Entonces era director de Desarrollo Regional del CONAC y el día 11 debía reunirme en Coro con la miembros de diverso sectores culturales para el desarrollo de planes de promoción cultural para el estado Falcón, dejamos los papeles y notas de lado y nos sentamos a ver la televisión para seguir los sucesos que ocurrían en Caracas. Eran las 12 mm.
En vista de las circunstancias y estando prácticamente aislado de toda comunicación con el Viceministro Espinoza y otros miembros del gabinete cultural, decidí seguir rumbo a Barquisimeto para otra reunión que debía producirse el días viernes 12 de abril en Palavecino junto a otros grupo de promotores culturales de Lara.
Por el camino mientras cruzaba la Serranía de Falcón no encontré un carro circulando, la interminable ruta entre Coro y Barquisimeto era acompañada de incertidumbre y las noticias que escuchaba por la filiales de Unión Radio transmitiendo el desconsuelo a lo que nos tienen acostumbrados.
Al llegar a Barquisimeto me hospede en un hotel ubicado a una cuadra de la Gobernación, solicite me dieran una habitación con ventana en esa dirección para monitorear lo que podría suceder en aquel recinto, efectivamente des mi ventana pude ver, lo que hicieron algunos manifestantes de la oposición durante la tarde y noche del día once. Las fuerzas leales del Gobernador Reyes Reyes ofrecieron resistencia y dispersaron a los manifestantes, hasta que hubo una tensa calma toda la noche del 11.
Todo lo que vimos durante la madrugada del doce ya es historia contada.
La mañana siguiente yo trataba de mantener contacto con amigos y compañeros de trabajo para orientar mi accionar, sin embargo nadie respondía. Una llamada al fin cayo, la de Pedro Corales, compañero asignado a mi dirección, quien me dijo que ya todo estaba perdido, lo que me dio mucho coraje porque nunca pensé en una entrega sin aguante y le dije que nos íbamos a la resistencia.
Una segunda llamada me devolvió los ánimos. Era el entonces Teniente Coronel Luis Rojas Ballesteros, quien estaba acuartelado en Fuerte Tiuna y sin mediar palabras me dijo:” ! Cuídate no hables, ni me vuelvas a llamar…Ave Fénix…¡” y colgó el celular. Era la tarde avanzada del día 12 de abril y en Barquisimeto como todo el país levitaba el desconsuelo y la incertidumbre.
Esa llamada con la respectiva clave me daba un enorme aliento, porque pensé en el acertijo “Ave Fénix” según la leyenda griega Ave Fénix es el renacer desde las cenizas y el teniente Coronel Rojas Ballestero, yo lo sabía, era leal al Comandante Chávez, entonces me fui a Palavecino donde estaba reunida una asamblea dirigida por Esceario Sosa quien es pastor evangélico y un hombre de alto calibre revolucionario.
Los rostros de los participantes en aquella reunión eran patéticos, era necesario animar la circunstancia tomando en consideración el acertijo militar, y de manera discreta le dije a Sosa lo que el teniente coronel me había dicho, entonces resolvimos leer el capítulo de la resurrección de Jesús Cristo y así mismo lo hicimos junto al pastor evangélico.
Luego salí rumbo a Maracay a continuar la historia que todos sabemos y que de alguna manera esta encadenada en cada uno de nuestras almas y corazones y cuyo referente general es el Comandante en Jefe Hugo Chávez Frías, quien sigue guiando un mejor destino para todos los venezolanos.
aldemarobar@yahoo.es