El odio, movió a la oposición a votar. No salieron animados, a elegir a sus candidatos opositores, sino a castigar según ellos, al Presidente Chávez, la consigna que vociferaban era: “Vamos a votar por AD, para que le dé más arrechera”. Sin duda hubo una descarga eufórica colectiva, algo parecido a una explosión social, era un sentimiento involuntario sin líder, era algo así parecido cuando un linchamiento literalmente hablando. Cuando conocieron los resultados, sintieron un alivio, respiraron profundo, por fin le ganamos una al loco sin heridos ni muertos.
Y seguramente pensaron en aquella locura marcha del 11 de abril, para tumbar al Presidente, la mayoría sabía a lo que iban, los líderes opositores como Enrique Mendoza y otros, dirigían ese torpedo humano como carne de cañón, para producir una masacre, cerca de Miraflores la ultra derecha tenía apostado a sus francotiradores, tanto que inteligencia militar tenía conocimiento de que había oculto un francotirador, esperando que nuestro Presidente Chávez saliera al balcón del Pueblo.
Los apátridas diputados (electos) opositores, andan crecidos con sendas risas de oreja a oreja, viendo por encima de los hombros a los demás, -dale poder a un hombre y lo conocerás- está claro que estas sanguijuelas, no van a representar los intereses de los que votaron por ellos, una vez más se aprovecharán de la ocasión, como históricamente lo han hecho, a lo largo de lo que fue, la cuarta república.
A esos diputados opositores les digo, que no canten mucha victoria, recuerden que las elecciones parlamentarias, por lo general los electores se abstienen en votar; aunque en este caso, la oposición toda salió a votar. Ya lo dije, los movió ese odio que tienen contra nuestro Presidente y contra todos los chavistas. En cambio, los militantes del PSUV no salieron todos a votar, a muchos los embargó el triunfalismo por una parte y por la otra ese extraño sentimiento de frustración que confunde a más de una cuarta parte de la base del PSUV.
Debemos ser honestos con nosotros mismos, los militantes del PSUV en sus respectivas comunidades, están insatisfechos por no decir decepcionados, porque la acción o gestión gubernamental del alcalde o alcaldesa, no llega a sus comunidades, para muestra un botón. En el Barrio 23 de Enero, nuestros candidatos Juan Carlos Luna y María Gutt, se metieron caminando las calles y haciendo contacto con la gente, los acompañaba un equipo de 40 o 60 camaradas. Días después, pasó el Richard Mardo, fumigando casa por casa, recogiendo cachivaches, repartiendo bolsas de mercados, repartiendo medicina y dinero en efectivo y la gente salían de sus casas para acompañarlo en la caminata, más de 200 vecinos aparte de su equipo que lo acompañaba con franelas amarillas. Yo no lo vi, me lo contaron los vecinos de 23 de enero, que la mayoría están inscritos en el PSUV, pero que no quisieron ir a votar, porque están desanimados.
Lo que pasó en el Circuito 1, lo estaban esperando en el Circuito 2, no lo digo yo, lo dicen las proyecciones. Yo estaba convencido que de ocho ganaríamos 7 escaños y cuidado sino los ocho, porque veía a Ismael García con alto nivel de rechazo dentro de la oposición. Se salvó en la rayita, porque la oposición votó por Ismael, sino contra Chávez, y para que le diera más rabia, decían vamos a votar por AD. Ismael, Richard e Hiram, se salvaron porque el chavismo no salió completo a votar.
Repito no canten victoria, porque ustedes van descendiendo, si hubieran participado en las elecciones del 2005, en estas elecciones de 2010, ya ustedes estuvieran reducidos a la mínima expresión, claro con estrategia política lo hicieron bien, mientras Chávez se desgasta, lanzaron a los quinta columnas para no perder el fuerte, es decir a PODEMOS y al PPT. Y de paso mantienen latente el constante saboteo dentro del gobierno, para mantener ocupado al Presidente Chávez, y así no pueda avanzar con el socialismo del autogobierno.
El llamado ahora es para nuestros camaradas del PSUV, tenemos una organización política, bien estructurada para el combate electoral, con más de 10 triunfos electorales consecutivos y a nivel nacional no perdimos, pero no debemos descuidarnos, apartemos ese triunfalismo a un lado y dediquémonos a corregir las fallas, que por cierto son bastantes. Ahora es cuando tenemos que aplicar las RRR, no para cazar brujas, sino para radicalizar la revolución en lo local, directamente en las comunidades, no al estilo de vuelo de pájaro, como lo venían haciendo. En esta oportunidad le corresponde la palabra y la acción a los de abajo, escúchenlos y obedézcanles, hagamos honor de la bandera política que profesamos, cuando afirmamos que el gobierno manda, obedeciendo al pueblo. Vamos pues, optimicemos las expectativas de nuestros militantes, apártense del clientelismo grupal y enrúmbense en pleno campo traviesa a reconquistar a los desanimados que han perdido la confianza en la revolución. Hasta la próxima.
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