A Marcel Marceau nunca se le conoció su voz,
sólo sus manos blancas y la tristeza noble del
hombre que no tejió el amor en su dulzura.
Lagrimas sudorosas pintadas de color negro.
Ricardo Abud
El slogan publicitario de una de las agencias de publicidad venezolana ha calado en la mente de los “líderes mediáticos de la renovada oposición estudiantil”.
No deja de ser controversial el hecho de que la publicidad como elemento desestabilizador cobra vida hoy más que nunca. Estudiantes auspiciados mediáticamente por canales de televisión y agencias de publicidad, han sido la carne de cañón con la que pretende nuevamente alzarse la oposición venezolana. Hoy estos próceres con capa, cual superman de nueva era, se sienten abanderados de un sector de la población y dispuestos a derrocar al tirano de Miraflores.
Las agencias de publicidad y sus asesores extranjeros los han vestido como mimos, de manitas blancas y con gesticulaciones propias de duendes reencarnados con una carga de odio sumamente profunda. Al unísono levantan sus manitos blancas en clara señal de “desobediencia”, pero la emisión del mensaje los deja desnudos: no saben cómo pensar ni que pensar. Al caletre aprenden su cartilla y discursos, rogando a Dios que no se les olvide una letra, una oración so pena de hacer el más estruendoso de los ridículos.
El conjunto de manitas blancas evidencia la minusvalía política de estos jóvenes. Su bajo nivel político los mantiene en el más absoluto silencio, no hablan, sólo gruñen y escupen el odio y su xenofobia hecha verbo en contra de las hordas del oficialismo.
Utilizados, manipulados, celular en mano, las agencias de publicidad promueven el discurso que debe repetir una y otra vez la oposición en procura de sumar voluntades. El snobismo es parte integral en sus concentraciones, algunos van, sin saber por qué, pero deben estar ahí para defender la “libertad”. Una libertad que según ellos se les cercena, pero que les permite agredir sin ningún tipo de sanción. No entienden política, se declaran apolíticos mas sin embargo quieren ser actores políticos. Luchan por una autonomía que no comprenden ¡que confusión tan grande!.... no quieren la aprobación del artículo 109, porque vulnera sus derechos. Total: un arroz con mango.
Al lado de ellos, emergen las caras bonitas y no tan bonitas de actrices que en buena parte han llegado al ocaso de sus carreras, no se resisten al anonimato, que mejor manera de identificar su lucha en contra del tirano y recuperar un poco la vanidad que se disipa con el pasar de los años.
Ayer pretendían revindicar el derecho del canal golpista al cual se le venció la concesión. Hoy surgen disociados a defender la constitución que sólo les pertenece a ellos, pero que en 1999 no querían e incluso votaron contra ella. Hoy la aman, la quieren. ¿Quién los entiende? ¿Ganas de joder? ¿Será que sólo son unos jodedores?
En fin de cuentas, los jóvenes y viejitos manitas blancas guiados por los golpistas (Globovision, Agencias de Publicidad, los cadáveres insepultos de la oposición y asesores externos) quieren aportar su grano de arena en su lucha por la libertad y la democracia para entregarle nuevamente el país a sus “legítimos” dueños, a una oligarquía que sumió a este país en la más absoluta de las miserias.
No lo lograrán, las luchas desplegadas por el pueblo venezolano, por la gran mayoría, así lo prueban. Hoy, mejor organizados, no permitirán que factores internos y externos nos arrebaten nuestros sueños, estamos preparados, listos y dispuestos para enfrentar a esas minorías llámense como se llamen, en el terreno que ellos elijan, la paciencia tiene límites. Queremos vivir en la paz, pero ya basta de poner la otra mejilla.
Manitas blancas, dejen de ser mimos de sus propias miserias…
Patria, Socialismo o Muerte…
Venceremos.
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