El infantilismo de los argumentos utilizados para justificar la colonización del Medio Oriente, el despojo y la masacre del pueblo palestino, la depauperación de África y la guerra con sordina contra los gobiernos progresistas de América Latina demuestran que no hay imperativo moral ni institucional que frene la barbarie imperialista.
Los gobiernos y pueblos que luchan por su soberanía e independencia tienen que mantenerse unidos y cuadrar alianzas estratégicas para enfrentar los ataques del capital- sionismo. Consciente de ello, el Comandante Chávez dedicó gran parte de su energía a apoyar la conformación de una nueva geopolítica mundial y nos instó a dejar de vernos el ombligo, a enmarcarnos dentro de la compleja realidad mundial y a extender nuestros quereres hacia los pueblos oprimidos, la vida y el planeta.
Chávez nos dejó “un programa de transición al socialismo y de radicalización de la democracia participativa y protagónica”. Un programa direccionado “hacia una radical supresión de la lógica del capital que debe irse cumpliendo paso a paso, sin aminorar el ritmo de avance hacia el socialismo”. Un programa orientado a la conformación de un poder popular capaz de “desarticular las tramas de opresión, explotación y dominación que subsisten en la sociedad venezolana…” y a construir la Patria Grande.
Quienes creemos en la transformación revolucionaria de Venezuela, pesuvistas o no, estamos obligados a agradecer y defender el legado de ese ser extraordinario llamado Chávez. Estamos obligados a garantizar el avance del socialismo bolivariano y a velar que las medidas que adopte el Gobierno respondan al espíritu y a la visión que llevaron al Comandante Eterno a plantear su proyecto para la gestión bolivariana socialista 2013 - 2019.
Hemos madurado pero aún nos falta… Nos falta guáramo para confrontarnos, para asumir integralmente el legado de Chávez, para superar jerarquías sin sentido, para encarar la corrupción, etc. Nos falta entender realmente lo que arriesgamos y arriesga América Latina si no enfrentamos con mano dura a quienes interna y externamente pretenden acabar con nuestro proyecto.
Desviarse del legado de Chávez conlleva la pérdida de las conquistas ya alcanzadas y un fracaso estruendoso en el intento de superar nuestro rentismo, ni que decir en el de construir el socialismo. El pueblo lo sabe y no se va a dejar quitar lo conquistado, hay que escucharlo. La próxima reunión para debatir las medidas económicas y definir las que contribuyen a la construcción del socialismo es una oportunidad de oro para hacerlo. No la dejemos pasar.