Tucídides, el padre del realismo político, y creador de la moderna historiografía, en su libro Historia de las Guerras del Peloponeso, denunció el horror que se produce cuando la política es atrapada por la guerra << En una palabra era aplaudido quien adelantaba a otro en la ejecución del mal, e igualmente lo era el que impulsaba a ejecutar el mal a quien no tenía intención de hacerlo. Más aún, los vínculos de sangre llegaron a ser más débiles que los del partido, porque estas asociaciones no se constituían de acuerdo con las leyes establecidas con vista al beneficio público, sino al margen del orden establecido y al servicio de la codicia>>.
En los tiempos modernos los ciudadanos deben luchar para aislar a los partidos formados al margen de la legalidad, y cuyo único fin es la ambición de poder al servicio de la plutocracia.
La organización Primero Justicia, creada de manera fraudulenta con fondos públicos sustraídos de PDVSA, y cuyo jefe principal Enrique Capriles Radonsky, ha emprendido una demencial carrera por ser presidente de Venezuela, sin importarle los muertos ocasionados a consecuencia de sus irracionales llamados públicos a desconocer la institucionalidad del país, infundiendo a sus militantes odio contra el estado, pretende convertir las elecciones Municipales en un campo de batalla sólo para tratar de cumplir su ambición personal de ser presidente.
El deseo de convertir las elecciones para escoger autoridades locales que traten de solucionar los problemas básicos de servicios públicos, en un plebiscito contra el gobierno de Nicolás Maduro, esconde las siniestras pretensiones de continuar la oscura cruzada del fanatismo fascista auspiciada por la oligarquía amarilla contra el pueblo venezolano.
La oposición Venezolana necesita el conflicto permanente, la guerra entre los venezolanos, para poder mantenerse en el campo político. Su carencia de ideas y de planteamiento concretos los obliga a entender la violencia como un instrumento que se ajusta a sus ambiciones personales.
Para ellos es urgente secuestrar la política, negar cualquier posibilidad de dialogo o entendimiento, porque la libertad está asociada a la política y está existe en la medida que el gobierno consulte a los Consejos Comunales, organice a las comunidades pobres, proteja al gobierno comunal.
El objetivo de hacer de las municipales un plebiscito no es otro que combatir la política como elemento de dialogo, porque el plebiscito propone una consulta sobre la salida del presidente electo democráticamente, lo cual viola las leyes del país porque ese tema es regulado a través del referéndum constitucional.
Los venezolanos no pueden permitir que la locura irracional de un partido, creado con el objeto de favorecer a los amos del valle, haga de un ejercicio para seleccionar el gerente de una ciudad, una cruzada para la guerra y el miedo contra quienes quieren buscar a través del voto soluciones concretas para sus comunidades.