Con todo respeto, le hago llegar estas propuestas que surgen de las claves constituyentes del proceso revolucionario venezolano.
Previamente y a manera de introducción, aunque usted conoce esta historia mejor que uno y sería importante conocer sus apreciaciones, queremos, junto a muchos protagonistas anónimos que creo pueden suscribir esta carta, recordar parte de una historia reciente aún en discusión. Por supuesto, un debate con matices que marcan una direccionalidad autónoma de nuestro pueblo y donde usted se inserta con liderazgo propio y catapultado por las luchas comunes que se unifican en esa Disposición de Cambio que sigue prevaleciendo en nuestro país, tal como quedó evidenciado en este último proceso electoral presidencial.
Como continuidad de una experiencia de luchas previas, en 1989 se produce un pico excepcional donde surgieron dos consignas que sintetizaron y marcaron un cambio de rumbo en el país:
- ¡No hay Pueblo Vencido!: a pesar de la masacre, se hacía evidente una disposición de cambio que se generalizó y se hizo Revolución (la primera de esta etapa) al insertarse en las cabezas del pueblo explotado, de los excluidos, tal como nos nombramos en aquel periodo histórico.
- ¡Refundación de la República, Constituyente Ya!: inmediatamente después de los hechos de Febrero aparecieron estas pintas en Caracas.
Se había instalado con fuerza inusitada la lucha contra lo viejo: lo constituido. Un cambio excepcional y generalizado en la conciencia del pueblo junto a una salida programática que en paralelo, tres años después, sincronizaba con dos insurrecciones militares (4 de febrero y 27 de noviembre de 1992) que estaban atadas por un ánimo entusiasta y generalizado de barrer con el pasado puntofijista: de allí emergió usted como el dirigente más destacado de esta etapa histórica para provocar dos revoluciones más junto a un pueblo que retomó por intermedio de usted, el apellido de Bolivariano:
- La segunda es una Revolución en el Gobierno que lo lleva a la Presidencia en diciembre de 1998, precedida por las luchas contra Carlos Andrés Pérez y su posterior salida, las elecciones de 1993 que significaron el acta de defunción de los dos principales partidos de la IV República y las jornadas de solidaridad por la liberación de usted y el resto de los militares insurrectos. Desde 1989 se venía instalando un Doble Poder a favor del proceso revolucionario que garantizó un inmenso control social por parte Pueblo Bolivariano (civil y uniformado) y que desarticuló cualquier posibilidad de Golpe de Estado que condujera a deslegitimar el remate premonitorio de esa victoria por vía electoral.
- La tercera es una Revolución en el Régimen en 1999, donde la codireccionalidad política (Chávez-Pueblo Bolivariano) por la vía de la Doble Delegatura de Poder producen un cambio de Constitución y una nueva legitimación de todos los poderes, incluyendo los nuevos. Eran los tiempos del Poder Originario, del Soberano, de los Frentes Constituyentes de Trabajadores, Campesinos, Populares y Pueblos Originarios que anunciaban el inicio del desmontaje del poder constituido. Una fase preparatoria donde se cualificaba en la praxis el sujeto del proceso -sujeto constituyente revolucionario-, donde usted llamaba a "demoler la CTV" y surgieron miles de sindicatos bolivarianos que levantaban la exigencia de la Asamblea Constituyente de los Trabajadores para empalmar con las recientes conquistas democráticas, participativas y protagónicas logradas en la nueva Constitución Bolivariana.
Valga precisar una cuarta Revolución, la de abril del 2002 y principios del 2003 que marcó el nivel más alto de lucha, autonomía y unidad cívico-militar del Pueblo Bolivariano: síntesis de toda una escuela de formación colectiva revolucionaria jamás vista en nuestro país. La jornada de abril de ese año que enfrentó una contrarrevolución triunfante tuvo un desenlace a favor que duró horas, pero la conspiración nacional y extranjera del capital prolongó su golpe con el sabotaje petrolero: insistieron en la recomposición del golpe, pero nuevamente fueron derrotados. Inmediatamente después nace la Unión Nacional de Trabajadores (UNETE), una conquista orgánica dentro de este periodo; pero emerge también la propuesta política de más profundidad estratégica y calado internacional: la Constituyente Petrolera, para pocos o muchos la iniciativa más progresiva con la que pudo cerrarse este cuarto y excepcional periodo revolucionario.
Como puede ver, dibujo una parte de esta histórica etapa revolucionaria, aún abierta y donde predomina, de manera desigual y combinada, entre usted y sectores de vanguardia del Pueblo Bolivariano, los empujes o enviones constituyentes, es decir, el componente más importante e inédito de un proceso revolucionario inigualado en su praxis democrática. De hecho y con méritos propios, usted se ganó, como ningún otro en este siglo, el liderazgo de representar al pueblo más revolucionario de estos nuevos tiempos. Por cierto, y a tono con esta nota introductoria, no olvidemos su decisión en el 2004, en contra de muchos de sus operadores políticos (Comando Ayacucho), de ir a ese Referéndum Presidencial, emulando la Campaña de Santa Inés y que permitió desarticular otra conspiración de la derecha y el imperialismo, quienes pretendían ir por sus fueros en medio de una sospechosa e incubada desmovilización del Pueblo Bolivariano.
Antes de pasar a las propuestas, inserto este documento que titulé Desde las Claves Constituyentes de Febrero y que fue un aporte sin receptividad a las Líneas Estratégicas de Acción Política del PSUV- agosto 2011. Allí, me refiero a este mismo tema introductorio, al debate sobre la direccionalidad política y a dos tareas esenciales de la Transición Revolucionaria.
Propuestas para el debate :
1. Sobre el socialismo en Venezuela y el Socialismo del Siglo XXI
Sobre este punto voy a citar varios párrafos de un documento que elaboré en febrero de 2008, que fue suscrito por Batallones e individualidades del PSUV, sin receptividad en el partido y que titulé: Hacia un ejercicio de gobernabilidad revolucionaria desde abajo . Su importancia radica en precisar y ajustar en su máxima dimensión la tarea revolucionaria nacional que tiene por delante nuestro pueblo y el carácter continental e internacionalista del que tiene que estar impregnados la militancia revolucionaria y nuestro proceso:
<<Hay quienes han alertado, como un sano ejercicio para la experiencia que vivimos en Venezuela, sobre la necesidad de investigar anteriores procesos que propugnaban el socialismo como modelo alternativo al capitalismo. De las caracterizaciones de ese conjunto de procesos nacionales que llegaron a agrupar varios países surgieron distintas denominaciones encontradas: Socialismo Real, Sociedades en Transición, Sociedades Poscapitalistas, Neocapitalismo, Socialimperialismo, Capitalismo de Estado, Socialismo de Estado, Estados obreros burocratizados, distorsionados o degenerados, etc.
Posiciones críticas desde la óptica revolucionaria, previas, en y posteriores a la mayoría de estas experiencias, principalmente de la exURSS y los países del Este Europeo, han producido elaboraciones sobre estos procesos que tienden a inclinarse por:
a) Dejar saldado el debate sobre el "socialismo en un solo país" y su imposibilidad en un mundo cada vez más interconectado por relaciones capitalistas.
b) Interiorizar la lógica y metabolismo del capital con toda su carga alienante como un factor distorsionante que prevaleció en estos procesos donde fue eliminada la propiedad privada.
c) Repensar el carácter de la confrontación con el capitalismo, mucho más allá de él contra el capital, al igual que el carácter con que los sectores clasistas y revolucionarios tendrían que asumir la lucha, la construcción organizativa, su ámbito y el problema de la direccionalidad y gobernabilidad revolucionaria.
En los países llamados socialistas quedó demostrado cómo, con supresión de la propiedad privada, la lógica del capital jugó un papel indetenible en la distorsión y degeneración de esos procesos revolucionarios, hasta el punto que la burocracia sustituyó a la burguesía en ese papel que para Marx era de "personificación" del capital. La burocracia no era simplemente un sujeto "gestor" en el proceso de distribución, el cual determinaba quién recibía qué parte de la riqueza y cuándo, sino que evolucionó hacia una casta inseparable del proceso de acumulación privada de capital. Dirigía el proceso de acumulación, actuaba como "personificación" del capital y, posteriormente, sus miembros se transformaron en los grandes capitalistas, en la naciente burguesía, de los países del desaparecido y llamado "bloque socialista".
Y vale la pena reflexionar sobre estas experiencias porque la contrarrevolución, incubada desde siempre en esos procesos, tenía que ver con el capital, con su lógica y metabolismo explotador de plusvalor no sólo económico, sino político, ideológico, cultural. De hecho la heredada contradicción Capital vs. Trabajo en esos países, a pesar de las grandes conquistas sociales que el envión revolucionario produjo, se mantuvo. No había burguesía ni propiedad privada, pero había Trabajo Asalariado. Por lo tanto había Capital:
"un poder social independiente, esto es, el poder de una parte de la sociedad, que se mantiene e incrementa a través de la compra de fuerza de trabajo. La existencia de una clase que posee solo su capacidad de trabajo es condición preliminar y necesaria del capital. Es exclusivamente el dominio de la acumulación lo que transforma el trabajo acumulado en capital"
(Marx, Trabajo asalariado y capital).
Pareciera entonces, que un problema clave de todo proceso revolucionario nacional tendría que ver con el control de ese "poder social independiente, que se mantiene e incrementa a través de la compra de fuerza de trabajo", que suma los recursos propios de toda nación y que toca otro problema decisivo: ¿Quién controla y domina la acumulación de capital y los recursos que administra el Estado: el empresario, el banquero, el latifundista nacional y extranjero, la burocracia o los trabajadores de la ciudad y el campo a través de sus organizaciones? Está demás decir que todo proceso revolucionario, incluyendo el nuestro, implica una lucha contra la lógica capitalista. Lógica que produce burguesía, pero también una burocracia que en procesos de transición revolucionaria (de manera natural) tiende a acumular un poder desmedido en su rol de personificación del capital. Esto fue corroborado por la propia realidad y visualizado por Marx y por quienes jugaron roles de dirección en procesos revolucionarios e hicieron críticas y ejercicio de construcción de sociedades opuestas al capitalismo. De toda esa experiencia y crítica a la Burocracia surgió un antídoto: sólo puede ser reducida a su mínima expresión a través de una política consciente dirigida a acelerar la transferencia de gobernabilidad y poder hacia los trabajadores y el pueblo explotado, lo cual implica un ejercicio consciente, no solo de control social cada vez más estricto sobre el presupuesto nacional, el capital conformado por las inmensas riquezas del país y sus espacios geográficos, sino también y con igual relevancia: de control social sobre la lógica y metabolismo del capital como factor clave de la inmensa carga alienante y cultural de la vieja sociedad que queremos superar y que opera silenciosamente como un actor incógnito de carácter contrarrevolucionario.
Un dato importantísimo que toca el problema clave de quién controla la acumulación privada de capital, no sólo nacional sino global y que es difícil de investigar porque forma parte de los secretos de los dueños del capital mundial, está relacionado con el monto de las transacciones que se mueven diariamente en el circuito financiero internacional, es decir, la economía predominante en el mundo. Aunque en el capitalismo esto es difícil de precisar, se cuelan informaciones que ese monto supera los dos billones de dólares en denominación estadounidense, pero lo asombroso de esto es que una parte importantísima de ese monto tiene que ver con salario futuro de millones de trabajadores en el mundo que cotizaron toda su vida en Fondos de Jubilaciones y Pensiones y que están sometidos al control de los dueños de la banca mundial, quienes no sólo especulan financieramente con salario futuro sino que reproducen la lógica perversa del capital a costa de su opuesto dialéctico: el trabajo. Un circuito financiero internacional que además se engulle, a través de esta misma banca internacional, los pagos puntuales que hacen la mayoría de los países del llamado tercer mundo por concepto de deuda externa fraudulenta, a lo que habría que agregar los depósitos en divisas que reciben de los distintos bancos centrales nacionales del mundo que también administran. Es urgente precisar, que en pequeño, en cada estado nacional, esta lógica perversa del capital, el cual no tiene fronteras, también es predominante en las economías nacionales con múltiples variantes que se le podrían sumar, lo cual constituye el delito legalizado de un sistema donde los pueblos explotados no tienen la más mínima salida esperanzadora dentro de este sistema. Situación que tiende a agravarse y que amerita precisar acciones de contingencia en lo Nacional, debido a la grosera permisividad jurídica que se le ha otorgado a los operadores económicos del Gran Capital para llevar la especulación financiera a términos demenciales, casi irreversible en sus consecuencias y que coloca al mundo al borde de una debacle recesiva.
Valga lo anterior para preguntarnos:
- Acaso no vale repensar a la luz de las experiencias pasadas eso del Socialismo en Venezuela (en un solo país), que muchos creen que lo están haciendo o lo pueden hacer a través de ese contrabando ideológico que ha sido la socialdemocracia o lo que aún queda de los mentores del "socialismo real".
- Acaso la pertinencia del carácter mundial de la Revolución Socialista y la construcción del Socialismo del Siglo XXI no tiene que ver con contribuir a borrar de la faz de la tierra ese circuito financiero internacional, que acabamos de graficar, para poder avanzar contra el metabolismo social de varios siglos de alienante lógica capitalista e ir más allá, es decir, en cuanto los requerimientos de un instrumento organizativo que sea capaz de unificar las luchas de los pueblos y que a su vez permita generar direccionalidad en esta audaz tarea transformadora.
- Será que es necesario ser riguroso en definir lo que es un gobierno de carácter socialista o más bien revolucionario y el por qué necesita de un régimen, también de carácter revolucionario, para poder desmontar el estado capitalista, algo que intentaremos hacer siendo ejemplo de la democracia más amplia del mundo, pero sin la ingenuidad de descuidar la defensa del proceso, lo cual requiere avanzar de manera práctica en la concepción del pueblo en armas.
- Será que somos parte adelantada y consecuencia de una crisis internacional de la expresión neoliberal del capitalismo que no ha tenido aún su pico más importante y que nuestro proceso esté encaminado hacia una experiencia de sociedad transitoria revolucionaria, cuya irreversibilidad depende de nuestra lucha a muerte por restarle espacio al capital nacional y extranjero mientras empalmemos con otra crisis cíclica en la economía mundial. Crisis que empieza a manifestarse, que podría abrir procesos revolucionarios en el mundo capaces de neutralizar el reacomodo histórico del capitalismo a través de la guerra y a su vez abrir las compuertas del Socialismo del Siglo XXI.
¿Tienen sentido estas interrogantes? Incluso, el papel político de la clase que únicamente vive de su trabajo y que es responsable de todo lo que se produce y mueve en este mundo vertiginosamente dinámico.
Todos estos aspectos son parte del inmenso debate al que debemos arribar, porque baja a tierra el problema de la direccionalidad y gobernabilidad revolucionaria. Tarea central, colectiva, que tiene en contra elementos "sutiles", altamente contrarrevolucionarios, debido a que prevalece un entorno de relaciones capitalistas que determinan la conciencia social, que reproduce burguesía y burocracia que acumula, privadamente, capital convirtiéndose en su personificación.
Por esta razón, no debe extrañarnos que la contrarrevolución, de manera natural, capte adeptos en el gobierno. Que eso del "chavismo sin Chávez" tiende a tornarse orgánico en una parte de la superestructura del poder, porque corre por dentro de la lógica del capital convirtiendo a hombres y mujeres, funcionarios del poder público con incidencia en los manejos de los recursos del estado, en damas y caballeros honorables potencialmente ganables para el bando de la contrarrevolución. Acaso la lógica del capital no fue el catalizador principal que hizo reversible experiencias revolucionarias pasadas, que su metabolismo seductor contiene esa virtud satánica de transformar a hombres honestos en truhanes y pillos de cuello blanco, quienes propenden a paralizar la justicia revolucionaria en función de favorecer el imperante lugar común de la corrupción y la impunidad. >>
2. Sobre el Régimen
Alineado en ajustar los conceptos en concordancia con la progresividad de la experiencia revolucionaria de nuestro pueblo y en sintonía con el papel protagónico varias veces demostrado en su consecuente disposición de cambio, sugerimos abrir un debate que conduzca a internalizar y promover en la praxis un Régimen de Democracia Constituyente, Refrendario y de Gobernabilidad Revolucionaria desde las bases que viven únicamente de su trabajo, quienes conforman más del 99% del padrón electoral (REP) y que la actual CRBV puede transferirle Poder Decisorio para cumplir las tareas dirigidas a dignificar sus propias condiciones materiales de existencia.
el propósito de transformar el Estado y crear un nuevo
ordenamiento jurídico que permita el funcionamiento
de una Democracia Social y Participativa?
Si el Estado Capitalista venezolano fue fundado sobre la base de un régimen de traiciones para imponernos la dictadura de una minoría privilegiada, ahora nuestro proceso está habilitado para Refundar la República apoyándose en un Régimen de las Mayorías que apele al Poder Originario, al Soberano, para crear las Nuevas Instituciones del Estado Revolucionario y recorrer la Transición sobre la base de la gobernabilidad de las grandes mayorías que abrieron y defienden permanentemente esta experiencia emancipatoria que trasciende fronteras nacionales. En el fondo la lucha se reduce a la Lucha por la Igualdad, inherente a los procesos revolucionarios y, seguramente, de ser victoriosa, levantará una justicia opuesta al derecho burgués, pero siempre esta lucha permanente está sometida a una lógica de hierro: o la conquistamos todos o nos continuarán derrotando en el intento.
3. Sobre el Gobierno
En la misma línea del punto anterior, sugerimos abrir un debate que conduzca a internalizar y promover en la praxis un Gobierno del Pueblo Trabajador, Antiimperialista, Anticapitalista, Antiburocrático, Revolucionario y de carácter Socialista.
De hecho, estamos llamando a cambiar rectificando y direccionando el rumbo en el sentido que ha marcado nuestro pueblo en su experiencia revolucionaria y que se ha tratado de invisibilizar como actor protagónico esencial y Sujeto Constituyente Revolucionario del proceso. Con él y con la otra parte del Pueblo Trabajador que vota por sus verdugos habría que debatir en proceso constituyente los temas centrales que permitirían desarticular ese tejido de operadores económicos y políticos del capital, que son carne y hueso de un Estado del que nunca han salido, que ellos fundaron y que la gobernabilidad del proceso revolucionario ha tenido un retardo injustificable en desmontar. Ejemplo de esos temas: la desmercantilización de la salud, la vivienda, educación, la nacionalización de la importación privada de rublos de la canasta básica familiar, las ganancias exorbitantes de las grandes empresas y la banca privada, de las transnacionales, en fin todo aquello que signifique estafa del Capital contra el Trabajo y la Propiedad Pública Nacional.
¿Cómo y con qué argumentos se defienden los representantes del Capital en medio de un Debate Público Constituyente Nacional? ¿Cómo ganan un Referendo sobre estos temas, independientemente de su insignificancia numérica en el país?
¿Recorrer una experiencia Constituyente y Refrendaria de este tipo, acaso no conduciría a elevar el nivel político de todas las familias trabajadoras frente a la capacidad estafadora y alienante del capital?
No hay salida en el marco Capitalista. ¿Será que se hace impostergable traspasar poder de decisión refrendario al pueblo explotado sobre la base del más amplio y transparente debate constituyente sobre lo que se necesita transformar?
4. Sobre la contradicción Trabajo-Salario vs. Capital-Ganancia
Repitamos algo que citamos en la Propuesta N°1:
"Aunque en el capitalismo esto es difícil de precisar (monto delas transacciones financieras), se cuelan informaciones que ese monto supera los dos billones de dólares en denominación estadounidense, pero lo asombroso de esto es que una parte importantísima de ese monto tiene que ver con salario futuro de millones de trabajadores en el mundo que cotizaron toda su vida en Fondos de Jubilaciones y Pensiones y que están sometidos al control de los dueños de la banca mundial, quienes no sólo especulan financieramente con salario futuro sino que reproducen la lógica perversa del capital a costa de su opuesto dialéctico: el trabajo."
Lo anterior viene al caso porque los organismos del gobierno, encargados de elaborar el Presupuesto Nacional y los Informes Económicos relacionados con los planes del país, también deben actuar de manera constituyente para reventar la lógica contable con la que actúan los técnicos y expertos economistas que maquillan y enmascaran la gran estafa de los dueños del capital mundial, con toda su red de operadores económicos y políticos en cada una de las naciones.
Imagínense la importancia de nosotros comenzar a transparentar contablemente las operaciones económicas (especulación legalizada) del gran capital cuando el monto de los "negocios" financieros diarios, que informa Wikipedia para el mundo, supera el PIB anual de toda la América Latina.
Un gobierno anticapitalista, por lo menos en nuestro país, debe desentrañar toda esa lógica contable.
Por ejemplo: La inversión social en Venezuela, que ha sido privilegiada desde 1999 bajo la Presidencia de Hugo Chávez, continuará en 2013 su tendencia al alza para ubicarse en 147 mil 807,9 millones de bolívares, lo que representa 37,3% del Presupuesto Nacional.
Esto es verdad, pero desde el punto de vista revolucionario constituye un contrasentido que habría que corregir urgentemente. Veamos:
Presupuesto de Ingresos y Fuentes de Financiamiento de la República
Monto Total de Ingresos 2013 Bs. 396.406.748.187
Impuesto al Valor Agregado (neto) a recaudar Bs. 121.153.542.331 (30,5 %) del total.
30,5 % del total de los ingresos de 2013 los aporta el IVA, un impuesto indirecto, regresivo porque recae sobre el consumidor final y que junto a otros impuestos como a los licores y cigarrillos cubren casi la totalidad de la Inversión Social en Venezuela. (Ver: El IVA: un impuesto que atenta contra los que viven de su trabajo y contra el proceso revolucionario )
¿Y, cuánto aporta la banca privada, las constructoras privadas, las clínicas privadas, las grandes empresas privadas nacionales y extranjeras, entre otras? Cómo hacemos para que de manera detallada la población se entere de los aportes de c/u de las grandes empresas, bancos, clínicas, importadoras, etc.
Lo que sí sabemos es que el aporte del Trabajo, a través de los sueldos, salarios y el rebusque de los informales y desempleados, 65 % de la población que vive únicamente de su trabajo (Población Activa), aporta el grueso de ese IVA y de esos otros impuestos indirectos.
Pero también sabemos que los que menos ganan, aportan desgraciadamente igual para el IVA que c/u de los burgueses y burócratas millonarios de este país. Ellos son menos del 1% de la población, y hasta el momento no diseñamos una política de impuestos directos a la ganancia y a las transacciones financieras. Un gobierno revolucionario, mínimamente debe pedagogizar sobre la base de ese viejo lema proporcional: "quién más gana más aporta", para irnos acercando a ese tipo de sociedad que proponemos como salida a los pueblos explotados.
En el siguiente cuadro se puede apreciar los aumentos de salarios y cesta ticket de una parte importantísima de los que viven únicamente de su trabajo: los que menos ganan y más aportan cualitativamente. Habría que preguntarse sí valdría la pena hacer otro cuadro con el aporte de los capitalistas, de los que viven del trabajo de los explotados y que no pueden "amasar una fortuna sin volver harina a los demás".
5. Sobre la Asamblea Constituyente de los Trabajadores
A la final, la política se reduce a carne y hueso: no puede haber Transición Socialista sin la participación activa de los que viven únicamente de su trabajo. Se pueden equivocar y volver a equivocar millones de veces, pero no habrá redención social si no es obra de los propios explotados. En un principio, con vanguardias y direcciones que acompañen su ejercicio de gobernabilidad desde abajo, moviendo lo que mueven diariamente sobre la base del plan que ellos mismos discutan democráticamente. Haciendo lo que usted hizo Presidente y que constituye una deuda con el proceso:
Activar la Asamblea Constituyente de los Trabajadores para construir sobre la base de la más amplia democracia, participación y protagonismo los puntos ordenadores de una nueva Constitución o Régimen Productivo, que empalme con las claves del proceso revolucionario, la actual CRBV y la nueva LOTTT, que debata un nuevo modelo sindical, su propia organización, sus organismos de direccionalidad política y su papel como clase en las tareas de la transición revolucionaria.
Esta es nuestra propuesta final, con ella entramos como Marea Socialista en la UNETE y hace 3 meses en la nueva Central Socialista de Trabajadores: seguiremos insistiendo hasta que la asumamos ya con su aval e impulso o hasta que el Pueblo Trabajador la conquiste por la vía de la movilización: se trata de una propuesta central constituyente y usted sabe cómo los conscientes empecinamientos revolucionarios marcan direccionalidad y cambian los rumbos.
Lunes 29 de octubre de 2012.