A propósito del artículo 109

Al fin Democracia para las Universidades

Hoy para la juventud revolucionaria, uno de los cambios fundamentales que plantea el nuevo proyecto de Reforma Constitucional es el referido al cambio del Artículo 109. Este cambio llena de satisfacción a los movimientos estudiantiles de izquierda que en los últimos años en el marco del Proceso Bolivariano han luchado por la Transformación de la Educación Superior.

Esta transformación es de suma importancia, porque actualmente las universidades autónomas, algunas experimentales y algunos tecnológicos, al estar a espaldas de los cambios que se suceden en el país se han convertido en verdaderos bastiones institucionales de la oposición golpista. No es casual entonces que el gremio de docentes universitarios se preste permanentemente para avalar, sistematizar y ser propagadores de la conspiración de la derecha y el imperialismo, y por otro lado un movimiento estudiantil totalmente enajenado y al servicio de las clases dominantes sean hoy la carne de cañón de la oposición.

Este triste papel de las universidades es consecuencia del rol social que juegan en las sociedades capitalistas, ellas no son otra cosa que productoras y reproductoras de la ideología al servicio de la legitimación de las relaciones sociales capitalistas de explotación-dominación-subordinación. Las universidades por otro lado tienen como fin preparar los cuadros políticos y técnicos necesarios para dirigir, organizar y administrar el Estado, el aparato productivo y las industrias culturales al servicio del Capital.

En este sentido en la actual coyuntura la oposición fascistoide no ha perdido el tiempo en bombardear con sus manipulaciones y mentiras mediáticas al proyecto de Reforma Constitucional, en este orden se ha repetido hasta la saciedad que está en peligro la autonomía universitaria, la academia, obviando de forma descarada que la propuesta del Artículo 109 expresa abiertamente que: “El Estado reconoce la autonomía universitaria como principio y jerarquía que permite a los profesores, profesoras, estudiantes, egresados y egresadas de su comunidad dedicarse a la búsqueda del conocimiento a través de la investigación científica, humanística y tecnológica, para beneficio espiritual y material de la Nación”… y mas adelante se agrega que “Las universidades autónomas se darán sus normas de gobierno, de acuerdo con los principios constitucionales de la democracia participativa y protagónica, así como las de funcionamiento y administración eficiente de su patrimonio bajo el control y vigilancia que a tales efectos establezca la ley. Se consagra la autonomía universitaria para planificar, organizar, elaborar y actualizar los programas de investigación, docencia y extensión. Se establece la inviolabilidad del recinto universitario. Las universidades nacionales experimentales alcanzarán su autonomía de conformidad con la ley”.

Estos ataques también señalan que la propuesta de Reforma del artículo 109 pone en amenaza la democracia interna de las universidades autónomas, sin embargo de lo que se trata de darle operatividad al concepto de democracia participativa en el seno de las mismas, ya que hasta ahora ha seguido vigente la concepción del medieval claustro universitario y algunos planteamientos de la Reforma de Córdoba de 1918 ya hoy insuficientes para el ejercicio de la democracia en el seno de las universidades. Hoy la Reforma Constitucional avala la ampliación de la participación de sectores tradicionalmente marginados y excluidos de la comunidad universitaria, ya que el proyecto del artículo 109 expresa de forma tajante que: “Se reconocen a los trabajadores y trabajadoras de las universidades como integrantes, con plenos derechos de la comunidad universitaria, una vez cumplidos los requisitos de ingreso, permanencia y otros que paute la ley”.

También el espíritu democrático del art.109 afirma satisfactoriamente que: “La ley garantizará el voto paritario de las y los estudiantes, las profesoras y profesores, trabajadores y trabajadoras para elegir las autoridades universitarias; consagrará el derecho al sufragio a todos los y las docentes que hayan ingresado por concurso de oposición, desde la categoría de instructor o instructora hasta titular y establecerá las normas para que las elecciones universitarias se decidan en una sola vuelta”.

Vemos entonces que los cambios propuestos amenazan ante todo a aquellas mafias profesorales que ejercen abiertamente una dictadura en el seno de las universidades y se presentan ante la sociedad como demócratas consagrados. La exclusión de los profesores jubilados implica un duro golpe a la vieja casta profesoral Adeca-Copeyana, que en las elecciones de las autoridades universitarias muchas veces son determinantes. Frente a esto la inclusión del gremio de empleados y obreros abre las posibilidades para que los sectores bolivarianos puedan tener más posibilidades de ejercer el poder universitario.

Finalmente creo que los estudiantes deben sentirse satisfechos, ya que se le ha dado rango constitucional a una de las reivindicaciones históricas mas luchadas por el movimiento estudiantil, como lo es la paridad del voto estudiantil con el voto profesoral. Es por esto que es totalmente injustificado desde el punto de vista gremial que algunos estudiantes se pongan al frente de una Reforma Constitucional y un Gobierno que apoyan plenamente los derechos del movimiento estudiantil. Este hecho demuestra que los intereses son políticos, al servicio de la oligarquía local y el imperialismo, por lo cual estos jóvenes no son manipulados, son férreos defensores de la sociedad de consumo capitalista.

luis_educara@hotmail.com



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