Esta semana falleció un educador en la ciudad de Valencia, estado Carabobo y la experiencia sufrida por él y su familia es digna de reflejarla en una crónica que desnude realidades que se pretenden esconder tras el escándalo, la música "reguetonera", el histrionismo y las poses de guapetón de barrio de un gobernador (Rafael Lacava) que desea ser considerado histórico. El educador se llamaba Francisco José León. Un joven educador, egresado como Licenciado en Educación de la Universidad de Carabobo, ejerciendo como profesor en el Liceo José Rafael Pocaterra, de la ciudad de Valencia y estudiando otra carrera universitaria (Derecho en la UC),de apenas 37 años de edad. Inteligente, revolucionario, de pensamiento crítico, pero con un sueldo miserable, como la totalidad de los trabajadores de la educación en Venezuela que lo mantenía junto a su madre, también maestra, en una pobreza atroz.
Contrajo una enfermedad terminal que obligó a su familia a hospitalizarlo en la CHET donde estuvo al principio junto a varios pacientes en la emergencia hospitalaria recibiendo tratamiento intravenoso sentados todos en unos incómodos bancos tipo terminal de pasajeros. Luego, un médico se condolíó del estado del paciente y lo ubicó en una camilla donde siguió recibiendo tratamientos preventivos, mientras se le realizaban los exámenes pertinentes para determinar el origen de los síntomas. Su enfermedad estaba muy avanzada y Francisco José colapsó en la misma emergencia del hospital extinguiéndose su vida. Se apagó con plena lucidez, sabía, o intuía que estaba muriendo y eso realmente es tan doloroso como cualquier muerte inesperada.
Ahora, dicha experiencia nos permitió ser testigos de lo que allí ocurre, a la luz de los ojos de todo el mundo que pulula en ese centro de salud. Igual había ocurrido tres años atrás con el fallecimiento por COVID de la abuela de Francisco y que reseñamos así: https://www.aporrea.org/actualidad/a295641.html.
En la CHET, TODO está privatizado, o todo se compra y se vende como si fuese un mercado persa. Nada más llegar las personas en situación de desesperación a la emergencia comienzan los médicos, enfermeras y el personal de salud que allí presta servicios, a solicitar que los familiares deben llevar TODO, ABSOLUTAMENTE TODO, alegando que en el centro de salud no hay nada, literalmente hablando.
Así, dependiendo de los síntomas que presente el paciente le piden a los familiares que lleven guantes medicinales, vendas, adhesivo, jabón, material quirúrgico, yelco, o catéter intravenoso, bolsas de solución fisiológica, macro goteros, jeringas, inyectadoras, alcohol. Todo ello se vende en el mismo hospital. Igualmente se requiere que adquieran y entreguen al momento de la solicitud, para atacar los síntomas, antibióticos, antipiréticos, analgésicos y todo tipo de medicamentos para administrarlas terapias respectivas. Incluso, se le exige a los familiares que compren y consignen hojas para los exámenes médicos prescritos e historias médicas para registrar la sintomatología, y si la persona lamentablemente fallece, debe sacar decenas de fotocopias para trasladar un difunto. Todo pago. Se exige adquirir un "Kit de ingreso" consistente en carpetas, hojas blancas bolígrafos, ganchos para carpetas y hasta corrector líquido. Kit clínico de higiene pato pito. Todo privatizado.
¿Cómo es posible que ello ocurra en medio de un proceso revolucionario, socialista, en un estado donde gobierna un gobernador electo por el PSUV y donde la mayoría de legisladores del Consejo Legislativo Regional y de las alcaldías son controladas por el PSUV?. ¿Quién gobierna en el estado Carabobo, el PSUV o FEDECÁMARAS?
Allí observamos el maltrato permanente a pacientes y familiares. Un desorden enorme en la emergencia y un desdén terrible en la mayoría del personal de salud, así como el personal administrativo y obrero. Si usted no tiene dinero muy probablemente morirá de mengua.
Como el paciente Francisco León falleció, la familia se vio sometida, aparte del dolor de ver morir a un ser querido, a un engorroso proceso burocrático para retirar el cadáver al día siguiente en la morgue, que ni siquiera fue conservado en cavas refrigeradas para mantener el cuerpo en buen estado, sino que fue dejado en una camilla y entregado a su familia en precarias condiciones, pero como dijo alguien insensible: "como están ya muertos y los muertos no se quejan, a ellos no les importa".
Todo lo cobran en dólares. Mínimo 10$ para sacar un cadáver así tenga todos los documentos.
Por supuesto la gente desesperada en situaciones de emergencia familiar sacan dinero de donde no tienen.
Esta dantesca situación la observamos en un centro de salud donde el gobernador se ufana de una gerencia exitosa, de dotar los centros de salud. http://www.carabobo.gob.ve/gobernador-lacava-recibe-dotacion-de-equipos-para-reforzar-red-hospitalaria-de-carabobo/ y además de llenar dichas instalaciones de una obscena y costosa propaganda milmillonaria con imágenes pletóricas de ridiculez de "Súper-bigote" y el logo del otro superhéroe del pasado "Batman" con frases de Drácula, en una extraña fijación de este gobernador.
El personal de mantenimiento del hospital anda uniformado con franelas estampadas con un enorme super-bigote en el pecho y la palabra Lacava con el número 10 en la espalda. Hablamos con varios de ellos y nos comentaron que no les gusta ese ridículo uniforme, pero que les obligan a
colocárselo.
Las ambulancias que por decenas se ven estacionadas en el hospital tienen las imágenes del presidente Maduro disfrazado de "Súper-bigote", con los interiores por fuera. Incluso, imágenes de Maduro Súper-bigote con una bata de médico.
La cuestión es que si las imágenes fuesen coherentes con la realidad sería excelente. Pero no. La displicencia, el abandono, y la privatización de la salud evidencian que la costosa campaña propagandística de Lacava oculta la terrible realidad de la salud en ese estado.
La otra realidad es que un joven educador falleció en medio de penurias que no se pueden seguir adjudicando al bloqueo. Las rumbas y el desenfreno del gobernador Lacava, las nuevas rumbas "live" de los bachilleres que promocionan a nombre del presidente y la fastuosa vida de los altos funcionarios públicos, así como la burguesía (la vieja y la nueva) así lo desmienten.
Ya lo decía el Comandante Hugo Chávez: "El capitalismo es una perversión: el que no pueda pagar no come, no estudia, no obtiene la vacuna, no obtiene atención médica. ¡Se muere, pues! ¡No vive!".