Trincheras de Ideas

El salto en el vacío de la derecha de no participar en las parlamentarias

Los partidos, grupos, grupúsculos, sopa de siglas de la ultrosa extrema derecha fascista, neo fascista, pseudo izquierdistas, y los grupitos y siglas de relleno, todos al unísono quemaron las naves del camino democrático y en un insólito salto al vacío gritaron a una sola voz que no van a participar en el proceso electoral de diciembre próximo para elegir los diputados a la nueva Asamblea Nacional, pensando que con tamaño error político el proceso se va a detener. Es la segunda vez que repiten el mismo error, que chocaron con la misma piedra.

27 partidos y agrupaciones, tomados de las manos y siguiendo la voz del amo yanqui, se lanzaron al vacío, político: Acción Democrática, Copei, Primero Justicia, Proyecto Venezuela, La Causa R, Un Nuevo Tiempo, Alianza del Lápiz, Aprisal, Camina, Cuentas Claras, Encuentro Ciudadano, Fuerza Liberal, GuajiraVen, Moverse, Movimiento Republicano, NIVIPA, Parlinde, Partido Progresista, PDUPL, Sociedad, Unidad NOE, Unidos Para Venezuela, UPP 89, Vanguardia Popular, Voluntad Popular, Izquierda Liberal, Bandera Roja.

De esas 27 agrupaciones, por lo menos 8 ó 10 vienen del golpismo y el terrorismo paramilitar más activo desde el 2014, con guarimbas, barricadas, quema viva de personas (le pueden preguntar a Voluntad Popular o a Primero Justicia), bombas, destrucción de bienes públicos y privados, asesinatos. El pueblo se pregunta: ¿cómo es posible que VP o PJ sigan con vida legal cuando son bandas de terroristas que han hecho incalculables daños al país, al pueblo, que el TSJ, gobierno mismo sean tan laxos, muestren tan evidente debilidad política y se afirme la impunidad, por qué no han sido ilegalizados?

¿Qué lectura se le debe hacer a semejante decisión de la extrema derecha venezolana y al panfleto donde pretender justificar el exabrupto?

Una sola. Que van a volver al terrorismo, con el postrero apoyo del terrorista mayor, Trump, cuyos días como presidente están contados y la paliza electoral que le viene en noviembre es de pronóstico. Que hicieron mal el cálculo político y pusieron al desnudo sus intenciones golpistas y subversivas. Creen que con esa decisión abstencionista neutralizan un enorme caudal electoral que se abstendrá de participar, pero ya no tienen la fuerza ni la pegada de otras épocas, el hecho que esa sopa de letras que conforman 27 agrupaciones, evidencia su debilidad organizativa, ni siquiera pudieron conformar un frente. Pensaron, y piensan, que la torpe decisión traumatizaría la política nacional, estremecería el país y arrastraría los sectores derechistas auténticamente opositores, sensatos, que no pisaron la concha de mango del extremismo.

Pero también se debe considerar que con los golpes recibidos sistemáticamente todos estos años por la Revolución, por el movimiento popular, no sólo se han debilitado orgánicamente, se han reducido a su mínima expresión, no arrastran a nadie, son más siglas que organizaciones reales, muchos de sus líderes están presos por terroristas o en el exterior, al servicio de potencias extranjeras que los utilizan para atacar al gobierno revolucionario, y piden a gritos una invasión extranjera. Por si fuera poco la división y el enfrentamiento entre los diferentes grupos y partidos, es para coger palco para presenciar aquel verdadero aquelarre, tirándose a matar unos y otros. Tuvieron que inventar el poco de siglas de partidos inexistentes, como una estrategia para simular una fuerza que no tienen.

La culpa no es del CNE, ni del Tribunal Supremo, ni de Maduro, la culpa es de las erráticas y desacertadas políticas de esa derecha anti venezolana, que apoya el bloqueo imperialista, la persecución internacional de las empresas y activos venezolanos en el exterior, que llega al exabrupto de pedir que ejércitos extranjeros invadan nuestro país.

A nadie asusta su declaración de no participar en los venideros comicios, por pendejos se van a quedar sin presencia en el parlamento, lugar natural para los debates y las controversias. A él entrarán los sectores revolucionarios, el movimiento popular y bolivariano, la izquierda en sus variadas representaciones, incluso los sectores opositores no golpistas ni terroristas, legalizados, cuyos candidatos alcancen la votación requerida.

Las nuevas autoridades del CNE implementan aceleradamente la organización del proceso electoral de las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre de 2020, el camino está mucho más despejado para que las fuerzas políticas de la Revolución Bolivariana, partidos y movimientos sociales, accedan nuevamente a la Asamblea Nacional en una fuerza mayoritaria que no baje del 75% o el 80% de los diputados directos o por cociente electoral. El 20% restante será para la derecha sensata que hoy dirige la AN.

Ya la Asamblea Nacional renacerá de sus cenizas, no será el antro al que la redujo la contrarrevolución desde el 2015, cuando ganaron, no porque tenían más votos, sino por el grave error político de sectores del chavismo, que no entendieron el nuevo cuadro político posterior a la muerte del Comandante Hugo Chávez y se abstuvieron de votar, dejándole el camino abierto a la derecha, que la utilizó de instrumento subversivo, pues pensó, erróneamente, que había llegado el momento de derrocar al Presidente Nicolás Maduro desde esa instancia o poder del Estado. De antología fueron aquellas infelices declaraciones del patán y golpista adeco, Ramos Allup, quien proclamó que desde la AN, en 6 meses caería el Gobierno Revolucionario. Ese fue todo un programa político, orientado por el imperio yanqui y el gobierno fascista de Trump, para dar al traste con el proceso de cambios revolucionarios. Políticas utilizadas invariablemente durante 6 años donde la AN estuvo paralizada.

Estamos ante la inminencia de cambios sustanciales dentro del proceso y de la Revolución, con la elección de la nueva Asamblea Nacional, instrumento vital y estratégico para producir los cambios que se necesitan en el país y la elaboración de las leyes necesarias y fundamentales para el desarrollo del país, pues éste necesita el reimpulso dado por fuerzas frescas, auténticamente revolucionarias del movimiento popular, después de una absurda paralización a la que fue llevada por la extrema derecha fascista anti venezolana.

La conformación de las planchas para diputados a la AN, donde deben ir los mejores cuadros de la Revolución, tanto del PSUV, del Polo Patriótico, del PCV, PRT, PPT, Tupamaros, UPV, movimientos sociales, deben cerrar el cuadro necesario de alianzas políticas, sin sectarismos ni injustificadas divisiones que afectan el proceso. 



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Humberto Gómez García

Director de la revista Caracola. Pertenece al Movimiento de Medios Alternativos y Comunitarios (MoMAC). revistacaracola.com.ve

 humbertocaracola@gmail.com      @hgcaracola

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