Nuevamente el ejército Sionista de Israel masacra al pueblo palestino, esta vez a la población civil de Gaza. Sus victimas son las de siempre: ancianos, jóvenes, mujeres y especialmente niños, seres humanos a quienes ellos hoy les llaman “Terroristas del Hamas”, y apenas ayer les llamaban OLP. Lo cierto, es que cuando se trate de exterminar a seres humanos siempre la burguesía sionista tendrá una “muy buena excusa”. Esta política de exterminio y limpieza étnica del pueblo palestino ha sido continúa desde ya hace mas de 60 años, y la Comunidad Internacional, aliada a Israel -como siempre- se mantiene distante de cualquier decisión realmente sancionatoria contra Israel.
La división de Palestina se realizó en el año 1947 a través de la Resolución 181 de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas que para ese momento estaba compuesta apenas por 57 Estados Miembros, obteniendo a favor de la misma únicamente un 58% (33 Países). La Resolución divide ese Estado en dos, uno Palestino y otro Israelí, quedando de la siguiente manera: a la población originaria palestina conformada por 1.450.000 habitantes árabes (entre cristianos, musulmanes) se les dejó sólo el 46% de sus territorios; y a la población de emigrantes europeos de religión judía y de judíos originarios conformada por apenas 566.000 de habitantes, se les entregó el 54% del territorio palestino, lo que significo una repartición desigual de las tierras, quedando desalojadas 531 localidades palestinas. Esta inconsulta resolución marcó el inicio del drama del pueblo palestino.
Pero Israel no se conformó con el descaro apoyado por sus cómplices en la Comunidad Internacional. Actualmente, esta entidad genocida controla el 100% del territorio de la histórica Palestina, existiendo solo pequeños guetos (especies campos de concentración) donde se agrupan a los palestinos, que además se encuentran en ausencia de todos los servicios indispensables para la subsistencia de cualquier ser humano (como el agua, la electricidad, los alimentos, entre otros). Dentro de estas especies de cárceles se cometen ejecuciones extrajudiciales, contrarias las normas del Derecho Internacional.
Sin embargo, el pueblo Palestino se niega a abandonar su territorio, aun estando sometido a las humillaciones y las vejaciones que continuamente ejecuta la fuerza israelí. Hierve la sangre cuando en palabras de un residente Palestino se escuchó decir: “el que lucha resulta afectado y el que espera en su casa a que pasen las cosas termina bañado en sangre”, por lo que allí podemos ver la dura realidad a la que está condenada a vivir y soportar ese pueblo.
El descaro de las Fuerzas Israelíes llegó a tal punto que las Naciones Unidas en el año 2004 se vieron obligadas a condenar el Apartheid (Muro) construido por Israel en Palestina a través de la Resolución Nro. ES-10/15 y se crea una Oficina de Daños. Pero Israel continúa extendiendo la construcción del Muro y ha hecho caso omiso a lo determinado por 162 miembros de la Asamblea General de la ONU que representa el 85% de sus Estados Miembros.
Resoluciones de la ONU como: la 181 (determina la partición de Palestina en 2 Estados), 194 (exige el retorno de los palestinos a sus casas y tierras ocupadas en 1948), 237 (resuelve a favor de los palestinos desplazados en 1967), ES10/15 (condena la construcción del Muro israelí y ordena su demolición y resarcimiento de daños a los afectados), entre otras mas, no han sido cumplidas. Ello sin contar las ya 33 Resoluciones sometidas a decisión del Consejo de Seguridad y que fueron vetadas por los Estados Unidos de America. Israel viola el Cuarto Convenio de Ginebra relativo a la Protección de Personas Civiles en Tiempo de Guerra de 1949 y los elementales derechos consagrados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Lo que demuestra que no existe una tal Comunidad Internacional sino solo una comunidad de intereses, que es algo muy diferente.
Los pueblos del mundo viven engañados, la Comunidad Internacional, inmiscuida en la supuesta solución del conflicto, nos hacen creer que existen avances en las negociaciones. El objetivo es el siguiente: manipular y desmovilizar a los pueblos para evitar la solidaridad internacional de cualquier tipo y el mantenimiento de la política de limpieza étnica por parte de ese Estado Genocida de Israel, para su posterior expansión en la región. Pero el poderío económico y militar que tienen estos genocidas en todo el mundo es bien conocido, a tal punto que para ser Presidente de los Estados Unidos tienes que jurar lealtad hacia Israel y obedecerlo en sus designios, tal como lo afirma el intelectual norteamericano James Petra en varios de sus escritos.
La historia nos ha demostrado que la solución pacifica al conflicto es una falsa, encontrándose dicha solución en manos de los pueblos. Palestina solo podrá sobrevivir por sus propias manos y ella, a través de Gaza, se ha convertido en punta de lanza de las luchas por la libertad y la autodeterminación de los pueblos, no existe opción solo la Patria o la muerte. Vencerá el heroico pueblo Palestino.