La despreciable burocracia (II)

Un método infalible para no ser nefastos en nuestra gestión, cuando estamos al frente de organismos públicos, es la "Auto-Regulación Permanente".

Jámas podemos creer -como gobernantes- que nos las estamos "comiendo", o que somos "una verga de triana". Al contrario, mientras vamos trabajando y asumiendo tareas, pensemos siempre: "¿en qué estamos fallando?"; con humildad, advocación y profundo amor al prójimo.

Ello nos permitirá -a diario- revisar, rectificar y reimpulsar nuestros horizontes, y no caer jamás en la tentación del egocentrismo, la arrogancia y el despotismo.

"¡Por mi culpa; por mi culpa; por mi gran culpa!", nos enseño Jesús, en la ruta de redimir nuestras fallas y mantener vivo el corazón justiciero.

Solo el pueblo es "dueño y señor" de todo cuanto acaudalamos desde el poder político. Nada es de uno; y más bien esas masas no dan un poder de administración efímero; sujeto a su mandato, y no a lo que nos venga en gana hacer (o deshacer).

Hoy lo que necesitamos no son "sabios" ni "expertos" en el manejo burocrático de las instituciones; ufanados allí de una "grandeza" despreciable que repugna y expele al pueblo pobre; ¡no...!

Lo que necesitamos son apóstoles de la verdad y la pasión por lo justo; por lo grande; por lo que encienda la esperanza de las grandes mayorías empobrecidas.

El Socialismo nada tiene que ver con posiciones individualistas, despreciativas, despóticas, arrogantes, indolentes ni falsas. A quien presuma de ser una persona de Izquierda, Humanitaria y Chavista, y practique todos estos anti-valores de la putrefacción capitalista, grítenle, como Alí Primera, "¡Muérgano, go home...!".


Esta nota ha sido leída aproximadamente 2277 veces.



Jesús Meza Díaz


Visite el perfil de Jesús Meza Díaz para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: