La cultura
popular capitalista en los juegos de azar, está por encima de un esquema
mas sentido y real, que la propia búsqueda de una necesidad socialista
de formación. La metodología excluyente que ha parido el Psuv desde
un primer momento; realmente y en el fondo, ha permitido su secuestro
desde las mismas bases. Al menos en el verbo resuena la exclusión pues,
a unos se les denomina aspirantes y a otros militantes.
La selección
de delegados, suplentes, voceros y comisionados permitió en la
primera elección, que todos aquellos aspirantes que, con una sola asistencia
a las reuniones de batallones, incluso, la del mismo día de las elecciones,
tenían la posibilidad de postularse como candidatos dentro de los batallones.
La manipulación hizo juego en muchos espacios y circunscripciones,
donde se ejerció esta vieja modalidad cuartarepublicana de “entubar”
a los candidatos para dirigir los batallones y colocarlos como piezas
claves para el ansiado voto futuro.
Quienes permanecieron
desde el inicio del Psuv dando la batalla de ideas y propuestas, quienes
con el orgullo revolucionario apostaban a dar crecimiento al niño por
nacer, fueron justamente quienes quedaron por fuera al ser sorprendidos
con la estrategia contrarrevolucionaria adecocopeyana del pasado, montada
por muchos viciados que ejercen cargos de funcionarios públicos en
la actualidad.
Quien escribe,
se postuló a comisionado de ideología en su batallón, pero, ante
la primera persona contrapropuesta sin el menor sentido de la ideología
a competir, perdí en mi batallón frente al entubamiento y kino montado.
Desde octubre 2007 cuando se hizo esta elección hasta la fecha
actual, esperé por la primera charla ideológica del comisionado quien,
como militante ya confirmado, tendría la oportunidad de sufragar por
los personajes a dirigir el Psuv.
Por falta propia
de información, algunos comisionados no conocían los candidatos postulados,
razón que los hizo envolverse en el entubamiento y nuevo kino de una
lista de “15 elegibles” que les fue entregada por su “jefes”
o mejor dicho voceros, para que disciplinadamente ejercieran el democrático
sufragio como hecho histórico del naciente Psuv. Por quejarme respecto
a este tipo de conducta, fui amenazado de ser expulsado, por lo que
me dijeron “guerrillero” (orgullosamente para mí) e indisciplinado
según palabras de un delegado y una diputada suplente en mi circunscripción.
Ante toda esta situación, decidí autoexcluirme como aspirante del Psuv para hacer mi trabajo voluntario directamente de calle con los consejos comunales, en la contraloría social con las comunidades y su lucha, en el desarrollo cultural de los niños y con un programa radial para la construcción y el mensaje ideológico amén de publicar semanalmente algún trabajo en la propia página de Aporrea. Eso sí, y respetando su Presidencia en el Psuv, ¡siempre estaré patria o muerte con Chávez!
Lamento que
la misma situación la padezcan aquellos compatriotas con derecho a
voto que conforman los batallones, ya que, muchos fueron amenazados
también de expulsión si no votaban, de hecho, en mi caso se acercaron
para pedirme opinión respecto a la actitud de nuestros voceros y delegados
que actúan cual patotero de barrio y con el grado de poder que los
alimenta. Para evitar esta situación, lo correcto habría sido que
los “aspirantes” asistentes fieles a las reuniones y debates de
batallones, entraran con el mismo derecho a sufragar, es decir, en vez
de 100.000 votantes aproximadamente (2% de militantes), lo ideal pudo
haber sido un millón aproximado (20% de “aspirantes” votando).
Por ahora,
dejo de ser un “postulante” del Psuv con la esperanza de que los
“partidarios” no sigan alejando los votos pretendidos de las bases
para el futuro del Psuv en el proceso revolucionario de cambio. Pienso
que cual premio gordo de lotería, en el malentendido ¡venceremos!,
el Psuv ha sido visto como un kino electoral en algunas corrientes internas
que gritan: ¡patria, socialismo o muerte!
Larry Márquez Peralta – 09.03.08 – larryubv2004@hotmail.com