Lo que sucede hoy es un preámbulo de lo que acontecerá mañana. El proceso de normalización de relaciones entre Estados Unidos y Cuba ha sido tratado mediáticamente en extenso; el propio Presidente Obama, quien no es más que el portavoz mediático del Imperio, ha insistido en que no hay segundas intenciones, que el embargo fue un error (¡pero no lo levanta!), que vienen nuevos tiempos. Nada de eso es cierto, salvo quizás la última aseveración. El Imperio está librando una enorme batalla en todos los frentes del planeta: Europa, Medio Oriente, Asia, África y por supuesto América Latina. En el Medio Oriente (Siria) acaba de sufrir una derrota solo equivalente a la sufrida hace algunos años en Vietnam; en Europa no les va mejor, el conflicto en Ucrania se mantiene pero perdieron la península de Crimea, un enclave muy estratégico que permite el dominio del Mediterráneo; en Asia están tratando de detener los avances de China sin mucho éxito; en África la situación es muy complicada y aunque dominan en muchos países la situación está lejos de estar completamente controlada. En América Latina, tras una irrupción fuerte de la izquierda, se encuentran a la ofensiva. Tienen a Colombia tomada militar y económicamente, pero los resultados para la sociedad colombiana son catastróficos (ver Colombia: entre la espada (gringa) y la pared (bolivariana) por Pedro Grima http://www.aporrea.org/tiburon/a212994.html); lograron un triunfo electoral en Argentina, están imponiendo un programa neoliberal salvaje e igualmente los resultados sociales son aterradores; en Brasil han atacado despiadadamente a Dilma pero la sociedad civil ha respondido a favor de su Presidenta; trataron de darle un golpe policial al Presidente Correa pero igualmente fracasaron.
Pero regresando al comienzo de este escrito, ¿qué tiene que ver la jugada hacia Cuba con su ofensiva en Latinoamérica? Mucho. La política del Imperio en realidad es muy predecible, sus estrategas no se romper mucho el cerebro y repiten las mismas políticas en diferentes escenarios. Lo mismo que hicieron en el Medio Oriente lo están implementando en Latinoamérica. Igual que destruyeron Siria invadiéndola con un ejército mercenario, lo mismo está haciendo con Venezuela. Desde hace años están infiltrando paramilitares en los barrios de Venezuela creando cédulas durmientes que se activarán cuando sea necesario. Estas unidades paramilitares están entrenando a venezolanos de extrema derecha que también se activarán. Eso es ampliamente conocido, no es un secreto para nadie. Incluso en las redes sociales se ha tratado el tema y se ha planteado la esperanza que Rusia y China nos ayudarían en caso bélico. ¿Pero desde que base terrestre cercana podrían actuar las fuerzas aliadas de Rusia y China? La respuesta es evidente: desde Cuba. ¿Ven ahora que la visita del representante del Imperio a Cuba no es en el fondo amistosa, sino que busca impedir que eso suceda? Menos mal que, tanto Fidel como Raúl, están claros. Nos lo demostró éste último cuando, de puros reflejos, impidió que Obama le colocara “la pata” encima. ¡Bravo Raúl!