Los Alacranes del General Muller Rojas

Por eso cuando le escuché decir a Chávez, que el general estaba confundido, pensé, no en el problema en que se estaba metiendo el viejo soldado; sino en la soledad del General Bolívar, quien si no tuvo reparo en asumir que primero fue soldado y después político, para luego volver a la guerra y así hasta su muerte, quien lo venció en su más encarnizada lucha política con sus “enemigos”, y precisamente no del imperio Español.

Hace dos años, este renunciante del Estado Mayor, del partido al que aspiro militar, ya presagiaba por donde y de que forma seria este combate; cuando ante la presencia inodora, incolora, insípida y “aguerrida” de los diputados de la quinta república, quien en ocasión de de ser invitado y orador de orden, casualmente un 5 de julio, señaló: “Quiero aquí, en este momento, abusar de esta oportunidad que me dio el destino. Sí no lo hiciese no sería el radical que siempre he sido. Y, en lo que es el final de este discurso, deseo convocar a las venezolanas y a los venezolanos a conformar una nueva Sociedad Patriótica. Un foro para el debate, que como aquella de 1810, nos congregue para aguijonear a esta augusta Asamblea, y al pueblo en general, incluso, con sus suspicacias y temores, a abrazar la causa del socialismo… Los emplazo para desde ese espacio de discusión redactar un proyecto para el manifiesto del socialismo del siglo XXI. Un documento de contenido humanista, libertario y científico que coloque al hombre como centro de un modelo de desarrollo sustentable, respetuoso del entorno, y creador de nuevas posibilidades. Una forma de vida donde las relaciones humanas las orienten los valores de la solidaridad, la cooperación, la tolerancia, el reconocimiento del otro como igual.”

No pretendo meter la cuchara en un debate protagonizado por estos dos gladiadores; pero es evidente, que soy uno más de los casi cinco millones de aspirantes a militar en el PSUV, y esta sola condición me abroga el derecho a saber los sin sabores del mismo; porque algo si está claro, el emplazamiento del camarada Muller no es nuevo y los alacranes tampoco; sino pregúnteselo al General, Luís Perú De Lacroix, quien de cerca pudo observar como los mismos alacranes de siempre, hicieron del general Bolívar, una sola ponzoña hasta matarlo a el y a sus sueños.

Douglas.zabala@hotmail.com


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