Desde hace muchos años las universidades del país albergan en su seno verdaderas mafias que controlan espacios para delinquir. Innumerables han sido las denuncias, pero ningún organismo de seguridad se ha abocado a intervenir en este asunto. Mucho menos el Ministerio de Educación Universitaria. Los casos más palpables del accionar de estas mafias los tenemos en la Universidad del Zulia. Ellas controlaban la venta de boletos del pasaje estudiantil, recordemos que por pugnas internas de estos grupos, el presidente de la Federación de Centros Julio Soto, fue asesinado por sicarios en 2008. Caso resuelto parcialmente. Los Universitarios tenemos que convivir día a día con los cobravacunas, extorsionadores y delincuentes de toda índole en el campus universitario, pues ninguna autoridad universitaria se atreve a denunciar absolutamente nada. Preguntamos ¿Será que hay complicidad interna? ¿Por qué las autoridades no hacen nada, ni han sancionado nunca a nadie? ¿Parte de la comparsa? Estudiantes, profesores, empleados y obreros viven con miedo ante esta situación que atraviesa nuestra Universidad. Es recurrente oír por los pasillos, que atracaron un salón de clases completo, que se robaron un sinnúmero de automóviles, que a los cafetines y a cualquier vendedor dentro de la universidad les cobran vacuna, que a los proveedores sólo se les deja transitar en el campus si cancelan una un porcentaje mensual, que las empresas que realizan trabajos para la universidad deben pagar una cuota para realizar sus actividades y, hasta al transporte público le fijan un cuota para operar en la Universidad. Es impresionante el deteriora de la universidad en materia de seguridad. Las autoridades, por complicidad, omisión o sencillamente para evitar retaliaciones, dejan que estas mafias operen impunemente. El Ministerio de Educación Universitaria debiera instruir a los cuerpos de seguridad para que desarticulen estas mafias que le hacen tanto daño al proceso educativo universitario. También convocar a las autoridades Universitarias para que expliquen por qué esas mafias operan con toda libertad. ¿Por qué nunca las han denunciado? ¿Por qué no les han hecho frente? Y activar las sanciones correspondientes para aquellos que por omisión o complicidad hayan permitido este flagelo. Por otro lado, exigir el saneamiento de las nóminas de la universidad, pues los rumores que se corren es que varios de los jefes de estas mafias han ingresado como personal de la universidad. Las universidades solo saben pedir más y más presupuesto, pero las condiciones en la universidad se deterioran terriblemente. El Ministerio tiene que pedir cuentas sobre lo que se hace con ese presupuesto, ya que la comunidad universitaria debe saber en qué se gasta. Las cuentas de las Universidades del país son casi un secreto de Estado.
Esta denuncia puede acarrearme muchos problemas, quizás hasta la muerte, pero definitivamente hay que dejar el miedo atrás y enfrentar las mafias universitarias con posturas REVOLUCIONARIAS.
Johnny Alarcón Puentes.
Docente/investigador. Universidad del Zulia. Licenciatura en Antropología.