Ahora resulta que no solo es "showsero cuando se echa unos palos", al decir de este dirigente de la derecha estudiantil venezolana en una entrevista para la revista Playboy (http://www.aporrea.org/oposicion/n106387.html), sino que el personaje también le mete al contratista. En Aporrea.org aparece reflejada una denuncia sobre la participación de este "líder" en negocios de construcción, desde los cuales se inserta como patrono explotador en la lógica capitalista de la libre empresa (http://www.aporrea.org/oposicion/n106471.html). Nosotros nos preguntamos, si el joven estudia para abogado, ¿de cuándo acá salió constructor?, ¿no se supone que eligió estudiar "lo que le gusta", como reza una de las consignas de su movimiento? Por lo demás, hay que preguntarse sobre la calidad y condiciones que estas obras pueden tener en manos de gente que nada o poco sabe sobre construcción, bajo el modelo adeco de que los grandes constructores son abogados, odontólogos, ingenieros forestales o químicos; eso sí, bien enchufados con los puestos claves en el Estado. El estudiante anónimo que quiere graduarse de abogado, que no tiene capital pero simpatiza con la opción política y de clase de Mr. Goicoechea, no podrá quejarse cuando un par de Ingenieros Mecánicos con una buena palanca monten un bufete de abogados y lo subcontraten. ¿O es que entonces va a salir con el cuento del conocimiento y los duros años ante los libros?
El hecho de que a Yon Goicoechea, siendo una persona sin conocimientos en el ramo de la construcción, le otorguen jugosísimos contratos a través de una empresa de maletín, no es sino un síntoma del modelo administrativo por medio del cual una obra civil contratada por el Estado termina costando hasta seis o siete veces lo que debería, de hacerse según lo técnicamente conveniente y bajo la consideración de profesionales del área. Evidentemente, un contratista como Goicoechea tendrá que subcontratar a los verdaderos profesionales que realizarán el trabajo por el cual le pagan sumas millonarias al estudiante de Playboy, y por esta vía se van multiplicando los costos. Todo esto pone en evidencia la forma en que la gente es expropiada de su trabajo real, es decir, el proyectista, el ingeniero residente, el maestro de obra y los obreros, por sí solos podrían realizar por mucho menos dinero las obras y con mejores resultados, pero dependen de un monigote que es el que "consigue" el contrato y los "pone a trabajar". Ese monigote capitalista, que suele hacerse llamar "empresario", se llena los bolsillos con el trabajo de los empleados, y sin él hacer prácticamente nada, salvo someterse al estrés de comer con burócratas influyentes y llevar a cabarets a otros empresarios.
Uno de los argumentos de la "Gente del Petróleo", de la burocracia universitaria, y en general de la clase media reaccionaria, es precisamente la defensa de la "meritocracia" y la "profesionalidad". ¿Dónde quedó ese discurso de los estudiantes que exigen libertad para estudiar lo que les dé la gana, como si eso estuviera en peligro? En los hechos vemos cómo la vocación verdadera de la derecha estudiantil es la de formar parte de la clase explotadora (aunque pocos alcancen ese "sueño americano"); el discurso sobre los méritos no es más que la moneda política con que se quiere comprar el privilegio de explotar el trabajo ajeno. ¡Bravo, estudiantes que aspiran a burgueses, que se ponen showceros y democráticos frente a las cámaras de televisión, y que hoy gozan de groseros privilegios de clase! Los Goicoechea, Freddy Guevara, Stalin González, y demás personajes que desde la derecha asumen la representación del movimiento estudiantil en sus giras por Europa y los Estados Unidos, sepan que el pueblo trabajador recuperará lo que le pertenece. Se les acabará la maguangua, pues el pueblo explotado sabe que no hay socialismo con empresarios.