En síntesis

Colombia sociológicamente incomprensible

Solo a disociados, sicóticos, sicópatas, fascistas, amargados y sanguinarios se le podría ocurrir la infeliz ocurrencia de hacer fiesta con ese lamentable resultado, tan exiguo que se podría hablar de empate técnico. A todas estas uno se pregunta: ¿Y será legítimo un plebiscito en donde más de la mitad del electorado se abstuvo de ir a las urnas, y un poco más de 60mil marco la diferencia del apretado resultado?

El pasado domingo se puso en evidencia una dolorosa realidad, dejando en evidencia que sociológicamente la sociedad colombiana es digna de ser estudiada por especialistas en psicología social. Y es que las guerras civiles en Colombia no son ninguna novedad, como lo revelan numerosas páginas de su cruenta historia plagada de pugnas por el poder durante el siglo XIX. Veamos que dicen al respecto algunos historiógrafos: …"Si se descuentan las revueltas internas de los Estados Federales, entre 1812 y 1886, Colombia sufrió nueve guerras civiles de alcance nacional. Además hubo otras catorces menores de carácter regional e innumerables revueltas"…"Las guerras civiles endémicas que vivió Colombia tras su independencia se caracterizaron por la importancia que tuvieron las guerrillas en su desarrollo. La facilidad para formarlas garantizaba el continuo conflicto e inestabilidad gubernamental. Sin embargo, seria recién en 1848-1949 cuando se constituyen los dos bloques permanentemente enfrentados entre sí durante el resto de la centuria: liberales y conservadores.

Entre esos ideales que sustentaban las consignas de Conservadores y Liberales, cabe resumir: Los Conservadores decían Dios, patria y familia, identificando la patria con la defensa delas tradiciones de su cultura y de la iglesia. En cambio, los Liberales se identificaban con los ideales de la Revolución Francesa de 1789, considerando además que la iglesia era un obstáculo para la modernización del país. Legalite, liberte et fratemites resumía sus ideales.

El sangriento siglo XIX tuvo como colofón en sus guerras intestina la llamada Guerra de Los Mil Días (1899-1902). Esta consistió en un intento del liberalismo radical por recuperar el poder. Salvo al principio, no involucró grandes ejércitos. Este largo enfrentamiento irregular desgastó a los liberales en una lucha de pequeñas partidas, con excepción de Panamá, único lugar en donde triunfaron. La guerra civil terminó en una especie de empate acordado en los tratados de Chinácota, Neerlandia y Wisconsin.Consecuencia de esta guerra civil fue el derrocamiento de Manuel Antonio Sanclemente (1900) y el ascenso de José Manuel Marroquín, la separación de Panamá, y la elección de Rafael Reyes en 1904 quien llevó al poder a los conservadores y a un sector liberal. ¿Cómo explicarse que después de tantas guerras intestinas, aunada a estos últimos 52 años de conflicto armado a punto de concretar la paz, todavía existen enfermos apostando a matarse unos a los otros? ¿Sera por eso que dicen que perro que come manteca, mete la lengua en tapara?

También el absurdo resultado del plebiscito, puso en evidencia que la lucha de clase sigue siendo en componente más fuerte que impide que los colombianos puedan construir una paz sostenida y sustentable. Bastaría con analizar el resultado en cada población, para precisar que el si gano en aquellos sitios donde la pobreza y los daños de la guerra intestina han hecho más daño. En cambio en la ciudades en donde el conflicto no ha incidido, allí la oligarquía recalcitrante y la clase media alta y media apostaron a la guerra, no así en los cinturones de miseria que rodean a Bogotá, Medellín y otros importantes centros urbanos.

En cuando a la reacción automática de los disociados de la MUD, era de esperarse pues sus cabecillas solo saben insistir en tomar los atajos de la violencia para asaltar el poder. Por suerte, su copiosa los distancia a cien años luz a obtener éxito en su afán de asaltar por la fuerza el poder. Y porque no tienen suficiente pueblo ni audiencia en la FANB, a sus necias amenazas, respondemos: ¿Con que culo se sienta la cucaracha?

Total, ¿Quién los entiende? ¿O será la fábula del niño, el viejo y el burro?



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Freddy Elías Kamel Eljuri

Presidente del Instituto Municipal de Patrimonio Histórico de la Alcaldía Bolivariana del Municipio Miranda del estado Falcón. Vicepresidente de la academia de Historia del Estado Falcón. Escritor. Productor radial.

 kameleljuri@gmail.com

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