La política y el deporte al igual que la vida está compuesta de victorias y derrotas. De igual manera, los individuos y la política tienen cosas en común. Si bien es cierto que a veces los políticos utilizan a los seres para su beneficio; cuando el deber ser es que los políticos sirvan al individuo.
En este curso, se ha insertado la corrupción con su efecto perverso para el proceso bolivariano, destruyendo la confianza en los dirigentes y en las organizaciones de la revolución, desarmando a los ciudadanos, que son actores y autores de la construcción socialista; y sembrando expectativas sobre cualquier iniciativa política que quiere organizarse en función del poder popular. La corrupción es un mal del cual el deporte no se escapa: se compran partidos, árbitros, jugadores, existe el dopaje y otros medios negativos que empañan la belleza de la actividad deportiva. En la política se compran tribunales, se venden jueces, se roba al pueblo, se le miente al pobre por el afán de obtener el poder.
Entonces surge la pregunta; ¿Qué es lo que hace al deporte y a la política distinta? Fácil, la ilusión de la gente, la esperanza de ver a un jugador o un equipo ganador. Cabe preguntar entonces: ¿Pero también se quiere ver ganar al partido político o a su candidato? Pero al final la historia siempre termina igual, el que era amado por muchos termina siendo odiado por todos porque robó o engañó; mientras que el deporte te hace olvidar dicha pena.
El individuo y la política son primos hermanos y esto hace que los conflictos surjan en el seno de la actividad política debido a las ambiciones y los deseos de posesionarse de lo ajeno por parte de unos en contra de otros. El sistema capitalista, alimenta esa conducta egoísta. El ser, cuando actúa miserablemente, se caracteriza por anteponer el interés personal por encima de los demás. Es decir: la esencia misma del capitalismo avaro y egoísta.
Para muestra un botón. Las organizaciones de lucha social y especialmente El PSUV, están minados por los politiqueros de la derecha endógena corrupta. Toda la actividad gira en torno a como obtener prebendas del estado. Reproducen en lo interior la vieja práctica política del pasado por los puestos en las instituciones del gobierno revolucionario; pareciera ser una lucha de clases encarnizada. Estar dentro del PSUV y cualquier otra organización revolucionaria para trabajar por la construcción de una política de formación de cuadros, por la creación de una ideología socialista, por el rescate de la conciencia individual y colectiva del venezolano, enrumbada a la creación de un estado, con principios socialistas, donde exista la equidad e igualdad social; es casi perder el tiempo y ganarse muchos enemigos.
Los camaradas trepadores del poder ante cada situación, asumen una posición desde la cual pasan sobre todo el mundo, con tal de beneficiarse, mejor y mas cuantiosamente. No les importa si no queda para otros, o, no se beneficien. Estos alpinistas del poder participan en cualquier jornada u organización que vean o descubran que tiene perspectivas de lucro. Tratan de adueñarse de los logros colectivos y pasarlos como propios.
Desde su perspectiva, la revolución solo es buena cuando da beneficios personales. Si la ideología existe, o no, eso no tiene importancia para esos camaradas miserables. Sus “amigos verdaderos y camaradas”, son los que pueden garantizarle unos contraticos o un sueldito sin hacer nada (por aquello de que estoy jodió). En las reuniones estos escaladores tratan de manipular; el chisme y la murmuración desleal son constantes en sus conversaciones; la envidia, el celo y el odio son sus herramientas preferidas. Las críticas destructivas en contra de la condición revolucionaria, son de alto calibre, es entonces cuando empiezan a concederles razón a algunas críticas de la oposición, y hasta las estimulan en su coro destructivo.
No puede ser ético y es antisocialista que cuando un colectivo revolucionario de trabajo se empeñe en obtener logros y metas: luego que éstos objetivos son alcanzados unos rojitos sin escrúpulos pretendan obtener ventaja, abrogándose la potestad del mismo, y metiendo zancadillas a quienes en verdad hicieron lo necesario para tal fin. Y lo más grave: atentando contra la unidad y el espíritu de trabajo del colectivo, donde el apoyo social y humanista es necesario para que los seres sean son cada vez mejores en colectivo; superándose en lo educativo, en lo social, en lo material, en lo espiritual, en lo natural; conviviendo solidariamente. Es decir, teniendo realmente una verdadera vida plena.
¿Acaso se necesita una enmienda constitucional, para crear un estado socialista, donde se elimine esa estructura permisiva de corrupción, en la cual deambulan los devoradores de cargos?
¿Acaso se necesita una enmienda constitucional, para acabar con esa práctica grotesca de convertir en millonarios a casi todos los que llegan a funciones de gobierno, llámense ministros, alcaldes, concejales, directores, etc., y hasta las barraganas de turno?
Hay que romper ese paradigma de que todo político por naturaleza es corrupto!!
Llego la hora de construir la Caracas Socialista, como único bastión de la revolución bolivariana en la capital y escudo de Miraflores, pero para que se cumpla verdaderamente esa tarea se debe articular con todos, absolutamente con todos, los movimientos populares progresistas y revolucionarios.
Se necesita de un gobierno parroquial que no se deba a un partido, que emane de las asambleas de ciudadanos(as), de las asambleas de voceros(as), que se deba al pueblo pobre todo; pero para eso hay que pasar por la arquitectura de una plataforma convivencial alternativa, como la herramienta al servicio del individuo integrado a la comunidad y espacio permanente para el discenso mediante la tolerancia, como única vía para la construcción de los ejes territoriales comunales con miras hacia la confederación comunal.
Jorge: de todos es sabido que te agrada la literatura; no dejes que los personajes de Víctor Hugo te atrapen en su miseria
“No se trata de llevar la revolución en
los labios
para vivir de ella, se trata es de llevarla
en el corazón para morir por ella…”