En el cuadro de la Mesa de Diálogo instalada en nuestro país con acompañamiento internacional, la oposición ha dado un ultimátum al pueblo venezolano y en caso de no hacerse lo que ellos exigen, inmediatamente realizarían acciones para incendiar el país al estilo de 2014 y finalmente arrebatarle el poder.
Ahora bien, alguien podría decir que solo se trata de una fanfarronada inscrita en la tesis de la “Teoría de las Negociaciones”; es decir, uno de los negociadores (en este caso la MUD), presiona a su oponente a los fines de la presunción de debilitarlo en las negociaciones y finalmente imponer su agenda. Esta, es la Escuela Japonesa de la Negociación; técnica que ha sido “perfeccionada” al menos en América Latina, por Colombia. De hecho, la experiencia histórica de las negociaciones en ese país nos arroja que cada vez que los actores se “disponen” a sentarse en las mesas de dialogo, uno de ello, golpeo al otro, a fin de debilitarlo. El fin es imponer su particular agenda. A manera de ejemplo, el gobierno colombiano a través de sus unidades militares, ataca un espacio geográfico de la guerrilla para debilitarlos o ésta, ataca una unidad militar. En ambos casos, muestran músculo, fuerza, capacidad beligerante. Un nuestro caso, básicamente no es así.
A nuestro país hubo de venir el enviado especial de los EE.UU. (ya que la MUD o al menos algunos de sus voceros no son autónomos), se negaban a aceptar esa premisa. Como les decía, Thomas Shannon se reunió con ellos (básicamente, Ramos Allup y HCR), ambos aspirantes a la Silla Presidencial, a quienes les exigió que se aguantaran; haciéndoles ver que no obstante la Mesa de Diálogo (misma que no podían patear dada la presencia del Vaticano), más sin embargo, ellos podían continuar sus mecanismos de presión internacional; pues una cosa no contradecía la otra. Por eso es que la Sra. Tintori y otras damas de la oposición, se mantuvieron activas en la mediática internacional.
Ahora bien, yendo al grano, los dos candidatos que se disputan la Casa Blanca, en materia internacional, tienen visiones distintas sobre la política exterior; mientras una (La Sra. Hillary), continuaría la agenda injerencista, expansionista y de intervención directa de los Estados Unidos en los asuntos internos de otros países so pretexto de la democracia (con el apoyo y respaldo del sector bancario, financiero y bélico militar), el otro contendor (El Sr. Trump), se desmarca, al menos hasta ahora, de esa visión hegemónica y totalitaria.
Ambos enfoques corresponden a tesis contrapuestas sobre cómo debe ser la actuación de los Estados Unidos y la Casa Blanca en materia internacional; con lo que no significa que uno de ellos deje de ser imperialista una vez tome el control gubernamental.
Básicamente, la Sra. Hillary representa la tesis del “Gendarme Único Necesario” que como tal debe actuar a nivel planetario a los fines de resguardar los intereses del gran capital; misma (en tanto tesis), que se inscribe en la necesidad que tienen las corporaciones de imponer planetariamente, un gobierno único global mundial. Lo anterior pasa, por desmantelar el Estado Nación que hoy conocemos y sus instituciones; fundamentalmente la militar. Por eso, el ataca despiadado contra la FANB en el marco del proceso político en construcción.
En cuanto al Sr. Trump. Él se retrotraería al viejo paradigma político internacional (anterior a la II Guerra Mundial), “El Aislacionismo”, según el cual los Estados Unidos miran “hacia dentro” obviando, en parte, el escenario internacional en tanto y en cuanto éste no ponga realmente en peligro la Seguridad Nacional.
Vistas las derrotas que en materia de política exterior han obtenido las últimas gestiones presidenciales; dado el desorden interno administrativo, él (Trump), se plantearía ejercer una política similar a la ejecutada por el gobierno del ex Presidente Roosevelt; no sólo en América Latina sino en el resto del mundo, aplicando en consecuencia la denominada para la época la “Doctrina del Buen Vecino”, tal como efectivamente se implementó en el marco de la VII Conferencia Internacional de Estados Americanos, llevada a cabo en Montevideo el 26 de diciembre de 1933. Para Trump, es preciso “recoger el papagayo” para ordenar la casa.
En otras palabras, de ganar las presidenciales la Sra. Hillary Clinton, la oposición en Venezuela, tendría “luz verde” para continuar ejecutando actos terroristas, según les indiquen desde allá, a los fines de tomar “El Cielo por Asalto” incluso por la vía de un baño de sangre -si fuera necesario- tal como aconteció en Libia y sucede en el resto del Norte de África y Euroasia, o por el contrario, de ganar Trump, se verían muy probablemente huérfanos de apoyos y recursos tal como hasta ahora ha venido sobreviniendo.
Esa es la verdad del “time amenazante” de la MUD al gobierno de Maduro y al Pueblo Venezolano.
(*) Politólogo e Internacionalista Venezolano
Magíster en Seguridad y Defensa