Me acabo de enterar que el ex embajador de Venezuela ante la ONU, Diego Arria; resulto ser familia del finado Franklin Brito, de acuerdo con el titular de prensa publicado en su edición de hoy por el diario La Verdad que reza: “Familiares llevarán el caso de Franklin Brito hasta La Haya”.
Pero leyendo el texto completo de la referida nota periodística, me encuentro con que no, no son ni siquiera familia lejana, ni tampoco se dice nada sobre la “supuesta” acción que ejercerían en el tribunal de La Haya, sus verdaderos y legítimos deudos.
El referido texto lo que recoge, son las ridículas y amenazantes declaraciones del ex embajador, quien lo que pretende es demandar directamente al Presidente Chávez, porque según él y “como todo el mundo sabe, en la Corte Penal Internacional las responsabilidades son individuales, y es por eso que demandamos directamente a Chávez y no al Estado en otra instancia, porque en Venezuela el Estado ha sido reemplazado por un solo hombre”.
Además la denuncia, según este personajillo; “sería por pillaje como política de Estado, que se correspondería con crímenes de lesa humanidad y que, según la demanda, en el caso de Franklin Brito, tendría el agravante de haber sido una ejecución progresiva y premeditada”.
Se tiene que carecer verdaderamente de vergüenza y haber roto todos los records mundiales del cinismo, para salir a estas alturas con semejante argumento, quien todavía cree que nuestro pueblo es bolsa y continua sin memoria, para no recordar la asquerosa práctica del soborno y otras formas de corrupción, con la cual el ex embajador adquirió la referida hacienda y otros bienes que forman parte de la lista de su mal habida fortuna personal, y que caracterizó el ejercicio de sus funciones de gobierno durante la cuarta república, bajo la sombra de CAP.
Sobre la expropiación de la que fuera objeto Diego Arria y su la hacienda La Carolina por parte del estado venezolano, y el lamentable desenlace que tuvo el caso, totalmente distinto, del señor Franklin Brito, ya las autoridades se han pronunciado suficientemente, dejando claro que se ha actuado apegado a la normativa legal vigente.
Sobre el titular de prensa, resulta que se trata de otro caso de manipulación mediática, dirigido como siempre a lectores desprevenidos que solo buscan sembrar la angustia, el descontento y la zozobra en la población, con la finalidad de minar las bases legitimas del gobierno bolivariano de cara al 26-S.
No pasarán.
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