan compren alpargatas, que aquí se las vendemos baratas, pero en dólares, porque lo que viene es joropo parejo. Ellos piden visa y nosotros también. Lo que es igual no es trampa. En diplomacia este es un principio de reciprocidad.
Otra decisión soberana, es que se solicitará reducción del personal de la Embajada Estadounidense, que tienen 100 personas aproximadamente y nuestra Embajada en Estados Unidos tiene 17. Como le parece. Esto es un principio de igualdad. Otra decisión, es que las reuniones y actos políticos deben tener autorización del gobierno bolivariano. Ya saben se acabaron las reuniones con golpistas apátridas, a menos que sean “guillas”. Igualmente, se redactará una lista de quienes no podrán entrar a nuestro país, que será encabezada por George Bush. Ellos hicieron una lista de venezolanos que no pueden entrar a Estados Unidos, nosotros haremos una lista de los gringos que no pueden entrar a Venezuela. Se da cuenta distinguido lector “Que lo que es igual no es trampa” ¡CON CHÁVEZ, DIOSDADO Y MADURO A LA OPOSICIÓN LE SEGUIMOS DANDO DURO! ¡GLORIA AL BRAVO CHÁVEZ! Y hasta la próxima, si Dios quiere.