Es primero de noviembre del año 1961, día de todos los santos, día de rocío, brisa suave y llovizna sobre el Ávila y toda Caracas. Está cayendo la tarde y Livia con su morral lleno de sueños, sale a buscar al opresor con su canto de “Joven Guardia, Joven Guardia, siempre en guardia, al burgués insaciable y cruel”. Hay combate, se oyen disparos y cae sobre un charco de rosa rojas. Es Livia Gouverneur, es estudiante Universitaria, combatiente de las Unidades Tácticas de Combate (UTC) y militante de la gloriosa Juventud Comunista, el enemigo ha disparado su furia desde la quinta “la hogareña” allá en el recreo. Se siembra la primera semilla por la liberación Nacional y el socialismo
Es jueves Santos y al igual que el Cristo está montado en la cruz del tormento, viene de caer prisionero en combate y sus captores no le perdonaran su rebeldía y su desaire. Sólo porque siendo hijo del gobernador de las tierras que lo vieron crecer desde niño y ahora lo ven en combate, han resuelto fusilarlo. Es el Chema Saher, es José Manuel Saher Eljuri, apenas lleva a cuesta 25 años de edad, viene de ser estudiante y ya es comandante guerrillero. El gobierno de Raúl Leoni ordena su fusilamiento el 23 de Marzo del año 1967 y lo sella para siempre en la cruz del pueblo.
Es guerrilla y poesía, es acción y combate, le cantó a la lucha de clase y a la rebelión, es el Chino Valera Mora, es estudiante de sociología en la Central, el mismo que un buen día se levantó y dijo: “Hoy amanecí de bala, amanecí bien magníficamente bien, todo arisco. Hoy no cambio un segundo de mi vida por una bandera roja, mi vida toda la cambiaría por la cabellera de esa mujer alta y rubia. Cuando vaya a la Facultad de Farmacia se lo diré. Seguro que se lo diré asunto mío amanecer así…”
La mayoría son estudiantes, venían de hacer militancia en el PCV, MIR, Bandera Roja; PRV y la Liga Socialista. El día 7 de mayo de 1986, comenzaron su marcha hacia el lugar de reunión y uno de ellos quedó vivo para contar lo que sucedió allí en Yumare: “Cuando de repente oímos unos disparos y nos lanzamos al piso. Escuchamos que nos llamaban por nuestros nombres, que nos rindiéramos. Pero lo que hicimos fue huir del sitio. Sentíamos el silbido de las balas, luego el sonido de una ametralladora y el estallido de unas granadas. Corrimos por espacio de varias horas, nunca nos detuvimos porque estábamos en peligro".
Corrían los finales de la década de los sesenta y con ellos nuestros años febriles de empuje revolucionario en las luchas estudiantiles, eran tiempos de reforma o renovación y el rectorado de LUZ, había sido tomado por líderes del FLN - FALN, la JC y el MIR. Ya militábamos en la Juventud Comunista, y aquella noche fuimos a respaldar a los tomistas, que no dormían de tanto discutir y trabajar en el multígrafo; entonces pregunté, ¿Quien coño es ese que no para de cantar, si ya es de madrugada y somos tan poquitos los que aquí estamos? A lo que respondió el camarada Dieguito Hernández: ¡hey! ese es el panita Ali, que vino de Caracas y está echándole bolas con nosotros.
“Honor y gloria a los estudiantes en su día y en sus luchas por el socialismo y la libertad”
Twitter: @douglazabala