En estos momentos, en que se libra una lucha entre el pueblo y los que nos acechan, aparece, de manera muy oportuna, este escrito que me hicieron llegar. En televisión nos han pasado unos cortos, donde se ve a gente del pueblo despertando, horrorizados, luego de una pesadilla y sería una realidad tan grande, como lo es la luna llena, si no votamos conscientemente este domingo 6.
Espero que este lunes 7 podamos despertamos con una sonrisa de oreja a oreja y satisfechos de haberle cumplido a nuestro Comandante Chávez., a nuestro pueblo, a nuestros nietos.
“Reflexionemos”.
Reflexión oportuna y necesaria
Esta reflexión la escribo de madrugada, cuando el silencio de la noche me ofrece una mágica oportunidad para la total concentración y cuando retumban en mis oídos las palabras de Chávez, Unidad, Unidad, Unidad y precisamente, esa debe ser la proyección en estos momentos cuando se juega en una urna 17 años de revolución y con ello, el presente y el futuro de un pueblo.
Piensen detenidamente que pasaría si al acostarnos el día 6 de diciembre lo hiciéramos con la amargura de haber entregado la Asamblea a la oposición, no pudiéramos dormir y en la mañana tendríamos que pararnos frente al espejo y al mirar nuestra imagen, sin dudas nos diríamos, cobarde, te faltó coraje, te faltó decisión, te faltaron agallas y si eso fuera poco. Tendríamos vergüenza de mirar a nuestros hijos, los hemos dejado sin patria, con un presente de oprobio y un futuro desierto, al mirar a nuestros padres sentiríamos toda la frustración del mundo, no fui capaz de garantizarle un futuro de felicidad, no defendí su pensión decorosa.
Al salir a la calle los colores de la alegría, la felicidad en el rostro de la mayoría se habrá ido, se han fugado, se han transformado en angustia y dolor.
No cumplí con Chávez, no cumplí con Maduro, no cumplí conmigo, no cumplí con Bolívar, en una palabra, no cumplí con la patria, hemos perdido 17 años, hemos perdido 6205 días, 148,920 horas, pudo más una arepa, una mantequilla, un pedazo de carne que mis principios, pensé con el estómago.
De ahora en lo adelante sentiríamos en carne propia lo que equivale una Asamblea en poder de la oposición, todo lo que hemos alcanzado se esfumará, nuestros sueños se convertirán en pesadilla, la luz que nos guiaba se transformará en sombra, hemos introducido a los enemigos en nuestra propia casa, no somos dueños de nada, que pena, que desilusión, nos espera una larga noche oscura y tenebrosa, nos llegará a la mente preguntas que nos aplastarán, ¿Qué diría Chávez? ¿Qué dirían los muertos de la patria? ¿Dónde ha ido a parar tanta sangre derramada?, ¿Qué pasará con nuestros hermanos latinoamericanos? ¿Dónde irá a parar mi orgullo de venezolano revolucionario? Patria, Patria querida, te he traicionado, la traición ha vuelto y yo he contribuido a ella.
Hermano, esto no es una novela, esto es la realidad si entregamos la Asamblea, faltan dos días, 48 horas, 1152 minutos, tengo que seguir y arrancar esa posibilidad, lograr la unidad, lograr que nadie se quede en casa y que el voto revolucionario se imponga y al acostarme el día 6 de diciembre exclamar con orgullo revolucionario, CUMPLÍ
Silvio Abreu, un amigo cubano, chavista, fidelista, socialista, bolivariano.