Resulta paradójico que alguien a quien consideramos inteligente, de repente derroche tiempo escribiendo simplicidades que hacen el juego a los detractores del proceso bolivariano. Que si en la toma de posesión del Presidente de Santo Domingo, Nicolás Maduro favoreció a los adecos vistiéndose de blanco y no de rojo; o que debió llevar bufanda y no corbata de acuerdo a la ocasión. En poca palabras, cualquiera diría que tantas críticas necias parecieran una maniaca obsesión anti-madurista que esconden bastardas pasiones que preferiríamos calificar de agnósticas, porque dicho sea de paso entran en contradicciones cuando el propio Evans reconoce…"que el país está para cosas más importantes que estar pendiente de cómo se viste el presidente Maduro"… ¿O miento cuando digo que su boca fue la medida?
Me cuesta creer que un estudioso de las ciencias sociales que a veces dice cosa razonables, de golpes y porrazo piense que por el solo hecho de llevar un traje blanco a un acto protocolar, pueda ello significar… "una vuelta al pasado de la IV República"… Y no conforme con semejante conjetura que no guarda ninguna relación con nuestra realidad, también tenga la osadía de afirmar…"que como consecuencia de los errores de la V, hoy retrocedemos en todos los aspectos"... Con razón alguien en cierta ocasión dijo que un individuo caminando hacia la izquierda, con la mirada fija en la izquierda, tarde o temprano terminara en la derecha. Ojalas que este no sea el caso de Nicmer Evans, pues se vería muy feo haciendo comparsa con los trogloditas de la MUD. Uno que lleva tanto tiempo en el ajetreo político, después de oír tantas infundadas críticas de izquierdistas indigestos, casi que nos preguntamos: ¿Sera que querrán enlutarnos sacando de circulación la revolución? ¿O lo que quieren es que nos coma el tigre?
Menos mal que el inquilino de Misia Jacinta tiene paciencia heroica, porque poco falta que lo critiquen por respirar oxígeno. ¿O me equivoco?