¿Permanecer callados ante lo absurdo ayuda al desarrollo del Proceso?
Definitivamente
no, no ayuda, lo desvirtúa y contribuye, con el silencio cómplice, a la
creación de una masa inerme con una carga muy grande de almas
autómatas. En diferentes artículos he manifestado mi desacuerdo en la
omisión de algunos “líderes” a la implementación de la crítica y
autocrítica constructiva como elemento complementario en todo proceso
de rectificación hacia lo personal, en lo político, y en todos los
ámbitos de la sociedad.
El
silencio es el padre de la impunidad y de todos los males, que conlleva
al crecimiento y desarrollo del flagelo de la corrupción, sin mencionar
el jalabolismo “revolucionario” otro mal que conduce a la exaltación de
cultos del personalismo, vicios que hoy se quieren enquistar en nuestro
proceso, TODOS CALLAN, aunque todos sabemos los orígenes de los mismos.
Nunca
podré entender los pseudos valores éticos y morales que promulgan
algunos “lideres”. Es muy deprimente ver (antes lo disfrutaba, era algo
que llamaba la revancha ante la ineficiencia e incapacidad) como
nuestro Presidente regaña a su tren ministerial (algunos) por no
cumplir las labores asignadas, ni contribuir al enriquecimiento de la
Patria en materia socio-política en un justo proceso de reivindicación
de todos los que, por años, hemos sido excluidos. No hay dignidad ni
entrega en estos compañeros, a veces me pregunto:
¿Por qué regañarlos y no mandarlos a sus casas de donde no debieron salir?
¿No hay dignidad y honestidad en estos compañeros, y poner su renuncia?
¿Qué autoridad moral tienen para decirnos qué debemos callar y cuando debemos hablar?
¿Cuál es la verdadera lucha que libramos en contra de la corrupción para consolidar este Proceso?
Se
hace necesario un proceso reflexivo, donde la rectificación tome cuerpo
revolucionario y nos permita entender, con amor, humildad y entrega,
nuestras debilidades y desprendernos de lo que no podemos manejar.
Nos piden organización y nos organizamos, nos piden entrega y cumplimos.
Nos
formamos en comité de contralores, salimos a las calles a controlar y
luego de descubrir las irregularidades el aparato burocrático del
Estado Venezolano NO HACE NADA, regresamos con un sentimiento de
frustración muy grande. Recuerdo una amiga que me decía (trabajó o
trabaja aun en un Ministerio) “El Ministro es bueno y honesto, pero
está rodeado de una banda de sinvergüenzas que no permite avanzar en la
gestión que ha encaminado, el Ministro es una persona preparada pero no
tiene gente buena con él” De inmediato las preguntas llegaron a mi
mente. ¿Quién nombra a los directivos en los Ministerios? El Ministro.
Todos sabemos que la Cuarta República blindó el aparato burocrático
administrativo del Estado Venezolano ¿Por qué el Ministro no llevó a
cabo un proceso de reestructuración y encaminó al Ministerio a un
proceso que permitiera hacerlo menos burocrático y más eficiente? Amiga, quien
tiene la culpa de que en el Ministerio haya corrupción, es el Ministro,
quien tiene la culpa de que en el Ministerio haya burocracia, es el
Ministro, en resumen, el Ministro no es bueno, no es honesto, ni
eficiente, debe poner su cargo a la orden es lo mas honesto que puede
hacer
El
presidente Chávez entendió eso mucho tiempo atrás, de ahí la creación
de todas las Misiones, para contribuir al desarrollo del país,
instituciones paralelas que por su estructura, son moldeables a los
nuevos paradigmas conceptuales de la Revolución Bolivariana, incluso,
la Reforma Constitucional pretendía reorganizar la estructura del
Estado, lamentablemente no se entendió. El presidente deberá buscar
nuevos caminos para enrumbar la administración pública.
Muchos
hablan de los enemigos del proceso, la oposición, el Imperialismo,
pocos hablan de (hoy hablan más) de un sector del chavismo que se ha
aburguesado, con un poder económico incalculable, que pretende promover
el chavismo sin Chávez. Todos saben que eso pasa, todos CALLAN.
El
diputado Tascón después de solicitar una investigación en función de
algo que considerar irregular en una transacción por parte del ex
Ministro de Infraestructura, y producto de la respuesta
del hermano del ex ministro, Tascon denunció a Diosdado Cabello como
fiel representante de la derecha endógena, acusación que debe soportar
con pruebas, para que la misma no se diluya. Ante tantas denuncias podríamos
incluso realizar alguna encuesta popular y preguntar al pueblo qué
piensa sobre lo que Tascón nos refiere acerca de Diosdado Cabello, de
seguro la encuesta arrojaría resultados interesantes. Así como
preguntarnos ¿Cree usted que Luís Tascón es un agente del Imperio?
Si
verdaderamente hiciéramos un examen de conciencia sobre el revés
sufrido el dos de diciembre de manera profunda y objetiva, hoy la
denuncia con fundamento (pruebas) debería ser un elemento
complementario del análisis. Lamentablemente no es así.
La
denuncia no puede callarse, más aun si la misma gira sobre la
posibilidad cierta de hechos irregulares que desemboquen en actos de
corrupción. En este particular no podemos ser prudentes, amén de que no
hay instancias para su discusión o denunciarlas a lo interno, las
denuncias que estén marcadas bajo el seudónimo de corrupción deben ser
del conocimiento público y deben ser investigadas hasta sus últimas
consecuencias, es la mejor forma de contribuir a depurar y sanear la
Revolución que hoy pretendemos construir. Amasar grandes capitales
producto de la corrupción en detrimento del pueblo que apoya este
proceso, es un crimen que debe se castigado, no se puede ocultar, ni
mucho menos, discutirlo o analizarlo en privado. No debemos seguir los
pasos y vicios de la Cuarta.
El
PSUV sin nacer, vive otro momento crítico, que ha de sortear, ha
cometido un error político, y esos errores son los que, a través de un
proceso acumulativo, deterioran la credibilidad y distorsionan su
esencia. El PSUV debe también, sin haber nacido, RECTIFICAR y entender
que el momento político que hoy vivimos reclama de su objetividad,
entendiendo que estamos muy próximos a unas nuevas elecciones, donde
los mejores deben ser los escogidos a la noble tarea de construir la
Revolución.
Hoy
vemos que por pensar que debemos elegir “políticos” a los cargos de
elección popular, aquellos que administren la cosa pública, nos
encontramos en un callejón sin salida, ineficiencia e incapacidad en la
mayor parte del la estructura administrativa del Estado Venezolano, y a
punto de perder algunos espacios que ganamos en buena lid a la
oposición. Es imprescindible elegir GERENTES POLÍTICOS
en estas próximas elecciones, personas comprometidas y preparadas para
que, en conjunto con nuestro Presidente, puedan desarrollar las
políticas macro que se emanan del Ejecutivo. No basta el sólo hecho de
ser leal al Proceso, se trata de estar preparados para ejercer el
poder, de cambiar los paradigmas de la Cuarta República, con voluntad
política y capacidad de liderazgo y adecuar esas estructuras a las
nuevas demandas que la Revolución hoy consagra, para lograr la justa
reivindicación que el pueblo reclama.
Prepararnos
en el campo ideológico para engrandecer nuestro nivel de conciencia es
una tarea inaplazable, aun entendiendo que tenemos ante nosotros un
proyecto inédito, tenemos herramientas ideológicas que nos podrían
permitir el desarrollo de esa nueva ideología que tanto se reclama, no podemos postergar más la preparación ideológica de los cuadros de nuestra Revolución.
No
podemos callar la denuncia, bajo el discurso de entregar armas a la
oposición para que nos asesinen políticamente. Debemos recuperar la
credibilidad en las instituciones del Estado Venezolano, como tarea
fundamental, no podemos silenciar la denuncia. Olvidemos la
euforia, y el calor del discurso, y comencemos a estructurar la
verdadera sociedad socialista. Sabemos quienes son nuestros enemigos,
somos Gobierno, podemos combatirlos y vencerlos.
NO HAY NADA MÁS EXCLUYENTE QUE SER POBRE
Patria, Socialismo o muerte…
Venceremos
Mis bitácoras: