El que ahora
se haya echo una propuesta distinta y distante de los principios constitucionales
sobre la proporcionalidad y el derecho a la representación de las minorías,
no resulta nada novedoso. Ha sido esta estructura partidista, quien
desde los tiempos del MVR “legalizó” ese mecanismo odioso y anti
democrático, inventado por el técnico en marramucias no sólo electorales,
Eduardo Lápiz, conocidas en los bajos fondos del sufragio como morochas.
Tampoco es
nada nuevo bajo el sol, el que haya sido el PPT, el MEP y el mismisimo
PCV quienes vuelvan a incurrir en disidencias con el principal partido
del proceso revolucionario. Debemos recordar que la razón de sus existencias,
entre otras últimas, fue su negativa a conformar un solo, único y
monolítico partido de la revolución; y quizás una de sus diferencias
fundamentales con la “novel” organización, haya sido la forma monocolor
en la que tienden de manera reiterativas muchos de sus dirigentes a
concebir el ejercicio de la política, el funcionamiento democrático,
incluso el socialismo que pregonan, que de paso muchas veces se parece
más al del siglo XX, que al del siglo que actualmente vivimos.
El mecanismo
que proponen de aumentar el voto uninominal en aras de una supuesta
participacion, le arrebataría a los zulianos el derecho de escoger
como hasta ahora sus seis diputados por el método de la proporcionalidad,
y en el caso de aquellos Estados donde se eligen nueve diputados, sólo
se podrán escoger dos por lista, propinándole con estos artilugios
matemáticos, un duro golpe al principio democrático de tener un futuro
parlamento donde se expresen libremente todas las corrientes del pensamiento
político y protagónico de la sociedad del siglo XXI.
Sugerir que
la sumatoria del voto uninominal no debe interferir en la sumatoria
del voto lista a la hora de aplicar el método D' Hont, sería legalizar
las inconstitucionales morochas. Y no se nos puedes venir con el cuento
de que “el que tiene más saliva traga más harina” y en consecuencia
debe ser formalizado semejante fraude electoral; porque incluso estaríamos
corriendo el riesgo de que el tiro nos salga por la culata, y ya este
parlamento saboreó aquel sapo crudo llamado referendo constitucional.
Reducir el número de diputados que cada Estado debe escoger a través del voto lista e institucionalizar la maraña ideada por el prófugo Lápiz, debe ser rechazada por las fuerzas democráticas y revolucionarias dentro y fuera del PSUV. Este auto gol de los proponentes, implica un enorme riesgo para la democracia y para el mismo proceso revolucionario. Este parlamento y con el respeto hacia muchos parlamentarios que allí desempeñan una excelente labor legislativa, no tiene el mismo liderazgo del camarada Chávez, y el 2010 será decisivo en cuanto al rumbo que deba seguir esto que se inició aquel 4 de Febrero.
La naturaleza
de la propuesta es un arma de doble filo; los mismos artilugios pueden
operar a favor de la oposición, porque en fin de cuentas Dios habla
por las matemáticas, pero como lo decía el innombrado de pipa
y sombrero, la política venezolana como que la inventó el diablo y
por pura ironía del destino esta ley electoral del Psuv es roja rojita
como Belcebú.