Universidad foragida, ¡discrimina sus niños, niñas y adolescentes!

Escribo estas líneas mientras leo en Ultimas Noticias declaraciones del Director del Centro de Estudios de Derechos Humanos de la UCV, quien opinando sobre la Reforma Constitucional afirma que: “...la modificación del 337 es incompatible con la Convención Americana de los Derechos Humanos...”; curiosa afirmación, sobre todo en esta época en que las autoridades de esa universidad se han alineado con el oposicionismo golpista antinacional, y utilizan la institución como un partido político más que arremete en contra del Gobierno legítimamente electo por el pueblo venezolano y contra todo aquel que osa disentir de sus opiniones, sin que dicho Centro de Estudios emita opinión al respecto.

Tampoco hemos oído opinión alguna de dicho Centro de Estudios sobre algunas situaciones realmente violatorias de la Convención Americana de los DDHH, que ocurren en nuestras universidades autónomas como por ejemplo: el discriminatorio sistema electoral para elegir sus autoridades, que limita el voto profesoral a los que forman parte del escalafón, excluyendo del mismo a los profesores instructores, así como, a empleados, obreros y estudiantes de postgrado; y estableciendo la equivalencia que un voto profesoral es igual a cuarenta votos estudiantiles de pregrado, tamaña aberración sin duda alguna es violatoria del Art. 21 de la Constitución Nacional, que nos hace a todos iguales ante la Ley.

La UCV heredada de la IV República, es una institución que en su seno alberga profundas contradicciones sociales, producto de gestiones rectorales que orientaron su actuación a satisfacer las aspiraciones de la élite profesoral. No por casualidad el servicio médico de los profesores se asemeja tanto a una clínica privada, mientras que, en oposición, los servicios médicos de empleados, obreros y el de los estudiantes, al igual que los hospitales públicos viven en permanente crisis, siendo la falta de insumos y el mal servicio el factor común que caracteriza su funcionamiento.

No sólo es una institución que desprecia la Convención Americana de los Derechos Humanos y la Constitución, sino que va más al fondo en su menosprecio al ser humano que no sea profesor o profesora, invalidando en los hechos la Convención sobre los Derechos del Niño y la LOPNA. Analícese al respecto, el beneficio del juguete que otorga la institución en diciembre a su personal, siendo los montos: Profesor, Bs 150.000,oo por hijo; Empleado, Bs 70.000,oo por hijo; Obrero, Bs 50.000,oo por hijo; el estudiante no percibe este beneficio.

Más vergonzante aún, es el caso de la Prima Por Hijo cuyo monto para un Profesor a Dedicación Exclusiva es de Bs 122.333,oo por hijo; Profesor a Tiempo Completo es de Bs 86.066,oo por hijo; Empleado es de Bs 35.516,oo por hijo y para un Obrero es de Bs 25.220,oo por hijo. Lo que me lleva a preguntarte: ¿qué hace tan especial a un hijo de un profesor que lo hace valer más que un hijo de un empleado o de un obrero?, en que valores se sustentará esta vergonzante desigualdad?

Es frente a esta realidad que el Centro de Estudios de los DDHH de la UCV, guarda silencio y voltea la mirada a criticar a otros; igualmente, lo hace el Ministro de Educación Superior, Luis Acuña, quien con su silencio cómplice avala la conducta forajida del Consejo Universitario de la UCV, quien actuando como un Mal Padre de Familia violenta la disposición 373 de la LOPNA que obliga a los padres a alimentar a sus hijos e hijas por igual, tanto en calidad como en cantidad.

“Conviene recordar que si no se respeta la dignidad de las personas. No se respetan los derechos humanos...”, estas palabras de Juan Pablo II en su Encíclica de las Américas, vienen al pelo como respuesta al Director del Centro de Estudios de DDHH de la UCV y su inquietud que, curiosamente, es la misma que ha enarbolado el oposicionismo cipayo en contra de la Reforma propuesta.

Actuando en la misma línea de pensamiento de Juan Pablo II, la Asamblea Nacional oyendo el clamor popular ha optado por modificar el 109 constitucional, a fin de garantizar el voto igualitario para profesores, estudiantes, empleados y obreros, acabando con esa vergonzante diferenciación social que existe en nuestras universidades; igualmente, modifica el 21 constitucional, afianzando el rechazo de todos los venezolanos a cualquier tipo de discriminación, prohibiéndola; con lo cual, se abre el camino para erradicar del seno de nuestras universidades todo tipo de discriminación y, muy en especial, la ejercida sobre nuestros niños, niñas y adolescentes. Bienvenida la Reforma, todos a votarla el 2 de diciembre próximo!

henryesc@yahoo.es


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Henry Escalante


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