La situación de agitación en que se encuentra el país como consecuencia de los llamados que han realizado los representantes de los partidos de oposición requiere análisis profundos y cuidadosos ( aparte de personas especialistas en descifrar los tortuosos modos de pensar de algunas mentes retorcidas y sin escrúpulos ni límites éticos) para poder interpretarla, enfrentarla y resolverla con éxito.
Esta afirmación de entrada la hago basado en que el sistema electoral venezolano es extraordinariamente seguro e invulnerable hasta el punto que ni Adecos ni copeyanos ni los de PJ con todos sus técnicos y asesoramiento de EEUU, España y otros (con cientos de auditorías realizadas y varios proceso electorales de todo tipo) han podido descalificarlo ni encontrar pruebas de falibilidad, lo cual es una garantía de fidelidad de los resultados que el CNE publicó, dadas estas realidades no negadas, es obligatorio hacerse la pregunta de cual será la intención de esta peligrosa jugada, que acarrea tantos riesgos y peligros para el país.
Si este proceso de reclamo fuese una decisión del Sr Capriles, creo que no habría nada de que preocuparse, dado que por sus limitaciones intelectuales y su incapacidad para elaborar ideas o planes complejos, esas acciones no serían mas que una rabieta infantil de un niño consentido, acostumbrado a que se le complazca en todo, pero, lamentablemente, ese no es el caso, detrás de este personaje hay varias mentes brillantes para el mal y la traición, capaces de concebir y llevar a cabo los mas viles proyectos.
No es necesario abundar mucho en el tema ni se requiere profundos análisis para darse cuenta que, en principio y con estricta lógica y apego a la realidad del sistema electoral, no hay ninguna posibilidad de que se pueda encontrar alguna inconsistencia, en primer lugar porque los miembros de mesa que supervisan la votación y hacen los escrutinios y las auditorias no son funcionarios del CNE , ni miembros de los partidos sino ciudadanos seleccionados al azar , todas las mesas tienen testigos de los diferentes partidos y por último se auditó el 54% de las mesas sin encontrar inconsistencias lo cual hace altísimamente improbable, por no decir imposible, que las haya en el restante 46%.
A la luz de estas innegables realidades uno vuelve a preguntarse, ¿qué hay detrás de esto?, y honestamente, yo, que no soy muy ducho en eso de ideas retorcidas y malignas, lo único que se me ocurre es que esta gente encontró una forma de dañar, deteriorar, borrar o incluso destruir los recibos del voto dentro de las cajas (lo cual ocurrió en estos 3 o 4 días después del evento electoral) y al realizar la auditoría y encontrar todo destruido, acusar al CNE de estos hechos y que por su culpa no se realizará el conteo, lo cual sería una demostración del fraude, con todas las consecuencias que esto traería; seguramente se pueden encontrar otras razones si nuestros técnicos se ocupan de analizar las posibilidades. A mi sólo me gustaría recomendar extremo cuidado y prudencia antes de acordar, si es que se autoriza, hacer el ilegal conteo.
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