Pegado a la pared, con la vista fija hacia ella, dándole la espalda a todo su alrededor, Felipe, el eterno soñador, primer amiguito de Mafalda, la precoz creación de Joaquín Salvador Lavado “Quino”, en esas tiras cómicas que nos han deleitado y nos deleitarán por siempre, por la inteligente vigencia de su contenido, exclama: “HE DECIDIDO ENFRENTAR LA REALIDAD, ASI QUE APENAS SE PONGA LINDA ME AVISAN". Esta es la conducta que no debe asumir ningún compatriota que se precie de ser un auténtico revolucionario, ante los retos planteados.
Si evaluamos los resultados de la contienda electoral reciente, calificada por nuestro Comandante-Presidente como la Segunda Batalla de Carabobo, librada a los fines de lograr, a su vez, nuestra Segunda Independencia obtenemos como resultado dos (2) lecturas:
- A nivel internacional debemos considerarla “La Victoria Perfecta”, si igualmente evaluamos la gigantesca magnitud de los recursos utilizados en su contra y las amenazas que mundialmente la Revolución debió enfrentar que, obviamente, no se señalarán en este escrito por la infinidad de los mismos. La Revolución Bolivariana cumplió con el compromiso de obtener la Victoria exigida, en principio por los países del Mercosur, Unasur, Alba, Petrocaribe y, adicionalmente, por toda la comunidad de izquierda y pueblos progresistas del mundo.
- A nivel nacional fue una batalla dura, con muchas bajas, con fallas en algunos mandos, pero se alcanzó la Victoria, orientada bajo la visión estratégica del Comandante-Presidente. Esta gloriosa pero trabajosa victoria nos obliga a la más profunda y analítica crítica y autocrítica, para que los errores cometidos no se reproduzcan a futuro. Esto último nos hace recordar al mismo y eterno soñador Felipe, cuando sentado en un banco en una pose reflexiva, expresa: “¿Y SI ANTES DE EMPEZAR LO QUE HAY QUE HACER EMPEZAMOS LO QUE TENDRÍAMOS QUE HABER HECHO?”. Por ello la conclusión es: Debemos enfrentar la realidad con los inmensos recursos que tenemos para modificarla y hacerla linda, haciendo lo que debimos haber hecho, para que la victoria, a lo interno, hubiese sido perfecta. Por ello debemos combatir de la manera más firme y decidida la política clientelar que se ha venido reproduciendo en el aparato burocrático del Estado; la negativa de esos viejos y nuevos burócratas de asumir su función de servidores públicos, debiendo atender, como es su deber, de manera cordial, atenta y orientadora a todos los usuarios del Estado, es decir, a todo ciudadano, y no tratarlos de la manera soez, poco educada e indolente que muchos utilizan generando resentimientos involuntarios en la ciudadanía.
La actitud manifiesta, alevosa, y premeditada de los nuevos burócratas de apropiarse, de secuestrar a los consejos comunales existentes, independientemente de sus carencias, después de desestabilizarlos, socavarlos, fraccionarlos y utilizar todas las artimañas para dirigir los recursos que, a través de dichos consejos se obtengan, a destinos de corruptelas y lucro personal, adoptando la conducta fraudulenta que recurrentemente asumen en esa vituperable alianza, suerte de caterva de delincuentes, entre algunos Gobernadores y muchos Alcaldes, propios y extraños, con burócratas de diversas Instituciones y “Militantes supuestamente Revolucionarios”.
El burocratismo fue una de las causas fundamentales del derrumbe de La Unión Soviética. El burocratismo fue y es el principal enemigo enfrentado por la Revolución Cubana. El burocratismo, entre otras deformaciones, es uno de los enemigos a vencer si queremos tener Patria, como bien lo dijera el Comandante – Presidente.
Cambiemos nuestra cultura, si pretendemos contribuir a salvar el Mundo y preservar la Vida en el Planeta.
Decía el Che: “ Cuando lo extraordinario se hace cotidiano, estamos en Revolución”