La ofensiva de los Estados Unidos de Norteamérica hacia Suramérica proseguirá, como un bloque de poder de carácter económico, más allá de la política. Abriendo, en ésta oportunidad nuevos escenarios que proyectan canalizar los dólares para motivar los engranajes de coalición ideológica en la campaña mediática que que van a estimular en los países que buscan la integración. Y las distintas acciones de carácter subversivo en la Región.
Esta plataforma, está estructurada en Haití y República Dominicana y cuenta con líderes populares, que, como activistas y asesores eventuales, buscan disminuir la violencia y neutralizar las fuerzas de Seguridad Pública en las manifestaciones.
Nuestra historia, proporciona un mundo que hace ruido alrededor del proselitismo político y, los problemas estéticos, técnicos e ideológicos son difíciles de cifrar, porque, hay un punto que la cristaliza: el consumismo y el vicio a delinquir.
En este particular, somos atípicos, donde todo nos resulta extraño, tratando cada situación reflejada en el sistema económico con llaneza.
Todavía, algunos Consejos Comunales y el Poder Popular se encuentran en tinieblas y enfocados en una lucha de símbolos, cuando el problema es atender a la gente y producir alimentos, lo que implica que nos movemos en un mundo de imágenes que jadean la lucha subterránea en el mundo del proselitismo.
El Capitalismo, siempre estará presente en toda Revolución, pero, debe existir el compromiso de ir hacia las transformaciones económicas que exige el Estado, tomando en cuenta a la ciudadanía que desea expandirse en el mundo mercantilista y concebir la producción de toda clase de bienes. Por esto, la demanda excesiva de insumos y materia prima, Nos manejamos bajo un concepto de valor económico y una demostración de fuerza en la utilización de bienes utilitarios, lo que sucede, es que existe un abuso en el sistema de articulación de precios.
Hay que analizar el descontento de la población y las condiciones objetivas en que se forman las colas, como la actitud de las milicias y militares en su vigilancia. Hay modelos análogos en cualquiera de los países europeos, en éste siglo XXI, pero nadie falsea el perfil e imagen del presidente. De allí, la importancia de observar la estructura social y económica de los grupos familiares en cualquier lugar del mundo.
En el Socialismo del siglo XXI, debemos direccionar un punto de vista sobre la revolución y darle legitimidad a las vocerías para describir nuestro propio perfil revolucionario.
Hay que instaurar de nuevo, la República Bolivariana de Venezuela, tal como lo visualizó Chávez. Hoy, Venezuela y Nicaragua son injuriadas por sus lineamientos antiimperialistas y los movimientos opositores no quieren una salida con libertad, donde la democracia sea el ápice de nuestra soberanía,
La derecha latina, busca dividir el movimiento popular y todo es direccionado por una campaña llena de odio y rencor. Necesitamos actuar con transparencia y equilibrio social.
Hay que formar líderes que trabajen en las zonas populares y tengan en alto el pensamiento de Simón Bolívar y el respeto por los movimientos populares en todos sus niveles.
La oposición, desea una insticionalidad para conformar su bloque patriótico e instigar la violencia para salir a la calle, sin darse cuenta de los llamados a diálogo, dados por el presidente, Nicolás Maduro Moros. Esto, lo dan las estadísticas. Le han dado arremetida a los niveles de la clase media y se encuentran a lo largo de toda agrupación humana