El diario de Oscar Heck - el 25 de junio del 2024

Disculpen los errores, la pantalla de mi computadora está jodida, casi no veo lo que escribo, gracias.

No sé si ustedes que viven aquí en Venezuela lo han notado, pero la gente aquí en Venezuela se está muriendo a un ritmo que yo jamás había visto antes, ni aquí en Venezuela en los casi 50 años que ando por estos lados excepto en las barrios más pobres de Caracas y en las selvas de Barlovento, ni en ningún otro país que he conocido (34), excepto por la India, donde la gente pobre se moría todo el tiempo por todos lados, en las calles, en sus ranchitos, sin tratamiento médico, gente pobre de todas las edades.

Saben, creo que estamos acostumbrados a escuchar que tal o tal viejito se habría muerto, una abuela, un abuelo, o un bisabuelo por ejemplo, y, de vez en cuando, de escuchar que alguien quien tenía cáncer o alguna enfermedad rara se murió, y cosas así, ¿verdad?, pero nada como lo que está pasando hoy aquí en Venezuela.

Desde hace un tiempo ya, y cada día sin excepción, en las calles, entre familiares y conocidos, escucho de otro muerto más, de un joven de 32 años quien murió de los riñones, sin tratamiento, de un joven de 37 años que se murió de un tumor cerebral esperando una operación, otro de 42 años que murió de un infarto, una señora de 60 años, muerta de una hemorragia cerebral, un joven de 25 años quien se suicidó, una joven de 15 años que murió del calor, dos adolescentes que murieron haciendo motopiruetas, otro que murió a los 48 años de edad de diabetes, otra de 40 años que se está muriendo de epilepsia (una conocida mía), y su mamá de alrededor de 57 años que se está muriendo de alta tensión en su casa, sin atención médica, porque no pueden pagarse los tratamientos, etc., etc., etc.

Cada día.

Sí señor.

Cada día.

Anoche llevaron a una niña de 6 años de edad al hospital central de San Cristóbal en el Táchira con una grave infección urinaria, y la mandaron a su casa para ser tratada en privado porque el hospital estaba azotado por una peligrosa bacteria, además, no tenían los insumos necesarios para tratarla. Ahora la familia, muy pobre, está rebuscando cómo costear el tratamiento. Seis añitos. Igual ocurre con dos otras personas de esa misma familia, están allí en sus casas muriéndose mientras esperan cómo resolver.

Pero, lo más desconcertante de todo esto, es que por lo menos 80% de quienes se han estado muriendo (que yo conozco o de los cuales estoy al tanto), tienen o tenían menos de 50 años de edad, lo cual me hace sentir como si estuviéramos viviendo hace 100 o 200 años atrás cuando solo la elite gobernantes y sus compinches y operadores gozaban de una relativamente buena salud. Los demás, que se jodan.

Así lo siento cada día, porque cada día alguien me cuenta de otro muerto.

¿Y cuánta gente joven hoy aquí en Venezuela no se está muriendo de cáncer, o de los riñones, o de sida, sin tratamiento?

Muchísimas.

¿Y niños recién nacidos?

¿Y cuántos adolescentes no se están matando hoy practicando las motopiruetas que el actual presidente de Venezuela decretó un deporte nacional?

Muchísimos.

Por lo menos, eso es los que está pasando en mi entorno, sin embargo, creo que este fenómeno está ocurriendo en todas las familias venezolanas, ¿por qué?, porque cada vez que salgo a la calle, alguien me cuenta algo parecido.

Bueno …

Quiero que toda la gente que vive en el exterior y que lee Aporrea conozca esta realidad, la cual es muy real aunque ciertamente existen excepciones, pero, esa suerte ocurre casi únicamente cuando uno tiene palanca o si viene de familia adinerada, o sea, una minoría de nuestra población. El 80% de nuestra población está jodida, más o menos como hace 100 o 200 años atrás.

Es más, no creo que me estoy imaginando todo esto.

En estos últimos 3 años, dos de mis conocidos, ambos de unos 45 años de edad, murieron de sepsis contagiado en el hospital, otro de unos 28 años de edad, se suicidó, otra muchacha menor de 30 años de edad sin tratamiento, murió de un shock diabético, y otro que era amigo mío, murió en mi taller de cirrosis, sin tratamiento alguno, a los 68 años de edad.

Cambio de tema …

Yo tenía que salir hoy a uno de los pueblos donde voy a veces a comprar materiales para mi producción de chucherías que vendo en las playas, pero, no fui. Eso fue porque el presidente de Venezuela se presentó allí para llevar a cabo su campaña política (electoral) y montaron una tarima grande en las calles cercanas a la plaza, y toda circulación estaba bloqueada, eso es lo que me contaron (porque yo no fui), o sea, perdí otro día de trabajo, ya van dos días de trabajo perdidos en menos de 7 días, el otro día fue debido a otro apagón, los cuales ocurren regularmente aquí.

Bueno, me contaron que había poca gente allí frente a la tarima, pero que habían muchísimos motorizados, y que, por otro lado, el Banco de Venezuela que se encuentra cerca de donde llevaron a cabo el evento, estaba full de gente que supuestamente estaba cobrando su pago por asistir al evento.

Eso es lo que me contaron.

Cambio de tema otra vez …

Anoche, me encontré con una señora, muy feliz, que andaba con su hija y con sus nietas que no había conocido todavía porque su hija había pasado los últimos 5 años trabajando en Perú, pero, también nos dijo que su hija y sus nietas tenían que regresarse a Perú en dos semanas, y que no las iba a ver otra vez durante varios años más. Bueno, mientras ella nos contaba eso, otra mujer que estaba sentada allí, le dijo, "Yo también hace 5 años que no veo a mi hijo, él está en Chile," y entre las dos, se miraban con lágrimas en los ojos.

Esta muy triste y trágica realidad está ciertamente ocurriendo a nivel nacional, y probablemente en todas las familias venezolanas pobres (80% de nuestra población), es que, hay que saber que aquí en Venezuela, eso de no ver a su familia, duele muchísimo; porque aquí en Venezuela, lo más sagrado, es la familia.

Este terrible fenómeno es uno de los más inhumanos resultados del masivo éxodo de casi 8.000.000 de venezolanos y venezolanas desde digamos el 2014, o sea, casi 1.000.000 por año.

Sí señor.

Y siguen yéndose, todos los días, por cantidades.

Es que, las viejas promesas incumplidas del actual presidente de Venezuela, por lo menos para nosotros los pobres, no han cambiado nada, de hecho, han empeorado todo para nosotros, y la gente se va, y las nuevas promesas tampoco, porque ya no le creemos nada, y la gente sigue y seguirá yéndose de este país en búsqueda de una vida digna donde serán pagados dignamente por su trabajo, por sus esfuerzos, y por sus talentos, algo que aquí en Venezuela casi no existe desde el 2013 para el 80% de nuestra población.

Lo que existe aquí es la esclavitud en masa.

oscar@oscarheck.com

 



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Oscar Heck

De padre canadiense francés y madre indígena, llegó por primera vez a Venezuela en los años 1970, donde trabajó como misionero en algunos barrios de Caracas y Barlovento. Fue colaborador y corresponsal en inglés de Vheadline.com del 2002 al 2011, y ha sido colaborador regular de Aporrea desde el 2011. Se dedica principalmente a investigar y exponer verdades, o lo que sea lo más cercano posible a la verdad, cumpliendo así su deber Revolucionario ya que está convencido que toda Revolución humanista debe siempre basarse en verdades, y no en mentiras.

 oscar@oscarheck.com

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