Al desarrollar el presente artículo voy a tocar un tema al cual muchos “revolucionarios de papel” esquivan o rehuyen intencionadamente. Se trata de la llamada clase media, la cual es satanizada irracionalmente por estos “teóricos socialistas” que parecen estar totalmente aislados de la realidad, quizás lo hagan más por conveniencia que por convicción.
El hecho es, que entonces cuando los pueblos despiertan de su letargo comienzan a ser más exigentes sin la necesidad de aspirar a tener grandes riquezas. Riquezas a las cuales llegan muchos dirigentes y funcionarios públicos durante este proceso revolucionario. El ciudadano común, el excluido socialmente, a través de una apertura mental que le proporciona la adquisición de una serie de conocimientos, empieza a sentirse incluido y por ello a exigir más y mejores beneficios para él y para su fu familia. Esto significa una actitud sumamente normal y positiva, aquel hombre comienza a prepararse para emprender un trabajo fructífero al país. En su lucha por la vida aspira a llegar a tener un status similar o igual al que actualmente disfruta la llamada clase media. Por eso, si logra llegar a ser profesional, en cualquier rama del saber, luchará por adquirir un mejor estándar de vida a través de las remuneraciones que debe percibir por su trabajo, es por eso, que el Sistema socialista está obligado a crear las condiciones necesarias que permitan la superación del individuo.
Así pues, si recorremos rápidamente el panorama político de Venezuela, observamos que la mayoría de sus dirigentes tienen como “Origen Inmediato” la Clase Media; no significa esto, que si alguna vez en la vida pertenecieron a otros estratos más pobres del país, no se hayan podido superar y lograr alcanzar el status correspondiente a la clase media; pero más aún, algunos de ellos han logrado llegar a ser parte de una clase media ALTA o muy alta.
Estoy seguro, pero absolutamente seguro, que ninguno de estos dirigentes que hoy ocupan puestos de relevancia dentro de las instituciones públicas, desearía regresar a sus anteriores condiciones de vida, a sabiendas de que estas comparativamente les son totalmente desfavorables. Vamos a dejarnos del cuento y la charada porque eso es así y así es.
Ojalá todo el pueblo venezolano tuviera mucho mejores condiciones de vida, y no existiera ese persistente hacinamiento que se observa con vergüenza en los barrios marginales de la Ciudad. Sitio en el cual proliferan la delincuencia, la droga y el alcohol. Siempre se ha dicho que mantener a un pueblo atrasado, ignorante, poco exigente y que se conforme tan sólo con un algo, aunque le sea pasajero, se transforma en el joker de la carta que siempre ha manejado el poder para mantenerse per sécula seculórum.
Como dijo el Libertador: “Por la ignorancia nos han dominado más que por las armas”, y claro está, esta gran verdad aplicada por los imperios para colonizarnos, reventó las esperanzas de libertad e igualdad de los venezolanos durante tantos años de lucha. Los venezolanos, que si queremos de verdad este suelo donde nacimos, esperamos que esta historia sea un clavo pasado, un capítulo de la vida que jamás deberá repetirse, ni en el presente ni en el futuro.
Todos los revolucionarios conscientes, comprometidos con el proceso revolucionario deberían ilustrarse también, acerca las causas que dieron al traste con el llamado “socialismo real”, entre ellas se distinguen la burocracia, la corrupción y el abuso de poder. Se llego a generar por tanto una desigualdad social, que no quiso entender nunca la famosa dirigencia que sustentaba el poder.
El trabajador que había adquirido una mayor y mejor capacidad intelectual a través de su educación y formación para el trabajo, por lógica tendía a ser más exigente y deseaba mejorar sus condiciones de vida a través de una buena remuneración que le permitiese cubrir, con cierta holgura, sus propias necesidades y las de su familia. La dirigencia del estado constituida por una cómoda y favorecida burocracia no fue capaz de entender la esencia y magnitud del problema que podía presentarse.
Esto era así, quizás por negligencia, desidia, indiferencia o por una mezquindad manifiesta hacia esa clase trabajadora. El hecho es, que en el momento de agudizarse las contradicciones dentro del sistema de gobierno establecido, nadie sale en su defensa y este se desploma inexorablemente. He allí una lección para aprender sobre lo que se debe hacer.
De lo antes expuesto, se desprenda que en el hombre existe y persiste un deseo nato de superación, que puede ser parcialmente controlado pero nunca eliminado, lo cual no significa admitir dentro de la normalidad una ambición desmesurada de riqueza.
Dejemos de satanizar a la clase media per se, entendamos que en su conformación también existen hombres honestos que han sabido luchar por tratar de garantizarse un futuro digno y seguro.
Algunos lo han logrado con holgura y otros no, hay que entender que las condiciones de vida se fueron empeorando con los años para la mayoría de los venezolanos, no era nada fácil lograr un objetivo previsto, muchas veces se requirió de una dosis considerable de sacrificios. No se pueden olvidar alegremente que esas situaciones han existido y que muchos de ellos fueron también golpeados por la política fascista de entonces; esto significa, que se hace necesario aplicar una política inteligente por parte de la Revolución Bolivariana para conquistarlos, no satanizarlos. No hay que olvidar que muchos de ellos hoy en día se ven beneficiados por el proceso bolivariano y estarían dispuestos a integrarse al constatar que se van generando permanentemente cambios positivos que los favorecen.
Por supuesto que dentro de la clase media también existen hombres taimados y deshonestos, dispuestos a venderse al mejor postor y defender intereses extraños que van en contra de la soberanía nacional. Hay quienes se venden incondicionalmente a sus patronos por dinero sin importarles el daño social que esto pueda ocasionar, forman parte indiscutible del grupo de apátridas capaces de cualquier cosa por reasumir el poder en Venezuela.
Dentro de esa clase media contrarrevolucionaria se identifican también, con lujo de detalles, la llamada dirigencia política oposicionista que han perdido hasta la sindéresis y los seudo-revolucionarios rojos rojitos infiltrados dentro del proceso bolivariano. Todos ellos manejan oscuros intereses para su propio enriquecimiento.
Cuando constatamos a través de los medios de comunicación, que existe una oposición que conspira descaradamente para aniquilar el proceso revolucionario y por ende la República con el apoyo yanqui, y sabemos además acerca de los negocios que se fraguan con el gobierno revolucionario cuando se publican sus mensajes o se otorgan cantidades de dinero considerables a elementos ligados a la contrarrevolución, como es el caso del hijo del famoso “Mata Curas” para realizar una película, entonces aparece de inmediato la citada reflexión : Será que realmente estamos entre la espada y la pared. ¿Cómo les parece?
Es de desear que así como tanta gente está enterada de estos menesterosos acontecimientos, así también lo esté el ciudadano presidente de la Republica y su tren ejecutivo para que actué en consecuencia y tome las medidas necesarias para corregir estos inconvenientes.
Durante este período de gobierno lleno de altibajos y traiciones, tampoco escapa la actuación repulsiva de alcaldes y gobernadores que se han permitido dilapidar el dinero que les otorga la Nación impunemente. He aquí algunas de estas “joyas” que han y aún siguen atentando en contra del tesoro público e integridad de la Nación. Gobernadores como: del Zulia, Aragua, Carabobo, Guarico, Sucre y Nueva Esparta, para señalar tan sólo (6) entre otros.
Enormes cantidades de dinero han pasado por sus manos ¿Dónde está ese dinero faltante que no resiste un balance económico legal? ¿Quién lo reclama? ¿Será el gobierno capaz de recuperarlo y condenar a estos sujetos? Cuando se busca una respuesta apropiada a cada una de estas interrogantes, entonces nos damos cuenta de que en verdad nos encontramos entre la espada y la pared.
Cuando nos sentamos a pensar y analizar acerca de las condiciones de inseguridad en que laboran nuestros campesinos para darnos de comer, nos preguntamos sobre la posibilidad de crear o constituir algún mecanismo que impida el asesinato en nuestros campos. ¿Habrá alguna forma expeditiva y eficaz para tratar de hacer justicia o no es posible lograrla?
Será posible llevar tras las rejas a los autores materiales e intelectuales que han causado la muerte de más de 200 - fije bien el número en su mente – líderes campesinos en el territorio nacional.
Tocando otro tema, muy ligado al problema general que sufre el campesinado en nuestro país, también podemos preguntarnos si acaso será posible obtener una solución digna y humana que permita resolver de una vez por todas la grave situación en que se encuentra involucrada la población de la etnia Yukpa en la sierra de Perija.
Son casos y casos los que se presentan a diario en búsqueda de soluciones adecuadas que permitan limpiar de escombros el camino de la revolución; muchos de esos casos son producto de la mala administración de los recursos monetarios que han tenido a disposición algunas instituciones públicas. Uno de ellos, muy significativo por cierto, es la presunta existencia de un presunto desfalco en el seno del Instituto Venezolano del Seguro Social (IVSS). No es posible, que en un gobierno revolucionario se pueda poner en entredicho y a la picota una institución tan emblemática tanto para el gobierno como para todos los trabajadores del país...Si esto persiste y a la hora de las chiquitas nadie sabe nada de nada, entonces si es verdad que llegamos a la triste conclusión de que es cierto que nos encontramos entre la espada y la pared.
A sabiendas de que son pocos los verdaderamente interesados en la búsqueda de acertadas soluciones a los tantos problemas que nos acogotan, y a sabiendas también de que son mayoría los que optan por hacerse los locos y desvían el verdadero contenido de los mismos por timidez o desidia. En toda esta Historia, me voy a permitir tratar sólo un caso extremadamente preocupante que no puede ser descartado bajo ningún aspecto.
Se trata de la aparición de un nuevo culto que va dedicado al delito y que lleva el propósito de darle protección al malandro que incurre en actos delictivos. Su fuente es la magia y la santería, utilizadas para otorgar poderes sobrenaturales a las almas de ciertos difuntos, que fueron delincuentes ayer y que hoy son considerados como héroes en los barrios marginales.
El culto lo asumen jóvenes y niños, que consideran que su vida se va en cualquier momento y su esperanza de vida no va más allá de los veinticinco (25) años de edad. Sus acciones delictivas como el robo, el arrebatón o el crimen por causa de las drogas, pueden conducir al enfrentamiento con las autoridades u otras bandas delictivas.
Estos personajes, ya muertos, los considera esa juventud, como dotados de facultades extrañas que se manifiestan a través de sus espíritus para que los protejan cuando delinquen. Es la llamada “Corte Cale”, que tiene su semilla fundamentada en el concepto generalizado en esos barrios, de que la ley es FALSA y que sólo se aplica a los excluidos con dureza y nunca a nuestros protegidos y queridos corruptos que pueden acabar con el país impunemente. ¿Cómo les parece?
El caso es grave y así deben de entenderlo las autoridades competentes, afecta a una gran cantidad de jóvenes venezolanos y su solución no es nada fácil. La droga seguro está inmersa en ese ambiente y se requiere de una gran disposición y decisión por parte del gobierno para poder solventar este grave problema. Hay que pensar seriamente en la necesidad de transformar radicalmente el modus vivendi de estos ciudadanos. No hay otra salida.
Por tal motivo, podríamos considerar que no es precisamente la instalación de teleféricos para llegar a las lomas de los cerros de Caracas, lo que ayude a resolver el grave problema de modus vivendi que tiene la población, quizá el efecto a producirse sea todo lo contrario y contribuya más bien a estimularlo. La instalación de teleféricos puede a llegar a ser útil, siempre y cuando se modifique radicalmente el sistema de vida que esa gente tiene. Si se eliminan muchos ranchos y se crean áreas
de esparcimiento con plazas, parques, bosques y caminerías y existieran petrocasas, tendría más sentido su existencia.
El teleférico es en realidad una solución parcial que ayuda a solventar el problema de movilización de la gente, pero no es un factor que ataque el verdadero problema de fondo que es pobreza y la desocupación. Lo cierto es, que hacer considerables inversiones para construir esos teleféricos es casi lo mismo que pensar construir un metro en el área que habitan los Yukpas en la sierra de Perija. Evidentemente que resuelven su problema de transporte y se desplazarán cómodamente pero...nunca resolverá el su grave problema existencial. Al igual que los habitantes de los cerros.
Se entiende que construir ciudades satélites con todos sus servicios y dotarlas de fábricas para el trabajo, aunque sean para producir palillos de dientes, es una solución más costosa y requiere de grandes inversiones, pero, no se puede ser mezquino cuando se desea erradicar definitivamente y de verdad, la pobreza marginal que afecta a un mundo de personas.
A propósito de “acertadas” decisiones, recuerdo la famosa y tan motivada ruta de las empanadas en Margarita, para su puesta en marcha, el gobierno la financio y la promocionó con la intención de estimular y promocionar el auge del turismo insular... Fue un fracaso, un verdadero fiasco. La enseñanza que queda, es que no se puede impulsar el turismo, en ninguna parte del mundo, si no existe el propósito de hacer grandes inversiones.
Cuando la mezquindad o la “pichirrez” prevalece por encima de la lógica y la racionalidad, el resultado señores que se obtiene es CERO.
Si se hubiese invertido en la isla el dinero suficiente, para resolver verdaderos problemas que afectan el desarrollo turístico, como son: la escasez de agua potable, el de los huecos en las calles y avenidas con un verdadero asfaltado, el de la basura y el de el suministro seguro electricidad con la instalación inmediata de un par de medianas centrales térmicas de generación, tenga usted la seguridad de que ahora otro gallo cantara.
A veces llego a pensar, cuando veo las calles ahuecadas de la isla y comparo con Aruba para o Curazao, de que no tenemos o no disponemos de suficiente petróleo para acometer un BUEN asfaltado. Y de que no disponemos de suficientes recursos financieros como para resolver esos problemas básicos de luz, agua o basura. ¿Será verdad de lo que se dice sobre la franja del Orinoco o es pura coba?
Todos estos casos que han sido analizados brevemente, nos permiten afirmar con certeza, que las soluciones idílicas y apresuradas no conducen a ninguna parte y, a la larga pueden llegar a ser contraproducentes.
Es probable que el lector adquiera un interés por la solución de estos problemas cuando los conoce, e inducido por ellos polemice, y produzca ideas que sean positivas y convenientes. Quizás alguna de ellas llegue a materializarse. ¿Quién sabe y porque no?
Ahora bien, sería mezquino el no abordar o desconocer el tremendo esfuerzo que ha hecho y hace el gobierno revolucionario para sacar adelante al país. Sin lugar a dudas.
A pesar de toda la adversidad que se origina en las mentes perversas, la traición de las sabandijas que no quieren para nada al país y que incluso están dispuestas a venderlo como una baratija, el gobierno revolucionario lucha y sale adelante.
Estas especies infrahumanas que se nutren de la desgracia y de lo fatídico, disfrutan los problemas o reveses que lógicamente se puedan presentar. Son las especies que tratan de doblegar y manipular a este noble pueblo como lo hicieron en el pasado, pero no lo lograrán jamás.
Es momentos en el cual se hace necesario e imprescindible el reforzamiento de la conciencia verdaderamente revolucionaria, aunque sea súper critica, pero cuyos objetivos se proyectan hacia la felicidad de sus ciudadanos. Sólo así se podrán mantener los resultados obtenidos y avanzar sin vacilar hacia un verdadero socialismo. Ser indiferente es perdernos.
El éxito de la revolución reside en una gerencia capaz y calificada que permita administrar honesta y eficazmente nuestros recursos financieros o nuestros recursos naturales para poder culminar los proyectos emprendidos e iniciar los nuevos que se proyecten.
De acuerdo a las experiencias obtenidas y a la disposición de corregir y evitar los errores cometidos, renace una esperanzase en pensar que al acometer tantos proyectos en forma simultanea, no se caiga en el empastelamiento y en lugar de obtener los resultados previstos con su estimado beneficio, ocurran en su lugar pérdidas irreparables. La ingenuidad está descartada y no se tomarán decisiones apresuradas e inconsultas.
Ojalá y logremos de esta manera el éxito en todo lo acometido, y entonces podamos expresar libremente y a los cuatro vientos de que no nos sentimos acorralados entre la espada y la pared.
Alex Rivero